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Madre Mariana de Jesus Torres (1563-1635) |
Poema #1
Hermosa doncella
delicia de Dios
camina hacia mi alma
con paso veloz.
en mi cruel amargura
en pena y dolor
sois Vos mi consuelo
y dadme valor.
Cual hoja marchita
del arbol de Dios
me arrastro muy lejos
del arbol Menor.
Oh! arbol bendito
querido de Dios
faltando tu sombra
me falta el armor.
Cual debil barquilla
en mar tempestuoso
fluctua mi alma
sin remo y sin luz.
En sauce extranjero
colgando mi lira
me miro cautiva
y empiezo a llorar.
Mas alla, en lontananza
pasados los siglos
a Francisco y sus hijos
los veo venir.
Trayendo la dicha
la paz, la ventura
que en tanta tristura
se encuentra mi hogar.
Mi dia dichoso
de santa alegria!
venid presuroso
que ansio por ti!
Pidiendote Madre
sosten en mi lucha,
consuelo en mi pena,
alivio en mi mal.
Que salves tu Casa!
fundada por Ti,
do ocultos residen
la paz y el amor.
Oh! Padre Llagado
Francisco de Asis
sed Vos mi abogado
en lance fatal.
Cuidad de tus hijas
que tristes llorosas
te piden,amorosas
valor y fervor.
Maldito mil veces
quien no ame a Francisco,
Alferez de Cristo
mi Padre y mi amor.
Mas yo, en este suelo
de tanto quebranto
do bebo el llanto
no espero gozar.
Cuando haya acabado
mis dias mortales
terminan mis males
y empiezo a gozar.
Y ya desde el Cielo
con santo desvelo
la santa observancia
de aqui celare.
Y en todos los siglos
tendre buenas hijas
que, amantes, prolijas,
a Dios serviran. |
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