lunedì 22 ottobre 2012

“Mis niños, conviértanse, mis hijitos, oren por su salvación y la de todos los pecadores”.


Milagro fotográfico en Venezuela
Introducción
Imagenes
*Los testimonios publicados en esta sección son responsabilidad de quien los firma. Al publicarlos www.reinadelcielo.org no está emitiendo ninguna opinión sobre la veracidad de los dichos, sino que sólo ha entendido que sus contenidos no contienen nada que atente contra las verdades de la fe y la moral y sí entiende que pueden ser favorables para el crecimiento espiritual de nuestros lectores. El juicio final sobre los hechos publicados corresponde a la Iglesia, a la que nos sometemos.
La redacción de Reina del Cielo


Una imagen de la Virgen de Guadalupe se transfiguró frente a la lente de un fotógrafo

Milagro en Venezuela, ocurrido el 14 de noviembre de 2005

En la ciudad de Coro, Venezuela, se produjo un hecho místico sorprendente el 14 de noviembre de 2005. En una empresa del lugar se recibió una imagen de la Virgen de Guadalupe, bendecida por Juan Pablo II en el Vaticano dos meses antes de su muerte. El hecho es que aquel 14 de noviembre Elvin Pérez tomó gran cantidad de fotos, mientras los visitantes depositaban flores al pie de María, oraban y agradecían. Con posterioridad (el 7 de diciembre de 2005), al analizar las fotografías se advierte algo extraño: la Virgen, literalmente, fue elevando su rostro y sus manos hasta encontrarse totalmente de frente y observando a su enamorado fotógrafo, mientras Elvin realizaba las tomas. Esto quiere decir que una imagen de material rígido movió su rostro y sus manos, elevándolas hasta quedar mirando al fotógrafo con unos ojos llenos de la piedad de la Madre de la Misericordia. Podrán imaginar ustedes la sorpresa de todos los que testimoniaron el hecho, ¡la alegría fue indescriptible!

Observemos dos tomas fotográficas que nos permiten disfrutar de este hecho admirable.En la primer toma fotográfica realizada por Elvin Pérez (la fotografía de la parte superior), se admira a la imagen como es en realidad. Sabemos que la Virgen de Guadalupe mira hacia abajo en su imagen, como aquí lo apreciamos claramente. Sus manos se encuentran en posición de oración, en el centro de su pecho.

En la segunda fotografía (de la secuencia del 14 de noviembre) podemos ver la forma en que la Madre de Dios nos muestra su presencia, mirándonos a los ojos, con sus manos elevadas en oración. Observen como la imagen es la misma, pero las manos y el rostro de Maria han cambiado totalmente de posición. Si observan verán que el fotógrafo mantiene la misma perspectiva, el ángulo de la toma es el mismo, la imagen de la Guadalupana es la misma. Sólo que ahora María ha elevado su rostro y sus manos, para mostrar claramente su deseo de ser escuchada, admirada.


Tras advertir los hechos, de inmediato se dio intervención a Monseñor Julio Urrego, quien admirado de lo ocurrido resaltó “el carácter de privilegiados que tienen aquellos que testimoniaron éste prodigio. Dios les ha hecho un regalo, y a nosotros también, a través de su testimonio”.

Admiremos el rostro y los ojos de la Virgen, como nos miran, como nos sonríen. Sus manos elevadas en oración nos invitan a ser santos, a imitarla como modelo perfecto de Cristo, su Hijo Amado. Jesús ha dicho que si se intenta acallar Su Voz, El hará hablar a las piedras. Es en esta imagen de piedra donde vemos claramente materializada la promesa del Señor: si el mundo se empecina en negar la Palabra, hasta las piedras hechas imágenes nos hablarán. María, en este caso, levanta su mirada y nos dice con rostro suplicante: “mis niños, conviértanse, mis hijitos, oren por su salvación y la de todos los pecadores”.

Hemos admirado muchos hechos sorprendentes ocurridos con fotografías tomadas en Medjugorje y otros centros Marianos, pero éste testimonio resulta particularmente hermoso por el mensaje que conlleva. María está viva, está entre nosotros. La Guadalupana vino a América en el siglo XVI pero sigue aquí activamente protegiendo a sus hijos, como éste testimonio lo manifiesta.



<<Cor Mariæ Immaculatum, intercede pro nobis>>

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