Devoción a la Santa Faz
Jesucristo Nuestro
Señor ha concedido gracias enormes a los devotos de Su Santa Faz. Enraizada en
la vida de la Iglesia, ya místicas como Santa Gertrudis y Santa Mectildis
conocieron y divulgaron tan piadosa vía de santificación. La Venerable Sor Maria
de San Pedro obtuvo, por la fuerza de las visiones y revelaciones que el
Redentor diera para ella, que S.S. Pío XII conmovido por la celestial merced,
instaurara la fiesta universal de la Santa Faz el martes anterior al Miércoles
de Cenizas.
La vía dorada para
crecer rápidamente en el amor de Dios fue la devoción predilecta y la que con
mayor caridad promoviera Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz. Para
la Santa de Lisieux, las enormes gracias concedidas a través de esta devoción no
son sino el cumplimiento de las promesas dadas por Nuestro Señor a Santa
Gertrudis y a Santa Mectildis en el pasado.
“La saludable
reparación a la Santa Faz es una obra divina, destinada a salvar a la sociedad
moderna“, afirmará posteriormente S.S. el Beato Pío IX a instancias de la venerable Sor
María de San Pedro. O.C.D., carmelita como la Santa de las pequeñas
almas.
Le dijo Nuestro Señor a esta
religiosa: "Quien mira mi Rostro ya me está consolando"
Entre las promesas
que fueron dadas por el Dulce Redentor a tan enormes santas y a la carmelita de
Tours, figuran:
1. Les concederé
una contrición tan perfecta que sus pecados se cambiarán a Mi vista en joyas de
oro precioso. Según el cuidado que tengan de reparar mi Rostro desfigurado por
los blasfemos, el mismo tendré Yo del suyo que ha sido desfigurado por el
pecado, transformándole en tan hermoso como si acabase de salir de las aguas del
Bautismo.
2. Ninguna de esas
personas será jamás separada de Mí.
3. Ofreciendo Mi
Rostro a Mi Padre, apaciguarán Su enojo y comprarán con moneda celestial el
perdón para los pecadores. Por esta ofrenda, nada les será
negado.
4. Abogaré ante Mi
Padre para conceder todas las peticiones que me presenten. Por Mi santo Rostro
harán prodigios.
5. Los iluminaré
con Mi Luz. Los consumiré con Mi Amor y los haré fructíferos de buenas
obras.
6. Ellos llorarán,
como la piadosa Verónica, por Mi adorable Rostro ultrajado por el pecado, y yo
imprimiré Mis divinas facciones en sus almas.
7. Por resemblanza
de Mi Rostro, brillarán más que otros en la vida eterna y el brillo de Mi Rostro
les llenará de alegría.
8. Todos los que
defiendan esta causa de reparación, por palabras, por oraciones o por escrito,
recibirán defensa también en sus causas delante de Dios Padre a la hora de la
muerte. Yo enjugaré la faz de sus almas, limpiando las manchas del pecado y
devolviéndoles su primitiva hermosura.
LA FLECHA DE
ORO
Un acto de
alabanza y reparación dictado por Nuestro Señor a sor María de San
Pedro.
Nuestro Señor le
dijo: “Esta flecha de oro punzará Mi Corazón deleitosamente, y sanarán las
heridas causadas por las blasfemias.“
“Que el más santo,
más sagrado, más adorable, más incomprensible e inefable Nombre de Dios sea por
siempre alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado, en el Cielo, en la
tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de Dios y por el Sagrado
Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar.
Amén“.
ORACIÓN
Oh Señor
Jesucristo, al presentarnos ante Tu adorable Rostro para pedirte a Ti las
gracias que más necesitamos, Te rogamos, por sobre todo, nos concedas la
disposición interior para nunca dejar de hacer en ningún momento lo que Tu
requieres de nosotros con Tus santos mandamientos y divinas inspiraciones.
Amén.
Oh bondadoso
Jesús, que has dicho “Pide y recibirás, busca y encontrarás, golpea y se abrirá
para ti,“ concédenos, Oh Señor, esa fe que lo obtiene todo o provéenos de lo que
carecemos; concédenos, a través del puro efecto de Tu caridad y por Tu gloria
eterna, las gracias que necesitamos y las que buscamos en Tu
infinita misericordia. Amén.
infinita misericordia. Amén.
Sé misericordioso
con nosotros, Oh mi Dios y no rechaces nuestras oraciones, cuando en medio de
nuestras aflicciones, rogamos a Tu Santo Nombre y buscamos con amor y confianza
Tu adorable Rostro. Amén.
Oh Todopoderoso y
Eterno Dios, mira el Rostro de Tu Hijo Jesús. Te lo presentamos a Ti con
confianza, para implorar Tu perdón. El Defensor Misericordioso abre la boca
para pedir por nuestra causa; escucha su llanto, observa sus lágrimas, Oh Dios,
y a través de sus infinitos méritos escúchalo a Él cuando intercede por nosotros
pobres pecadores miserables. Amén.
Adorable Rostro de
mi Jesús, mi único amor, mi luz y mi vida, permíteme conocerte, amarte y
servirte sólo a Ti, que yo pueda vivir Contigo, de Ti, a través de Ti y para
Ti. Amén.
Eterno Padre, a Ti
te ofrezco el adorable Rostro de Tu Amado Hijo por el honor y la gloria de Tu
Nombre, por la conversión de los pecadores y por la salvación de los
moribundos.
Oh divino Jesús, a
través de Tu Rostro y Nombre, sálvanos. ¡Nuestra esperanza está en la virtud de
Tu Santo Nombre!
Oración
Santa Teresa del Niño Jesús
y de la
Santa Faz
“¡Jesús! Tu imagen inefable
es el astro que guía mis pasos. Tú lo sabes bien. Tu dulce rostro es aquí en la
tierra mi paraíso. Mi amor descubre los encantos de tus ojos embellecidos por el
llanto. Cuando contemplo tus dolores sonrío a través de mis lágrimas. Deseo
vivir ignorada y solitaria para consolar tu belleza; esa belleza que se oculta
en tu Faz bajo el misterio del dolor y que tan fuertemente me atrae a Ti. Tu faz
es mi sola patria; ella es mi reino de amor, mi prado risueño, mi dulce sol de
cada día. Ella es el lirio del valle, cuyo perfume misterioso consuela mi
afligida alma y le hace gustar la paz de los cielos. Ella es mi reposo, mi
dulzura y mi melodiosa lira. Tu rostro, dulce Salvador, es el divino ramillete
de mirra que yo quiero guardar en mi corazón. Tu Faz es mi sola riqueza, no
quiero nada fuera de ella. Jesús yo me asemejaré a Ti, y oculta entre los
pliegues del velo de la Verónica, atravesaré la vida desapercibida de las
criaturas. Deja en mi la divina impresión de tus besos, llenos de dulzura, y
pronto llegaré a ser santa y atraeré a Ti todos los corazones. Cuando tus labios
adorados impriman en mi el beso eterno, haz que me abrase de amor, y que este
amor levante en el campo de la Iglesia una hermosa cosecha de almas
santas”.
Oración de
consagración
¡Oh Faz amabilísima de
Jesús!; Aquí vengo, atraído por tu dulce mirada, que como divino imán, arrebata
mi corazón aunque pobre y pecador!
¡Oh Jesús!, quisiera
enjugar tu adorable Faz y consolarte de las injurias y olvido de los
pecadores.
¡Oh Rostro hermosísimo!,
las lágrimas que brotan de tus ojos me parecen diamantes, que quiero recoger
para comprar con ellos las almas de mis hermanos.
¡Oh amado Jesús!, si yo
tuviera el amor de todos los corazones, todo sería para Ti.
Envía, Señor, almas, sobre
todo almas de apóstoles y de mártires para abrasar en tu amor a la multitud de
los desgraciados pecadores.
¡Oh adorable Jesús!,
mientras aguardo el día eterno en que contemplaré tu gloria infinita, mi único
deseo es venerar tu Faz santísima, a la cual consagro desde ahora para siempre
mi alma con sus potencias y mi cuerpo con sus sentidos.
¡Oh mi Jesús!, haz que tu
Rostro lastimado sea aquí abajo mi encanto y mi cielo.
Novena a la Santa
Faz
Por la señal...
Acto de
contrición.
Te adoro, oh Jesús mío,
hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el ara de
la cruz. A ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te
dignes imprimir en mi alma la imagen de tu Rostro adorable.
¡Oh Padre Eterno! Mira la
Faz de tu Cristo y por sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de
reparar las injurias hechas a tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener
en esta novena. Así sea.
Rezar a continuación la
oración del día que corresponda.
Hacer la
petición.
Padrenuestro en honor de la
Santa Faz
¡Muéstranos, Señor, tu Faz
y seremos salvos!
Oh Dios omnipotente y
misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de tu Cristo,
desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla
eternamente en el resplandor de la gloria celestial. Amén.
Día primero ¡Oh
amorosísimo Jesús! No sólo tu palabra, sino también la expresión de tu Faz
abrasada en amor nos revelaron, en el Cenáculo, la vehemencia con que habías
ansiado la hora de quedarte con nosotros en la Eucaristía. Enciende en mi
corazón vivos anhelos de visitarte y recibirte frecuentemente con la pureza de
los ángeles.
Día segundo ¡Oh
víctima divina, mi buen Jesús! Tu Faz venerable pegada al suelo de Getsemaní y
bañada en copioso sudor de sangre, me descubre la grandeza de tus dolores y la
gravedad de mis pecados. Dame a mi y a todos los pecadores un sincero
arrepentimiento con firmísimo propósito de nunca más pecar.
Día tercero ¡Oh
amabilísimo Jesús! Tu augusta y serena Faz quedó sombreada con inmensa tristeza
al recibir en tu frente el beso del traidor Judas. Hazme, te suplico,
participante de tu íntima aflicción por tantos sacrilegios como cometen los que
se acercan a recibirte en pecado mortal.
Fuentes;
LAUDETUR
JESUS CHRISTUS!
LAUDETUR CUM MARIA!
SEMPER
LAUDENTUR!
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