COMO MI PROFETA,
ANUNCIA Y DENUNCIA
LO QUE MIS PREDILECTOS CALLAN
28-6-2016
Mi buen Jesús, Tú que todo lo sabes y todo lo ves y nada queda oculto a Tus ojos, descúbrenos
Tus Caminos, Guíanos en la Verdad porque el mal se disfraza de bien para seguir engañando las almas,
y en la confusión se alejen del Verdadero camino y la salvación.
Apiádate de nosotros, de Tu Iglesia y nuestro Vicario Benedicto XVI, levanta Tu brazo de poder
y ven a Salvarnos, para que la confusión no siga creciendo, y los que buscamos sostenernos en la
Fidelidad no nos desalentemos en medio de tantas pruebas y lastrampas de nuestros enemigos. Amén.
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Estáis en la Barca que, agitada por la tempestad, pareciera hundirse,
pero en verdad os digo que en medio de la tempestad, Yo estoy con vosotros,
no temáis.
Benedicto está rodeado de lobos, controlado y vigilado por la
masonería dentro del mismo Vaticano, obligado a hablar por las fuerzas del
mal, que lo aprisionan para seguir engañando a las almas y confundir a los que
Me guardan fidelidad.
Ahora triunfa el mal aparentemente, mas no por mucho tiempo, porque
a Mi Voz de Mando MI VICARIO SE LEVANTARÁ CON FUERZA Y PODER,
QUE LE DARÁ COMO UN SOPLO DIVINO EL ESPÍRITU SANTO, EL ESPÍRITU
DE LA VERDAD, PARA ANUNCIAR Y DENUNCIAR todos los crímenes de Mi
Iglesia, la que me es infiel y se prostituye, la falsa iglesia que lleva Francisco,
EL FALSO PROFETA, EL SERVIDOR DEL DIABLO Y ANTICRISTO.
Vosotros, Mis verdaderos testigos, Mis Apóstoles y Discípulos, no os
desaniméis, ni tengáis miedo en medio de la tempestad, seguid adelante
cumpliendo Mis deseos, atendiendo Mis llamados, y luchando con fe, cada
día, los combates espirituales que os dan Mis enemigos, todos los seguidores
de Francisco, todos los que están en la falsa Iglesia. Os dije que vuestra mejor
batalla y la victoria es vuestra obediencia a Mí, Vuestro Dios, vuestra fidelidad,
escuchando y recibiendo los Mensajes Divinos a través de Mis profetas y
enviados, que la falsa Iglesia quieren callar, y rechazan toda revelación dada a
Mis mensajeros y profetas de estos tiempos.
Vuestra mayor protección es EL SANTO SACRIFICIO DEL ALTAR,
VUESTRA MISA ESPIRITUAL, EN HUMILDAD, EN LA SOLEDAD, EN ESE
ENCUENTRO íntimo de cada alma Conmigo, Su Dios y Señor. Ya que es la
Santa Misa que me agrada, y en la que Me hago presente para derramar
Gracias y Bendiciones, hacedla unidos a Benedicto XVI, ofrecedlo todo por Él
y por vosotros, Su rebaño, Mis pequeños corderitos, que sois mansos y
humildes de corazón.
Con esto estaréis siempre protegidos aun cuando sintáis los ataques del
enemigo, que serán muchos y se multiplicarán en estos tiempos; pero no
desconfiéis: con vuestras comuniones espirituales y vuestros sufrimientos del
alma, por estar ya en el desierto, ayudaréis a Benedicto a levantarse con
firmeza en defensa de su Rebaño, porque las fuerzas del mal están actuando
sin descanso, buscando atacar mi obra.
Vosotros, los que sois el Rebaño Fiel, los que en verdad me amáis, no
seáis tibios, porque a los tibios Yo los vomito de Mi Boca; cuando mayor sea
el número de almas y sacerdotes unidos a MI VERDADERO VICARIO
BENEDICTO XVI, más se acortará el tiempo en que llegue EL TRIUNFO DE MI
IGLESIA, el triunfo que llega con la Cruz; la Cruz pesada es para Benedicto, y
él sabe bien que ya llega su hora, mas el verdadero Pastor da la vida por sus
ovejas. No hay triunfo sin Cruz, no hay victoria sin Cruz.
¡Ay de aquellos sacerdotes que callan la Verdad y oprimen a Mi Iglesia,
persiguiendo a Mis Verdaderos Apóstoles y Discípulos! ¡Ay de aquellos
hipócritas que dicen conocer mi ley y servirme, porque el día de Mi Cólera llega
pronto, y como ladrón en la noche os sorprenderá y serán juzgados
severamente!
¡Ay de vosotros pastores que dejasteis extraviar a las ovejas del rebaño,
porque el día que seáis juzgados os pediré cuentas de esas almas que se
extraviaron y se perdieron por vuestra causa e infidelidad!
¡Ay de vosotros pastores de Mi Iglesia, que sois como los escribas y los
fariseos de aquellos tiempos, conocedores de la ley pero incapaces de
cumplirla! Vosotros mismos no veis los signos de los tiempos ni preparáis a las
almas a Mi encuentro, dudáis de Mi Palabra y buscáis ponerme a prueba. ¡Con
qué dureza seréis tratados en el día del juicio, porque sois duros de corazón,
soberbios y orgullosos, pretendéis tener todo el Conocimiento Divino, pero os
digo que, en verdad, no Me conocéis!
Yo no he venido por todos, he venido por unos cuántos, por los que Mi
Padre me ha dado y YO HE COMPRADO CON MI SANGRE DERRAMADA,
MURIENDO EN LA CRUZ, UN RESTO FIEL, un pequeño Resto Fiel que se
salvará, porque en verdad os digo que no todos sois hijos de Mi Padre e hijos
de la Luz. Los que están con el verdadero Vicario, Benedicto XVI, sois hijos de
la Luz e hijos de Mi Padre, porque abrazáis la Cruz y os laváis con mi Sangre
Redentora; mas los que están con Francisco y siguen al falso papa, son hijos
de la mentira, del engaño, tenéis como padre al príncipe de este mundo, y sois
seguidores de satanás, porque amáis la mentira y el engaño, y rechazáis la Luz
de Cristo.
La persecución se incrementará contra todos MIS TESTIGOS, LOS QUE
EN VERDAD ESTÁN CONMIGO Y ME AMAN, PORQUE VOSOTROS SOIS
TESTIGOS DE LA VERDAD, anunciáis la Verdad y denunciáis la mentira.
Muchos son tibios, ni fríos ni calientes, y a esos los vomito de Mi Boca.
No se puede servir a dos amos: o se está Conmigo, o se está en contra
Mía. Esto es en la falsa Iglesia: el que la guía y sus seguidores, están en contra
Mia, porque detestan la verdad y van tras todos los placeres del mundo.
Pedid la intercesión de vuestros hermanos los santos, acudid a la Iglesia
Triunfante para combatir esta batalla, porque como nunca antes se ha visto
será esta batalla espiritual, que ya ha comenzado. Todas las fuerzas del mal
están actuando, todos los espíritus malignos, demonios desencarnados y
encarnados, os combaten a diario. Permaneced en estado de Gracia, ésa es la
derrota contra todo demonio y espíritu maligno.
Guardaos en Mi Paz y en comunión con Benedicto XVI. Aguardad la
hora y el día.
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Jesús: cuida Tú mismo de Nuestro Vicario, EL PAPA BENEDCITO XVI, hasta que llegue el día y
la hora que sólo Nuestro Padre del cielo ha determinado para la Iglesia. Que nuestros hermanos, los
santos, nos ayuden en este combate espiritual para mantenernos Firmes y Fieles, para ser ese pequeño
Resto Fiel, ovejas del rebaño de Benedicto XVI, Vicarios de Cristo y su Iglesia. Amen.