domenica 31 luglio 2016

Estáis en la Barca...


COMO MI PROFETA 
ANUNCIA Y DENUNCIA LO QUE 
MIS PREDILECTOS CALLAN 

 28-6-2016 

Mi buen Jesús, Tú que todo lo sabes y todo lo ves y nada queda oculto a Tus ojos, descúbrenos Tus Caminos, Guíanos en la Verdad porque el mal se disfraza de bien para seguir engañando las almas, y en la confusión se alejen del Verdadero camino y la salvación. 

Apiádate de nosotros, de Tu Iglesia y nuestro Vicario Benedicto XVI, levanta Tu brazo de poder y ven a Salvarnos, para que la confusión no siga creciendo, y los que buscamos sostenernos en la Fidelidad no nos desalentemos en medio de tantas pruebas y las trampas de nuestros enemigos. Amén. 

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Estáis en la Barca que, agitada por la tempestad, pareciera hundirse, pero en verdad os digo que en medio de la tempestad, Yo estoy con vosotros, no temáis. 

Benedicto está rodeado de lobos, controlado y vigilado por la masonería dentro del mismo Vaticano, obligado a hablar por las fuerzas del mal, que lo aprisionan para seguir engañando a las almas y confundir a los que Me guardan fidelidad. 

Ahora triunfa el mal aparentemente, mas no por mucho tiempo, porque a Mi Voz de Mando MI VICARIO SE LEVANTARÁ CON FUERZA Y PODER, QUE LE DARÁ COMO UN SOPLO DIVINO EL ESPÍRITU SANTO, EL ESPÍRITU DE LA VERDAD, PARA ANUNCIAR Y DENUNCIAR todos los crímenes de Mi Iglesia, la que me es infiel y se prostituye, la falsa iglesia que lleva Francisco, EL FALSO PROFETA, EL SERVIDOR DEL DIABLO Y ANTICRISTO. 

Vosotros, Mis verdaderos testigos, Mis Apóstoles y Discípulos, no os desaniméis, ni tengáis miedo en medio de la tempestad, seguid adelante cumpliendo Mis deseos, atendiendo Mis llamados, y luchando con fe, cada día, los combates espirituales que os dan Mis enemigos, todos los seguidores de Francisco, todos los que están en la falsa Iglesia. Os dije que vuestra mejor batalla y la victoria es vuestra obediencia a Mí, Vuestro Dios, vuestra fidelidad, escuchando y recibiendo los Mensajes Divinos a través de Mis profetas y enviados, que la falsa Iglesia quieren callar, y rechazan toda revelación dada a Mis mensajeros y profetas de estos tiempos. 

Vuestra mayor protección es EL SANTO SACRIFICIO DEL ALTAR, VUESTRA MISA ESPIRITUAL, EN HUMILDAD, EN LA SOLEDAD, EN ESE ENCUENTRO íntimo de cada alma Conmigo, Su Dios y Señor. Ya que es la Santa Misa que me agrada, y en la que Me hago presente para derramar Gracias y Bendiciones, hacedla unidos a Benedicto XVI, ofrecedlo todo por Él y por vosotros, Su rebaño, Mis pequeños corderitos, que sois mansos y humildes de corazón. 

Con esto estaréis siempre protegidos aun cuando sintáis los ataques del enemigo, que serán muchos y se multiplicarán en estos tiempos; pero no desconfiéis: con vuestras comuniones espirituales y vuestros sufrimientos del alma, por estar ya en el desierto, ayudaréis a Benedicto a levantarse con firmeza en defensa de su Rebaño, porque las fuerzas del mal están actuando sin descanso, buscando atacar mi obra. 

Vosotros, los que sois el Rebaño Fiel, los que en verdad me amáis, no seáis tibios, porque a los tibios Yo los vomito de Mi Boca; cuando mayor sea el número de almas y sacerdotes unidos a MI VERDADERO VICARIO BENEDICTO XVI, más se acortará el tiempo en que llegue EL TRIUNFO DE MI IGLESIA, el triunfo que llega con la Cruz; la Cruz pesada es para Benedicto, y él sabe bien que ya llega su hora, mas el verdadero Pastor da la vida por sus ovejas. No hay triunfo sin Cruz, no hay victoria sin Cruz. 

¡Ay de aquellos sacerdotes que callan la Verdad y oprimen a Mi Iglesia, persiguiendo a Mis Verdaderos Apóstoles y Discípulos! ¡Ay de aquellos hipócritas que dicen conocer mi ley y servirme, porque el día de Mi Cólera llega pronto, y como ladrón en la noche os sorprenderá y serán juzgados severamente! 

¡Ay de vosotros pastores que dejasteis extraviar a las ovejas del rebaño, porque el día que seáis juzgados os pediré cuentas de esas almas que se extraviaron y se perdieron por vuestra causa e infidelidad! 

¡Ay de vosotros pastores de Mi Iglesia, que sois como los escribas y los fariseos de aquellos tiempos, conocedores de la ley pero incapaces de cumplirla! Vosotros mismos no veis los signos de los tiempos ni preparáis a las almas a Mi encuentro, dudáis de Mi Palabra y buscáis ponerme a prueba. ¡Con qué dureza seréis tratados en el día del juicio, porque sois duros de corazón, soberbios y orgullosos, pretendéis tener todo el Conocimiento Divino, pero os digo que, en verdad, no Me conocéis! 

Yo no he venido por todos, he venido por unos cuántos, por los que Mi Padre me ha dado y YO HE COMPRADO CON MI SANGRE DERRAMADA, MURIENDO EN LA CRUZ, UN RESTO FIEL, un pequeño Resto Fiel que se salvará, porque en verdad os digo que no todos sois hijos de Mi Padre e hijos de la Luz. Los que están con el verdadero Vicario, Benedicto XVI, sois hijos de la Luz e hijos de Mi Padre, porque abrazáis la Cruz y os laváis con mi Sangre Redentora; mas los que están con Francisco y siguen al falso papa, son hijos de la mentira, del engaño, tenéis como padre al príncipe de este mundo, y sois seguidores de satanás, porque amáis la mentira y el engaño, y rechazáis la Luz de Cristo. 

La persecución se incrementará contra todos MIS TESTIGOS, LOS QUE EN VERDAD ESTÁN CONMIGO Y ME AMAN, PORQUE VOSOTROS SOIS TESTIGOS DE LA VERDAD, anunciáis la Verdad y denunciáis la mentira. Muchos son tibios, ni fríos ni calientes, y a esos los vomito de Mi Boca. 

No se puede servir a dos amos: o se está Conmigo, o se está en contra Mía. Esto es en la falsa Iglesia: el que la guía y sus seguidores, están en contra Mia, porque detestan la verdad y van tras todos los placeres del mundo. 

Pedid la intercesión de vuestros hermanos los santos, acudid a la Iglesia Triunfante para combatir esta batalla, porque como nunca antes se ha visto será esta batalla espiritual, que ya ha comenzado. Todas las fuerzas del mal están actuando, todos los espíritus malignos, demonios desencarnados y encarnados, os combaten a diario. Permaneced en estado de Gracia, ésa es la derrota contra todo demonio y espíritu maligno. 

Guardaos en Mi Paz y en comunión con Benedicto XVI. Aguardad la hora y el día. 

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Jesús: cuida Tú mismo de Nuestro Vicario, EL PAPA BENEDCITO XVI, hasta que llegue el día y la hora que sólo Nuestro Padre del cielo ha determinado para la Iglesia. Que nuestros hermanos, los santos, nos ayuden en este combate espiritual para mantenernos Firmes y Fieles, para ser ese pequeño Resto Fiel, ovejas del rebaño de Benedicto XVI, Vicario de Cristo y su Iglesia. Amen.