venerdì 4 dicembre 2020

Benedicto no ha engañado a nadie, solamente ha redactado una renuncia al ministerium.

EL EXTRAÑO CASO DE LA RENUNCIA DE BENEDICTO. UNA NUEVA EXPLICACIÓN.



 

Marco Tosatti

Carissimi amici e nemici di Stilum Curiae, il collega Andrea Cionci ci ha fatto avere la traduzione in spagnolo del suo articolo sulla rinuncia di papa Benedetto XVI, di cui abbiamo parlato nei giorni scorsi. Lo ringraziamo per la cortesia, e mettiamo il testo, tradoto da p. Ruben Eduardo Martinez-Cordero a disposizione dei lettori hispanofoni.

LA “RENUNCIA” DE RATZINGER, MAL ESCRITA PARA SORPRENDERNOS.

Andrea Cionci

Junio 11 de 2020

 

Desde hace algunos días circulan en la red las denuncias de un franciscano italoamericano, latinista, experto en escolástica y en argumentaciones canónicas, sobre la renuncia papal, quien, entrevistado por el youtuber Decimo Toro está difundiendo los contenidos explosivos de de su sitio web (www.fromrome.info). Su nombre es Fray Alexis Bugnolo; ha traducido más de 9.000 páginas de san Buenaventura y, como pocos, domina la lengua de la Iglesia.

 

Este religioso franciscano, leyendo atentamente la DECLARATIO de la renuncia de Benedicto XVI, siguiendo el hilo conductor entre lógica, derecho canónicoy lengua latina, considera que la dicha Declaratio ha sido escrita con habilidad y sutileza extremas a fin de que con el paso  del tiempo quede patente su invalidez. De esta manera Ratzinger ha  permitido a la “Mafia de San Galo”, el lobby masónico-progresista eclesiástico que lo había constreñido a abdicar, tomar el poder apresuradamente y finalmente desenmascararse.

 

Benedicto ha actuado de esta manera con la intención de que todos los actos, nombramientos y cambios en la doctrina realizados por la “falsa iglesia” puedan ser desechados de un solo golpe precisamente a causa de la invalidez de su renuncia al papado. Por este motivo el Vaticano –según Fray Bugnolo- ha falsificado deliberadamente las traducciones en  lenguas extranjeras de la Declaratio en latín de Benedicto, intentando “remediar” los fallos intencionales del texto, demostrando así un dolo ulterior.

 

Hace cuarenta años Juan Pablo II y el por entonces Cardenal Ratzinger conocían ya, por el tercer secreto de Fátima, que los lobbies gay-masónicos habían intentado tomar el poder; por ello habían cambiado a tiempo el Código de derecho canónico   previendo un sistema de emergencia que hiciera fracasar un eventual caso de usurpación.

 

Esta es la tesis. Para precaverse de las acusaciones de conspiracionismo dirigidas  contra su reconstrucción de los hechos, Fray Alexis cita únicamente los documentos del sitio web del Vaticano  que a continuación copiamos y pegamos; todos podrán constatar con un clic en www.vatican.va

 

Está totalmente establecido que en el texto de la Declaratio de Benedicto constan algunos graves errores gramaticales detectados ya en 2013 por eminentes clasicistas como Luciano Canfora yWilfriedStroh. Si ya resulta sorprendente la supresión del plural mayestático (Nos) empleado en los documentos oficiales. Fray Bugnolo (traductor de más de 9.000 páginas de san Buenaventura, volvemos a recordarlo) ha detectado a su vez unas 40 imperfecciones lingüísticas: verbos mal conjugados, “decisionem” en vez de la forma correcta “consilium”, “vobis” en lugar de “vobiscum”, el uso erróneo de “explorata” para significar “investigada”,  etc. Para el elenco completo: https://fromromeinfo/2020/06/10/clamorous-errors-in-the-latin-of-the-renunciation-2/

 

Pero el gran problema se encuentra en la construcción del texto de Ratzinger, lo cual tornaría inválida su renuncia al papado. En efecto, a partir de 1983 el Derecho canónico exige la renuncia al “MUNUS petrino”, es decir al oficio inherente a la condición de pontífice que proviene de Dios y de san Pedro (anteriormente bastaba solo decir “renuncio”); tal modificación fue probablemente añadida para blindar eventuales y futuras abdicaciones papales.

 

Ratzinger escribe en la Declaratio que sus fuerzas, a causa de la edad, “han dejado de ser aptas para ejercer el munuspetrino de un modo adecuado”. Sin embargo no escribe que RENUNCIA AL MUNUS sino que, “bien consciente de la gravedad de este acto DECLARO QUE RENUNCIO AL “MINISTERIO” (es decir al ejercicio) de Obispo de Roma”. En un inicio, por lo tanto, cita el Munus de un modo genérico, pero después declara  de acuerdo formalmente renunciar solo al Ministerium, lo cual, al criterio de no pocos entendidos, resulta del todo inútil para la validez del acto: como si un rey, abdicando, dijera que renuncia a ejercer el poder práctico sin renunciar al trono obtenido por derecho divino.

 

De otra parte, Ratzinger tampoco escribe “renuncio” sino “declaro renunciar”, lo que compromete la sinceridad de su renuncia, así como “declarar amar” no corresponde necesariamente a “amar”.

 

Hipotizando que Benedicto haya sido sometido a presiones, colocado frente a una elección, por ejemplo entre la dimisión y la bancarrota vaticana (en este punto recuérdese la notoria estrategia del código “Swift” y el bloqueo de las cuentas bancarias vaticanas) él podría haber LIBREMENTE ELEGIDO “DECLARAR RENUNCIAR”, algo muy distinto de “libremente renuncio”.

 

Otro interrogante propuesto por Bugnolo: ¿Por qué Ratzinger escribe que la Sede quedará vacante después de 18 días?. No obstante, la renuncia debería dejar vacante la Sede a partir de la muerte o del acto de renuncia del papa.

 

No es nueva la polémica sobre el MUNUS.De ella se han ocupado ampliamente Vittorio Messori, Antonio Socci y otros autorizados vaticanistas, pero Fray Bugnolo ha sido el primero en divulgar que todas las traducciones de la Declaratio(en el sitio web vaticano) también el Munusse halla traducido por “ministerio”, juntando en consecuencia en un único significado dos prerrogativas que el Derecho canónico las distingue bien. Pregunta Fray Bugnolo: “¿Quién lo ha autorizado?.Munus sería perfectamente traducible en todas las lenguas. Esta es la prueba de que el Vaticano ha querido anular la fundamental distinción que el Papa Emérito en su reciente entrevista EIN LEBEN (Una Vida) incluso nuevamente la ha reiterado, declarando que él todavía mantiene o conserva para sí el “encargo espiritual” (spirituelleZuordnung) aunque haya renunciado al ejercicio concreto (konkreteVollmacht). Más aún: es todavía el Papa reinante y de hecho continúa vistiendo la sotana blanca, impartiendo la Bendición Apostólica y firmándose como P.P., PontifexPontificum, título reservado precisamente al Papa reinante. Recordemos que la única explicación dada por Ratzingeren cuanto al uso de la sotana blanca fue que no había sotanas negras en su armario.

 

A la cuestión del Munus había respondido en 2016, en un artículo extremadamente técnico del todo incomprensible para los no especialistas, Mons. Giuseppe Sciacca, obispo secretario de la Signatura Apostólica. “Como un astuto abogado – escribe Fray Bugnolo-Sciacca afirma justamente que el poder no puede ser dividido entre dos papas, pero al dar por descontada la validez de la renuncia elude el verdadero problema. Afirma además que renunciar al Ministerium comporta renunciar automáticamente al Munus, lo cual no es verdad porque Benedicto habría podido muy bien nombrar un Vicario para gestionar el Ministerium y conservar el propio cargo, es decir el Munus, que es esencial incluso por motivos teológicos y dogmáticos, no solamente canónicos, en cuanto proviene de Dios”.

 

Se encuentran además otras extrañísimas anomalías en la traducción italiana publicada por el Vaticano: “Declaro renunciar al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, a mí confiado por los Cardenales el 19 de abril de 2005, DE MODO QUE a partir del 28 de febrero de 2013, a las 20:00 horas, la Sede de Roma, La Sede de San Pedro, quedará  vacante”.

 

Como especifica Fray Bugnolo: “De modo que”, en latín, es escrito por Ratzinger como UT pero debe ser traducido ASÍ QUE POR ESTO. Diversamente, “de modo que” propiamente ha de traducirse por QUOMODO.

“Son dos cosas muy diferentes: “de modo que” presupone el absoluto, el legal automatismo de una relación acto-consecuencia. “Así que por esto” a su vez  puede también revelar un intento escondido o un efecto querido buscado con toda intención. La diferencia que media entre un “modo” externo y material respecto a un “fin” subjetivo.

Por ejemplo no es correcto decir: “Pongo el cebo en la trampa de modo que el ratón sea capturado”, pues no se da por descontado que el roedor caiga en el engaño. Más bien debe decirse: “Pongo el cebo en la trampa para que por esto el ratón sea capturado”.

Imaginemos por un momento que Benedicto ha sido realmente constreñido a abdicar: él declara por tanto renunciar a su  “ministerio” a fin de que por este motivo la Sede quede vacante…quizás también por la acción de los usurpadores. Si hubiese escrito realmente DE MODO QUE habría admitido implícitamente la validez de su renuncia. Así que no.

Otra anomalía: ¿Por qué Benedicto escribe que el nuevo cónclave deberá ser convocado “POR AQUELLOS A QUIENES COMPETA” y no “por vosotros cardenales”? Suena como una deslegitimación dado que obviamente serían los cardenales a quienes se dirija para poder formar el cónclave. Como si el Presidente del Senado, hablando de un futuro Presidente de la República, dijese que éste “deberá ser votado por aquellos a quienes competa” y no, como es evidente, “por vosotros parlamentarios”.

 

Además Ratzinger no especifica la FECHA EXACTA del nuevo y verdadero cónclave para la elección del Pontífice. Solo dice que deberá ser convocado DESPUÉS QUE LA SEDE QUEDE VACANTE, es decir realmente en el momento sucesivo a su muerte. He aquí por qué la elección válida del nuevo Pontífice COMPETIRÍA en aquel caso solamente a ALGUNOS CARDENALES, aquellos creados antes del advenimiento de Bergoglio y dispuestos a reconocer el “golpe de estado” realizado.

 

En efecto, las nóminas cardenalicias de Bergoglio no serían legalmente válidas por provenir de un papa inválido, ya que inválida también fue la renuncia de Benedicto.

 

En el caso de que todavía pasasen muchos años y quedaran vivos y activos los cardenales “legítimos” creados por Benedicto XVI o Juan Pablo II, el nuevo Pontífice debería ser elegido por la Iglesia romana como en los tiempos más antiguos. He aquí la razón de que –en esta perspectiva- un nuevo cónclave debería ser convocado “por aquellos a quienes corresponda o competa” y no a los cardenales a los que él se dirige. Es ésta una visión impecable.

 

¿Fantapolítica o una Declaratio aparentemente arruinada que, no obstante, leída del modo correcto se revela de diamantina, de “ratzingeriana” coherencia?

 

Fray Bugnolo está seguro: los errores del latín han sido queridos expresamente por Ratzinger a fin de atraer la atención sobre la invalidez del documento y para hacer emerger, en una lectura atenta, la verdad cuando los tiempos estén maduros. La misma opinión comparte el abogado vienés Arthur H. Lambauer, reconocido experto en derecho internacional, quien ya en 2013 había notado las anomalías”:

“Considero que Benedicto ha cometido errores a propósito para que el sucesor sea inválido, de modo que éste no hiciese nada irrevocable (matrimonios gais, diaconado femenino, etc.) y así, llegado el caso, anularlo”.

 

Sobre todo un dato objetivo e incontestable: en aquellos extraños 18 días que median entre la renuncia y la sede vacante (que en toda regla debería ser consecuencia inmediata de la renuncia) ninguno ha podido o querido corregir la Declaratio escrita tan “malamente” por Benedicto. ¿Por qué? Téngase en cuenta que es un deber específico de los cardenales corregir al papa de una manera oportuna y filial en caso de que se equivocara.

 

“Esto demuestra –sostiene Fray Bugnolo- que los cardenales fueron desleales o que se hallaban enceguecidos          por la prisa en tomar el poder; quizás algunos de ellos así como algunosfuncionarios de la Secretaría Apostólica, a quienes no podían escapárseles ciertos errores, eran “cómplices” de Benedicto y, bien conscientes tales errores, callaron para que un día “explotara la bomba”.

 

Vengamos ahora a las posibles objeciones: “Ratzinger no conoce  profundamente el latín y estaba muy anciano para escribirlo bien”. Resulta difícil que el teólogo alemán, durante 14 años Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), autor de excelentes escritos en latín, no supiese dominarlo. Por lo demás, el Papa estaba rodeado de excelentes latinistas que habrían podido asistirle. En febrero de 2013 se encontraba tan lúcido hasta el punto de pronunciar un discurso ininterrumpido de 58 minutos. “En todo caso la invalidez se mantendría –responde Fray Alexis- porque la renuncia exigeno solo la plena lucidez mental sino asimismo la absoluta conciencia y conocimiento del Derecho canónico.

Otra previsible objeción: “La renuncia se la ha escrito alguna otra persona que no conoce bien el latín”. Pero si el documento proviniese de alguien que presiona o de un falsario, ¿por qué redactarlo de una manera que sea canónicamente inválida?

Una última y eventual objeción: “Benedicto XVI jamás engañaría a nadie”. En efecto, Benedicto no ha engañado a nadie, solamente ha redactado una renuncia al ministerium. Según Fray Bugnolo, son otros los que han querido ver cómo estaba redactado el escrito y cómo Benedicto se ha comportado hasta hoy. Así, por su avidez de poder, se han autoengañado.

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