San Pedro de Alcàntara con amabilità e fermezza -a una signora che si lamentava per il diluvio di disgrazie e peccati del mondo- così ammoniva: |
<<No se aflija vuestra señorìa; hay un remedio a este diluvio de pecados y delitos. Seamos usted y yo lo que debemos ser. Asì habrà dos personas menos que convertir. Haga cada uno lo mismo y serà la reforma màs eficaz. El mal consiste en que, de hecho, ninguno quiere enmendarse él mismo y todos se proponen corregir a los demàs. Asì todo se queda como estaba>>.
Oh, san Pedro y todos los santos sacerdotes y levitas, rueguen por nosotros.
AMDG et BVM
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