mercoledì 29 agosto 2018

MOLTE PERSONE -ciecamente- RESTANO AFFASCINATE DALL'ARTIFICIALE "PROGRESSO" SCIENTIFICO E TECNICO dei nostri giorni!!!!

En la fecundación artificial no hay alma

Me gustaría entender por qué la fecundación artificial no permite la encarnación de un alma en el cuerpo engendrado. ¿Es porque Dios así lo quiere? ¿Hay algún otro motivo?

Respuesta:
Dios, al formar la naturaleza humana, puso en ella, inscrita en su ser, un orden natural, una ley de la naturaleza, que no nace del pensamiento humano ni puede ser cambiado ni por la mente humana ni por la voluntad humana. Y, por lo tanto, qué  clase de hombre pertenece a la naturaleza humana no lo decide ni la ciencia humana ni la técnica humana. El hombre es un ser compuesto de alma, espíritu y cuerpo. Para pertenecer a la naturaleza humana tienen que entrar en juego estas tres cosas. El ser humano no tiene capacidad de crearse a sí mismo, sino que está obligado a seguir las leyes de Dios si quiere ser hombre, engendrar un hombre y obrar como hombre. La humanidad que Dios quiere nace de la obra sexual del hombre y de la mujer, no surge del arbitrio de los hombres.
Esto que es esencial, la base de todo, muchas personas no lo comprenden, porque están fascinadas por lo artificial, por el mal llamado avance científico y técnico, propio de nuestros días.
La obra sexual del varón exige un alma:
Un hombre nace de la obra de un varón dentro de una mujer. Un hombre no nace de la sola unión del esperma y del óvulo.
El origen del ser humano está en la obra sexual del varón, no en la obra biológica del esperma. Así, un varón es el que llama a un alma a encarnarse. No es la mujer la que exige la encarnación de un alma.
Y depende si el hombre entró en la mujer -conforme o no a la Voluntad de Dios- así bajará -al cuerpo que se concibe en el seno de la mujer- un alma u otra. Así el primer hombre, fuera de la Voluntad de Dios, engendra a Caín al entrar en Eva, es decir llama a un alma -que ya sirve a Satanás- a encarnarse. Cuando, en la Voluntad de Dios, entra en su Mujer, engendra a Abel, es decir, llama a un alma -que ya sirve a Dios- a encarnarse. La obra sexual del varón exige la encarnación del alma. Sin la obra activa del varón nunca se encarnará un alma.
La obra sexual de la mujer exige el espíritu:
Y la obra sexual de la mujer es dar al hijo que ha concebido -en la actuación del varón dentro de ella- el Espíritu de Dios, para que ese hijo sea Hijo de Dios, es decir pertenezca a la Familia Divina.
Por tanto, Eva dio al hijo, que concibió del primer hombre, el espíritu del demonio (Eva carecía del Espíritu de Dios, pues era un animal prehumano). Y la Primera Mujer dio al hijo, que concebió del primer hombre, el Espíritu de Dios.
Por el pecado original, la mujer da el espíritu del demonio. Y, por eso, todo hombre que nace está poseido, en su cuerpo, -en mayor o menor grado- del demonio.
La obra de los gametos masculino y femenino exige el cuerpo:
La unión del esperma y del óvulo sólo exige una carne, un cuerpo físico, con un ADN propio, pero no exige ni el alma ni el espíritu. Y, por eso, en toda fecundación artificial se engendra un ser que no pertenece a la naturaleza humana, es decir ese ser no tiene alma ni Espíritu Divino, porque no han obrado activamente -en la concepción- ni el varón ni la mujer. No hubo obra sexual. Sólo han obrado el esperma y el óvulo, que se los ha manipulado para alcanzar una unión no natural, antinatural y artificial. En esa fecundación artificial siempre encarnará un espíritu del Mal en un cuerpo físico de hombre.

2 Replies to “En la fecundación artificial no hay alma”

  1. Y esos individuos sin alma, son cómo si fueran animales cuya alma vegetativa se aniquila al morir o están habitados por ángeles caídos o sea demonios encarnados? Porque un espíritu siempre es un ser en si mismo y tiene persona, con individualidad, conciencia y voluntad, tanto si es bueno cómo si es malo?
    1. Tanto el espíritu como el alma son seres completos en sí mismos, con inteligencia, voluntad y libertad sin depender del cuerpo físico.
      La diferencia estriba en que el alma está ordenada a un cuerpo, es decir tiene capacidad para poseer una vida humana, y el espíritu no está ordenado a un cuerpo, es decir no tiene esa capacidad.
      Esta capacidad de tener una vida humana consiste en ser principio de vida para el cuerpo en el cual se encarna el alma. De esta manera, el hombre con alma no necesita de un alma sensitiva para dar vida a su cuerpo. Con su alma da vida al cuerpo.
      Como el Espíritu no tiene esta capacidad de ser principio de vida para el cuerpo, por eso en la fecundación articicial se produce la formación de un alma sensitiva, propia del animal, pues en el ADN humano, en esos gametos masculinos y femeninos, hay mezcla del ADN animal, que da a lugar a esa alma vegetativa. Sin esta mezcla no se podría dar esta alma sensitiva.
      El espíritu que toma ese cuerpo, cuyo principio de vida es animal, le pone la inteligencia para aparecer como hombre que tiene inteligencia.
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AMDG et DVM

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