mercoledì 1 gennaio 2014

Cantico alla B. V. Maria



Cantico alla B. V. Maria
"Te Matrem Dei laudamus"
(Si recita tutti i giorni dopo i salmi)


“Ti  lodiamo, Madre di Dio * ti esaltiamo come Madre e Vergine.
Tutta la terra ti venera * Figlia dell’eterno Padre.

Gli Angeli e gli Arcangeli, i Troni e i Principati * ti servono fedelmente.
Le Potestà, le Virtù e le Dominazioni * devotamente ti obbediscono.


I Cherubini, i Serafini e tutti i cori degli Angeli * ti circondano esultanti.
Tutte le creature angeliche * ti proclamano senza fine:


Santa, Santa, Santa * Maria Madre di Dio, Madre e Vergine.
I cieli e la terra sono pieni * della gloria del tuo Figlio.
Il coro glorioso degli Apostoli * ti esalta Madre del Creatore.
La moltitudine dei beati Martiri * ti glorifica Madre di Cristo.

La gloriosa schiera dei Confessori * ti proclama tempio della Santissima Trinità.
L’amabile coro delle Vergini * ti addita modello di verginale umiltà.

L’intera corte celeste * ti acclama sua Regina.
Per tutto il mondo la Chiesa ti onora * Madre della divina Maestà.

Madre del Re del Cielo, * santa, dolce e pia.
Tu sei Signora degli Angeli * porta del Paradiso.

Tu Scala del Regno dei cieli * Arca di pietà e di grazia.
Sorgente della misericordia * Sposa e Madre dell’eterno Re.

Tempio dello Spirito Santo * dimora della santissima Trinità.
Tu divina e materna mediatrice  fra Dio e gli uomini * tu loro guida e universale dispensatrice di grazie.

Tu Aiuto dei cristiani, * Rifugio dei peccatori.
Tu Signora del mondo, Regina del Cielo * e  unica  nostra  speranza.

Tu salvezza di chi ti invoca, porto dei naufraghi * sollievo dei miseri, rifugio dei moribondi.
Tu Madre dei beati * e gioia degli eletti.

Tu perfezioni i giusti * e raduni gli erranti.
In Te si avverano le promesse dei Patriarchi * e i vaticini dei Profeti.

Tu guida degli Apostoli, * maestra agli Evangelisti.
Tu forza dei Martiri, modello dei Confessori * onore e gloria delle Vergini.

Tu per salvare l’uomo decaduto, * accogliesti nel seno il Figlio di Dio.
Tu, vincendo l’antico avversario, * hai riaperto ai tuoi figli il paradiso.
Insieme con il Figlio * siedi alla destra del Padre.
O Vergine Maria, prega per noi tuo Figlio * che un giorno sarà nostro Giudice.

Ti preghiamo, soccorri i tuoi figli, * redenti col prezioso Sangue del  Figlio tuo.
Fa’, o Vergine, che insieme con i Santi * siamo premiati con l’eterna gloria.

Salva il tuo popolo, o Madre * perché abbia parte all’eredità del tuo Figlio. 
Guidaci in questa vita, divina nostra Pastora, * e custodiscici per l’eternità.

Ogni giorno, o Madre, * ti rivolgiamo la nostra lode.
E bramiamo cantare le tue lodi in eterno * con le labbra e con il cuore.

Dégnati, o dolce Maria, * di conservarci senza peccato.
Abbi pietà di noi, o Madre, * perché confidiamo in Te.

In Te speriamo, cara nostra Madre, * difendici in eterno.
A Te s’addice la lode e il potere * a Te l’onore e la gloria.

Amen”.

Orazione finale: 
       O misericordiosissima Vergine Maria, che non abbandoni mai chi a Te ricorre e ti invoca, io mi rivolgo a Te, spinto dalla più grande fiducia e ti prego supplichevole. O Madre di Gesù, ascoltami propizia. Amen.


CANTICO A LA B. V. MARIA


María, Madre de Dios, alegres te cantamos * y te exaltamos como Madre y Virgen.
Toda la creación Te aclama * Hija del eterno Padre.
Los Angeles y los Arcángeles, los Tronos y los Principados, * Te sirven fielmente.
Las Potestades, las Virtudes y las Dominaciones * devotamente Te obedecen.
Los Querubines, los Serafines y todos los coros de los Angeles, * Te rodean exultantes.
Todas las criaturas angélicas, * Te proclaman sin fin:
Santa, Santa, Santa,  * María:  Madre de Dios, Madre y Virgen.
Llenos están el Cielo y la Tierra * de la gloria de tu Hijo.
EI coro glorioso de los Apóstoles * Te exalta Madre del Creador.
La multitud de los bienaventurados Mártires * Te glorifica Madre de Cristo.
EI ejército celestial de los Confesores * Te proclama Templo de la Santísima Trinidad.
EI amable coro de las Vírgenes * Te señala modelo de virginal humildad.
Toda la corte celestial * Te aclama su Reina.
Por  todo el mundo la Iglesia Santa, Te honra * Madre de la Majestad Divina.

Madre verdadera del Rey del Cielo, * santa, dulce y pia.
Tú eres Señora de los Angeles, * Puerta del Paraíso.
Tú, escalera del Reino Celestial: * y de la Gloria.
Tú, Reposo Divino: * Tú Arca de piedad y de gracia.
Tú, Manantial de misericordia: * Tú, Esposa y Madre del eterno Rey.
Tú, Templo y Sacrário  del Espíritu Santo: * de toda la Beatísima Trinidad noble morada.
Tú, Mediadora  de  Dios y de los hombres: * Tú, guía amabilísima y resplandeciente de cada mortal.

Tú,  Auxílio de los Cristianos en batalla  y Abogada de los pobres, *  seguro refugio de los pecadores.
Tú, Bienechora  y defensora divina: * separadora y terror de demonios y suberbios.
Tú, Señora del mundo, Reina del Cielo: *.. única nuestra esperanza.
Tú, salud de todos los que Te invocan, puerto de los náufragos * alivio de los míseros, refugio de los moribundos.
Tú, Madre de todos los Bienaventurados y gozo pleno celestial, * eres alegría de todo elegido.
Tú,  perfeccionando a los justos y reconciliando a los errantes, * eres la promesa de los Patriarcas.
             Tú, verdad de los Profetas,  vaticínio y Doctora  de los Apóstoles:      * Maestra de los Evangelistas.
Tú, fortaleza de los Mártires y modelo de los Confesores: *  honra y alegría de las Vírgenes.

Tú, para salvar al hombre desterrado, * acogiste en el seno al Hijo de Dios.
Por Ti, vencido al antiguo enemigo, se abrieron de nuevo a tus hijos los Reinos Celestales.
Junto con el Hijo *  reinas  a  la diestra del Padre.
¡Oh Virgen María! Ruega por nosotros al mismo tu Hijo * que un día vendrá como nuestro Juez universal.
Te rogamos pues, socorre a tus hijos, * redimidos con la preciosa Sangre de tu Hijo.
Y recíbenos, Santa Virgen María  * allá en la gloria con tus Santos.
Salva a tu pueblo, Divina Señora: * para que seamos partícipes de la heredad del Hijo tuyo.
Sé nuestra Divina Pastora en esta vida: * guárdanos por la eternidad.
Cada día de nuestra vida * te bendecimos, Madre y Señora dulcisima.
Deseamos  vivamente  por siempre jamás * alabar tu Nombre con  labios  y  corazón.
Dígnate, ¡oh dulce María!, * conservarnos sin  pecado  hoy y siempre.
Ten  piedad de nosotros, Madre, * ten  piedad.
  
Sea grande tu misericordia con nosotros: * porque en Ti, Virgen María, confiamos.
En Ti, dulce María, está toda nuestra esperanza: * defiéndenos por la eternidad.
A Ti conviene toda alabanza y todo poder: * por los siglos eternos a Ti siempre honor y gloria.  Amén.


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