Cantico
alla B. V. Maria
"Te
Matrem Dei laudamus"
(Si
recita tutti i giorni dopo i salmi)
“Ti lodiamo, Madre
di Dio * ti esaltiamo come Madre e Vergine.
Tutta la terra ti venera
* Figlia dell’eterno Padre.
Gli Angeli e gli
Arcangeli, i Troni e i Principati * ti servono fedelmente.
Le Potestà, le Virtù e
le Dominazioni * devotamente ti obbediscono.
I Cherubini, i Serafini e
tutti i cori degli Angeli * ti circondano esultanti.
Tutte le creature
angeliche * ti proclamano senza fine:
Santa, Santa, Santa *
Maria Madre di Dio, Madre e Vergine.
I cieli e la terra sono
pieni * della gloria del tuo Figlio.
Il coro glorioso degli Apostoli
* ti esalta Madre del Creatore.
La moltitudine dei beati
Martiri * ti glorifica Madre di Cristo.
La gloriosa schiera dei
Confessori * ti proclama tempio della Santissima Trinità.
L’amabile coro delle
Vergini * ti addita modello di verginale umiltà.
L’intera corte celeste *
ti acclama sua Regina.
Per tutto il mondo la
Chiesa ti onora * Madre della
divina Maestà.
Madre del Re del Cielo,
* santa, dolce e pia.
Tu sei Signora degli
Angeli * porta del Paradiso.
Tu Scala del Regno dei
cieli * Arca di pietà e di grazia.
Sorgente della
misericordia * Sposa e Madre dell’eterno Re.
Tempio dello Spirito
Santo * dimora della santissima Trinità.
Tu divina e materna
mediatrice fra Dio e gli uomini * tu loro guida e universale
dispensatrice di grazie.
Tu Aiuto dei cristiani,
* Rifugio dei peccatori.
Tu Signora del mondo,
Regina del Cielo * e unica nostra speranza.
Tu salvezza di chi ti
invoca, porto dei naufraghi * sollievo dei miseri, rifugio dei moribondi.
Tu Madre dei beati * e
gioia degli eletti.
Tu perfezioni i giusti *
e raduni gli erranti.
In Te si avverano le
promesse dei Patriarchi * e i vaticini dei Profeti.
Tu guida degli Apostoli,
* maestra agli Evangelisti.
Tu forza dei Martiri,
modello dei Confessori * onore e gloria delle Vergini.
Tu per salvare l’uomo
decaduto, * accogliesti nel seno il Figlio di Dio.
Tu, vincendo l’antico
avversario, * hai riaperto ai tuoi figli il paradiso.
Insieme con il Figlio *
siedi alla destra del Padre.
O Vergine Maria, prega
per noi tuo Figlio * che un giorno sarà nostro Giudice.
Ti preghiamo, soccorri i
tuoi figli, * redenti col prezioso Sangue del Figlio tuo.
Fa’, o Vergine, che
insieme con i Santi * siamo premiati con l’eterna gloria.
Salva il tuo popolo, o
Madre * perché abbia parte all’eredità del tuo Figlio.
Guidaci in questa vita,
divina nostra Pastora, * e custodiscici per l’eternità.
Ogni giorno, o Madre, *
ti rivolgiamo la nostra lode.
E bramiamo cantare le
tue lodi in eterno * con le labbra e con il cuore.
Dégnati, o dolce Maria,
* di conservarci senza peccato.
Abbi pietà di noi, o
Madre, * perché confidiamo in Te.
In Te speriamo, cara
nostra Madre, * difendici in eterno.
A Te s’addice la lode e
il potere * a Te l’onore e la gloria.
Amen”.
Orazione finale:
O misericordiosissima
Vergine Maria, che non abbandoni mai chi a Te ricorre e ti invoca, io mi
rivolgo a Te, spinto dalla più grande fiducia e ti prego supplichevole. O Madre
di Gesù, ascoltami propizia. Amen.
CANTICO A LA B. V. MARIA
María, Madre de Dios, alegres te cantamos * y te
exaltamos como Madre y Virgen.
Toda la creación Te aclama * Hija del eterno Padre.
Los Angeles y los Arcángeles, los Tronos y los
Principados, * Te sirven fielmente.
Las Potestades, las Virtudes y las Dominaciones *
devotamente Te obedecen.
Los Querubines, los Serafines y todos los coros de los
Angeles, * Te rodean exultantes.
Todas las criaturas angélicas, * Te proclaman sin fin:
Santa, Santa, Santa, * María: Madre de
Dios, Madre y Virgen.
Llenos están el Cielo y la Tierra * de la gloria de tu
Hijo.
EI coro glorioso de los Apóstoles * Te exalta Madre
del Creador.
La multitud de los bienaventurados Mártires * Te
glorifica Madre de Cristo.
EI ejército celestial de los Confesores * Te proclama
Templo de la Santísima Trinidad.
EI amable coro de las Vírgenes * Te señala modelo de
virginal humildad.
Toda la corte celestial * Te aclama su Reina.
Por todo el mundo la Iglesia Santa, Te honra *
Madre de la Majestad Divina.
Madre verdadera del Rey del Cielo, * santa, dulce y
pia.
Tú eres Señora de los Angeles, * Puerta del Paraíso.
Tú, escalera del Reino Celestial: * y de la Gloria.
Tú, Reposo Divino: * Tú Arca de piedad y de gracia.
Tú, Manantial de misericordia: * Tú, Esposa y Madre
del eterno Rey.
Tú, Templo y Sacrário del Espíritu Santo: * de
toda la Beatísima Trinidad noble morada.
Tú, Mediadora de Dios y de los hombres: *
Tú, guía amabilísima y resplandeciente de cada mortal.
Tú, Auxílio de los Cristianos en batalla y
Abogada de los pobres, * seguro refugio de los pecadores.
Tú, Bienechora y defensora divina: * separadora
y terror de demonios y suberbios.
Tú, Señora del mundo, Reina del Cielo: *.. única
nuestra esperanza.
Tú, salud de todos los que Te invocan, puerto de los
náufragos * alivio de los míseros, refugio de los moribundos.
Tú, Madre de todos los Bienaventurados y gozo pleno
celestial, * eres alegría de todo elegido.
Tú, perfeccionando a los justos y reconciliando
a los errantes, * eres la promesa de los Patriarcas.
Tú, verdad de los Profetas, vaticínio y Doctora de los Apóstoles:
* Maestra de los Evangelistas.
Tú, fortaleza de los Mártires y modelo de los
Confesores: * honra y alegría de las Vírgenes.
Tú, para salvar al hombre desterrado, * acogiste en el
seno al Hijo de Dios.
Por Ti, vencido al antiguo enemigo, se abrieron de
nuevo a tus hijos los Reinos Celestales.
Junto con el Hijo * reinas a la
diestra del Padre.
¡Oh Virgen María! Ruega por nosotros al mismo tu Hijo
* que un día vendrá como nuestro Juez universal.
Te rogamos pues, socorre a tus hijos, * redimidos con
la preciosa Sangre de tu Hijo.
Y recíbenos, Santa Virgen María * allá en la
gloria con tus Santos.
Salva a tu pueblo, Divina Señora: * para que seamos
partícipes de la heredad del Hijo tuyo.
Sé nuestra Divina Pastora en esta vida: * guárdanos
por la eternidad.
Cada día de nuestra vida * te bendecimos, Madre y
Señora dulcisima.
Deseamos vivamente por siempre jamás *
alabar tu Nombre con labios y corazón.
Dígnate, ¡oh dulce María!, * conservarnos sin
pecado hoy y siempre.
Ten piedad de nosotros, Madre, * ten
piedad.
Sea grande tu misericordia con nosotros: * porque en
Ti, Virgen María, confiamos.
En Ti, dulce María, está toda nuestra esperanza: *
defiéndenos por la eternidad.
A Ti conviene toda alabanza y todo poder: * por los
siglos eternos a Ti siempre honor y gloria. Amén.
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