Mensaje.
Mensaje de Dios Padre a J.V.
Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, vosotros tenéis un dicho que dice: haz el bien, sin mirar a quién, esto suena bien, pero puede caer sólo en el altruismo, en cambio Yo os dije: "Haz el bien como si Me lo hicierais a Mí mismo". De hecho Me lo hacéis a Mí mismo, puesto que Yo habito en cada uno de vosotros y no solo recibo el bien, sino que, además, conozco la intención del que da ése bien.
En el altruismo no hay ése trato personal caritativo y la acción ofrecida puede ser de vanagloria, conveniencia ó de una bondad disfrazada.
Sí, la persona da, comparte y ayuda, pero no hay verdadera caridad. La acción no sale de un corazón sincero, amoroso y que vea realmente la necesidad de su hermano. Muchas de vuestras acciones no se hacen con el corazón, no va acompañada la ayuda con el corazón. A veces dais, para que os dejen en paz, para que ya no os molesten, especialmente a aquellos de vosotros que sois "ricos" y todo el mundo os busca para pediros ayuda.
Estáis ciegos y sois egoístas, ¿acaso creéis que vuestros bienes los hicisteis vosotros solos u os los ganasteis, solamente, con las capacidades que tenéis? Me hacéis a un lado y no reconocéis que todo lo que tenéis y lo que sois, salió de Mis Manos Creadoras. Si tenéis mucho ó poco, es porque así lo he querido. Si tenéis las capacidades para crecer en conocimiento, es porque así lo he querido. Si tenéis salud ó enfermedad es porque así lo he querido.
Vuestra soberbia, vuestras conveniencias, vuestra separación de Mí, de la Sabiduría Eterna, es lo que hecha a perder todo lo bello y santo que Yo, vuestro Padre, os doy.
Separáis las capacidades de hacer crecer vuestros bienes materiales con las de la caridad, porque no os conviene, porque, la caridad, el amor, que Yo os pido que tengáis para con vuestros hermanos necesitados, menguaría vuestras arcas.
No compartís la sabiduría ni el conocimiento, que doy de sobra a algunas almas, porque no hay humildad ni agradecimiento para Mí, vuestro Dios y para que os sigan viendo como a sabios, para que podáis tener a muchos de vuestros semejantes debajo de vosotros, sirviéndoos, siendo que lo que Yo os di, es para servir.
Estos son tiempos para que recapacitéis del cómo habéis utilizado lo que "GRATUITAMENTE" recibisteis y que tenéis la obligación de compartir. ¿Qué acaso no habéis constatado muchas veces, personalmente ó por medio de las vivencias de vuestros semejantes, que mientras más dais, más recibís de regreso? Yo os lo prometí y lo he cumplido y así, los que Me han dado su confianza, lo han constatado una y mil veces.
Mientras más deis y os vaciéis de las cosas de éste Mundo y de vosotros mismos, más os doy y más os colmo. Yo os prometí daros el ciento por uno, cuando lo que dais, lo dais con AMOR y sin el deseo de hacer un trato convenenciero para vuestros propios intereses, basado en ésta Mi Promesa.
No, hijitos Míos, si dais, por conveniencia, para recibir el ciento por uno, estad seguros de que no lo recibiréis, pero sí, en cambio, cuando deis, aún mejor, hasta de lo que necesitáis, entonces sí recibiréis y no sólo el ciento por uno, sino muchísimo más. Pero entended, NO estéis viendo solamente lo material, aunque deis de corazón, porque lo material no es duradero, es efímero. Lo que Yo os prometo dar es para la vida eterna, ETERNA, palabra que no comprendéis, pero que cuando recibáis en Mi Reino lo que Yo os he guardado, porque os lo ganasteis durante toda una vida llena de méritos y que gozaréis eternamente, Me lo agradeceréis inmensamente.
Tened confianza en vuestro Dios, en vuestro Padre, quién conoce perfectamente a cada uno de sus hijos y que desea darle a cada uno lo mejor de Su Corazón.
Si vosotros, los que creéis en Mí y Me amáis, si reconocierais a Mi Hijo Jesucristo y a Mi Hija, Su Madre, la Siempre Virgen María, sentaditos en la acera de la calle pidiendo limosna, ¿cuál sería vuestra reacción? Sabiendo quienes son, daríais todo lo que trajerais en ése momento, ó mejor aún, los levantaríais y los llevaríais a vuestra casa para atenderlos lo mejor posible, por quienes son y por lo que se merecen, ó daríais en cosas materiales y espirituales todo lo que pudiérais, porque vuestro corazón se llenaría de amor y de compasión por ellos. Quizá al verlos y al ayudarles, ni pensaríais en Mi Promesa, la de pagaros al ciento por uno, ya con el hecho de saber que es a Ellos a los que estaríais ayudando, vuestro corazón se satisfaría plenamente y ya ésa sería una gran paga. Ahora yo os pregunto, ¿por qué no hacéis lo mismo con vuestros semejantes, si realmente sabéis que Yo, enteramente, habito en cada uno de ellos?
Porque os conozco, ahora leo en vuestro corazón que sólo estáis viendo en ellos al hombre, al pobre, sucio y molesto hombre, al que ya no es vuestro Dios, sino sólo un harapiento ser humano, envuelto de un mal olor y que os quiere "quitar" lo que es vuestro, al pediros una limosna.
¿Véis cómo os falta crecer espiritualmente? Véis lo que os interesa ver y no vais más allá. No os imagináis y, más tarde lo sabréis, cuántas veces, durante vuestra vida sobre la Tierra, Mi Hijo y Mi Hija se hicieron pasar por pordioseros ante vuestros ojos, para probar vuestra caridad y, sobre todo, para que tuvierais la oportunidad de ganar méritos y regalos inmensos para gozar en la Vida Eterna y no las aprovechasteis. Vuestro duro corazón sólo vio lo indeseable para vuestros bolsillos y no dejasteis actuar a Mi Presencia en vuestro corazón, para que os moviera, a dar de corazón, a Mi Presencia, en vuestros semejantes.
Ya os dije, Yo habito en vuestro corazón y conozco, perfectamente, las intenciones por las que obráis, dais ó actuáis, con vuestros semejantes. Podréis a ellos engañar, pero a Mí, vuestro Dios, nunca lo lograréis. Yo veo, escucho, conozco vuestras intenciones y sobre ellas obtendréis vuestro premio ó castigo eterno.
No actuéis por conveniencias Conmigo, aún sabiendo esto que Yo prometo y que os doy durante vuestra vida mortal. Actuad con sencillez, amor, donación libre y espontánea y que salga dé un corazón sincero y caritativo. Actuando así, no tendréis ningún problema en obtener Mis Grandes Bendiciones.
Este es un tiempo para recapacitar sobre vuestras acciones pasadas y la finalidad que buscasteis en ellas. Enmendad el mal pasado y buscad la perfección en vuestras obras futuras.
Yo os voy acrisolando y voy buscando a Mis verdaderos hijos, en los que pueda Yo, realmente, confiar, para darles, en posesión, Mis Bienes y los pueda acrecentar.
Este es un tiempo en el cuál os doy la oportunidad de verMe en vuestros hermanos necesitados, para que eso os ayude a abrir vuestro corazón a la caridad y para que ésa bondad no se quede sólo para tiempos como éste, sino para toda vuestra vida, para que ello prepare a vuestra alma a vivir en un medio de donde sólo se vive la virtud y el amor, que es vuestro Hogar Eterno y para que cuando regreséis a él, no os sintáis desubicados, sino que os sintáis en familia, como lo que somos todos nosotros, Yo, vuestro Padre y todos vosotros, Mis hijos.
Empezad ya a hacer "familia" desde la Tierra, para que la unáis con la del Cielo. No desperdiciéis más éstas oportunidades que os doy. Empezad ya vuestro cambio, si no lo habéis procurado y os aseguro que no os arrepentiréis.
Yo Soy vuestro Dios y Yo vivo perfectamente en los que son Míos, ellos Me gozan y Yo los bendigo grandemente.
Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo, en el del Amor de Mi Santo Espíritu y en el de vuestra Madre Celestial, María Santísima.
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AMDG et DVM
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