Canciones
entre el Alma y el Esposo
ESPOSA 1. ¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste
con gemido? Como el ciervo huiste, Habiéndome herido; Salí tras ti clamando, y
ya eras ido.
2.
Pastores, los que fuerdes Allá por las majadas al otero, Si por ventura vierdes
Aquel que yo más quiero, Decidle que adolezco, peno y muero.
3. Buscando
mis amores, Iré por esos montes y riberas, Ni cogeré las flores, Ni temeré las
fieras, Y pasaré los fuertes y fronteras.
4. Oh bosques y espesuras, Plantadas por mano
del Amado, Oh prado de verduras, De flores esmaltado, Decid si por vosotros ha
pasado.
RESPUESTA
DE LAS CRIATURAS 5. Mil gracias derramando, Pasó por estos sotos con presura, Y
yéndolos mirando, Con sola su figura Vestidos los dejó de su hermosura.
ESPOSA 6.
¡Ay, quién podrá sanarme! Acaba de entregarte ya de vero; No quieras enviarme
De hoy más ya mensajero, Que no saben decirme lo que quiero.
7. Y todos
cuantos vagan, De ti me van mil gracias refiriendo, Y todos más me llagan, Y
déjame muriendo Un no sé qué que quedan balbuciendo.
8. Mas
¿cómo perseveras, Oh vida, no viviendo donde vives, Y haciendo porque mueras,
Las flechas que recibes, De lo que del Amado en ti concibes?
9. ¿Por qué, pues has llagado Aqueste corazón,
no le sanaste? Y pues me le has robado, ¿Por qué así le dejaste, Y no tomas el
robo que robaste?
10. Apaga
mis enojos, Pues que ninguno basta a deshacellos, Y véante mis ojos, Pues eres
lumbre de ellos, Y sólo para ti quiero tenellos,
11.
Descubre tu presencia, Y máteme la vista y hermosura; Mira que la dolencia De
amor, que no se cura Sino con la presencia y la figura.
12. ¡Oh
cristalina fuente, Si en esos tus semblantes plateados, Formases de repente Los
ojos deseados, Que tengo en mis entrañas dibujados!
13.
Apártalos, Amado, Que voy de vuelo, ESPOSO Vuélvete, paloma, Que el ciervo
vulnerado Por el otero asoma, Al aire de tu vuelo, y fresco toma. ESPOSA
14. Mi
Amado, las montañas, Los valles solitarios nemorosos, Las ínsulas extrañas, Los
ríos sonorosos, El silbo de los aires amorosos.
15. La
noche sosegada En par de los levantes de la aurora, La música callada, La
soledad sonora, La cena, que recrea y enamora.
16.
Cazadnos las raposas, Que está ya florecida nuestra viña, En tanto que de rosas
Hacemos una piña, Y no parezca nadie en la montiña.
17. Detente,
cierzo muerto, Ven, austro, que recuerdas los amores, Aspira por mi huerto, Y
corran tus olores, Y pacerá el Amado entre las flores.
18. Oh,
ninfas de Judea, En tanto que en las flores y rosales El ámbar perfumea, Morá
en los arrabales, Y no queráis tocar nuestros umbrales.
19.
Escóndete, Carillo, Y mira con tu haz a las montañas, Y no quieras decillo; Mas
mira las campañas De la que va por ínsulas extrañas.
ESPOSO 20.
A las aves ligeras, Leones, ciervos, gamos saltadores, Montes, valles, riberas,
Aguas, aires, ardores, Y miedos de las noches veladores.
21. Por las
amenas liras Y cantos de Sirenas os conjuro Que cesen vuestras iras, Y no
toquéis al muro, Porque la Esposa duerma más seguro.
22.
Entrádose ha la Esposa En el ameno huerto deseado, Y a su sabor reposa, El
cuello reclinado Sobre los dulces brazos del Amado.
23. Debajo
del manzano Allí conmigo fuiste desposada, Allí te di la mano, Y fuiste
reparada Donde tu madre fuera violada.
ESPOSA 24.
Nuestro lecho florido, De cuevas de leones enlazado, En púrpura tendido, De paz
edificado, De mil escudos de oro coronado.
25. A zaga
de tu huella Los jóvenes discurren al camino Al toque de centella, Al adobado
vino, Emisiones de bálsamo divino.
26. En la
interior bodega De mi Amado bebí, y cuando salía Por toda aquesta vega, Ya cosa
no sabía, Y el ganado perdí que antes seguía.
27. Allí me
dio su pecho, Allí me enseñó ciencia muy sabrosa, Y yo le dí de hecho A mí, sin
dejar cosa; Allí le prometí de ser su esposa.
28. Mi alma se ha empleado, Y todo mi caudal,
en su servicio, Ya no guardo ganado Ni ya tengo otro oficio; Que ya sólo en
amar es mi ejercicio.
29. Pues ya
si en el ejido De hoy más no fuere vista ni hallada, Diréis que me he perdido,
Que, andando enamorada, Me hice perdidiza y fui ganada.
30. De flores
y esmeraldas En las frescas mañanas escogidas, Haremos las guirnaldas, En tu
amor florecidas, Y en un cabello mío entretejidas.
31. En solo
aquel cabello Que en mi cuello volar consideraste, Mirástele en mi cuello, Y en
él preso quedaste, Y en uno de mis ojos te llagaste.
32. Cuando tú me mirabas, Su gracia en mí tus
ojos imprimían; Por eso me adamabas, Y en eso merecían Los míos adorar lo que
en ti vían.
33. No quieras despreciarme, Que si color
moreno en mí hallaste, Ya bien puedes mirarme, Después que me miraste; Que
gracia y hermosura en mí dejaste.
ESPOSO 34. La blanca palomica Al arca con el
ramo se ha tornado, Y ya la tortolica Al socio deseado En las riberas verdes ha
hallado.
35. En
soledad vivía, Y en soledad ha puesto ya su nido, Y en soledad la guía A solas
su querido, También en soledad de amor herido.
ESPOSA 36. Gocémonos, Amado, Y vámonos a ver
en tu hermosura Al monte y al collado, Do mana el agua pura; Entremos más
adentro en la espesura.
37. Y luego
a las subidas Cavernas de las piedras nos iremos, Que están bien escondidas, Y
allí nos entraremos, Y el mosto de granadas gustaremos.
38. Allí me
mostrarías Aquello que mi alma pretendía, Y luego me darías Allí tú, vida mía,
Aquello que me diste el otro día.
39. El
aspirar del aire, El canto de la dulce Filomena, El soto y su donaire, En la
noche serena Con llama que consume y no da pena.
40. Que nadie lo miraba, Aminadab tampoco
parecía, Y el cerco sosegaba, Y la caballería A vista de las aguas descendía.
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