martedì 19 marzo 2013

DUE MINUTI PER IL PAPA – PREGHIERE PROPOSTE



DUE MINUTI PER IL PAPA – PREGHIERE PROPOSTE

PREGHIERA A SAN GIUSEPPE


Ad te, beate Ioseph, in tribulatione nostra confugimus, atque, implorato Sponsae tuae sanctissimae auxilio, patrocinium quoque tuum fidenter exposcimus. Per eam, quaesumus, quae te cum immaculata Virgine Dei Genetrice coniunxit, caritatem, perque paternum, quo Puerum Iesum amplexus es, amorem, supplices deprecamur, ut ad hereditatem, quam Iesus Christus acquisivit Sanguine suo, benignus respicias, ac necessitatibus nostris tua virtute et ope succurras. Tuere, o Custos providentissime divinae Familiae, Iesu Christi sobolem electam; prohibe a nobis, amantissime Pater, omnem errorum ac corruptelarum luem; 
propitius nobis, sospitator noster fortissime, in hoc cum potestate tenebrarum certamine e caelo adesto; et sicut olim Puerum Iesum e summo eripuisti vitae discrimine, ita nunc Ecclesiam sanctam Dei ab hostilibus insidiis atque ab omni adversitate defende: nosque singulos perpetuo tege patrocinio, ut ad tui exemplar et ope tua suffulti, sancte vivere, pie emori, sempiternamque in caelis beatitudinem assequi possimus. Amen

A te, o beato Giuseppe, stretti dalla tribolazione, ricorriamo, e fiduciosi invochiamo il tuo patrocinio dopo quello della tua Santissima Sposa. Per quel sacro vincolo di carità, che ti strinse all'Immacolata Vergine Maria, Madre di Dio, e per l'amore paterno che portasti al fanciullo Gesù, riguarda, te ne preghiamo, con occhio benigno la cara eredità che Gesù Cristo acquistò col suo sangue, e col tuo potere ed aiuto sovvieni ai nostri bisogni. 
Proteggi, o provvido Custode della divina Famiglia, l'eletta prole di Gesù Cristo: allontana da noi, o Padre amatissimo, la peste di errori e di vizi, che ammorba il mondo; assistici propizio dal cielo in questa lotta col potere delle tenebre, o nostro fortissimo protettore; e come un tempo salvasti dalla morte la minacciata vita del Bambino Gesù, così ora difendi la santa Chiesa di Dio dalle ostili insidie e da ogni avversità; e copri ciascuno di noi con il tuo continuo patrocinio, affinché col tuo esempio e il tuo soccorso, possiamo virtuosamente vivere, piamente morire e conseguire l'eterna beatitudine in cielo. Amen.

PREGHIERA A SAN MICHELE ARCANGELO

Sancte Michaël Archángele, defénde nos in prælio, contra nequítiam et insídias diáboli esto præsídium. Imperet illi Deus, súpplices deprecámur: tuque, Princeps milítiæ cælestis, Sátanam aliósque spiritus malígnos, qui ad perditiónem animárum pervagántur in mundo, divína virtúte in inférnum 
detrúde. Amen.

San Michele Arcangelo, difendici nella battaglia; contro la perfidia e le insidie del diavolo Tu sii a noi sostegno. Che il Signore gli comandi, supplici lo chiediamo: e Tu, Principe delle milizie celesti, Satana e gli altri spiriti maligni, che per la rovina delle anime si aggirano per il mondo, con divina virtù nell'inferno ricaccia. Amen.

MEMORÁRE

Memoráre, o piissima Virgo María, non esse audítum a saéculo quémquam ad tua curréntem præsidia, tua implorántem auxilia, tua peténtem suffrágia, esse derelictum. Ego, tali animátus confidéntia, ad te, Virgo virginum, Mater, curro, ad te venio, coram te, gemens peccátor, adsísto. Noli, Mater Verbi, verba mea despícere, sed audi propítia et exaudi. Amen.

Ricordati, o piissima Vergine Maria, non essersi mai udito al mondo che alcuno abbia ricorso al tuo patrocinio, implorato il tuo aiuto, chiesto la tua protezione, e sia stato abbandonato. Ed io, animato da tale confidenza, a te ricorro, o Madre, o Vergine delle Vergini, a te vengo e, peccatore contrito, innanzi a te mi prostro. Non volere, o Madre del Verbo, disprezzare le mie preghiere, ma ascoltami propizia ed esaudiscimi. Amen.

VENI, SANCTE SPIRITUS

Veni, Sancte Spíritus, reple tuorum corda fidélium, et tui amóris in eis ignem áccende.
Emitte Spíritum tuum et creabúntur. / Et renovábis fáciem terræ.

Orémus. Deus, qui corda fidélium Sancti Spíritus illustratióne docuísti: da nobis in eodem Spíritu recta sápere; et de eius semper consolatióne gaudére. Per Christum Dominum nostrum. Amen.

Vieni, o Spirito Santo, riempi il cuore dei tuoi fedeli, e accendi in essi il fuoco del tuo Amore.
Manda il tuo Spirito, o Signore, per una nuova creazione. / E rinnoverai la faccia della terra.

Preghiamo. O Dio che hai illuminato la mente dei tuoi fedeli con la grazia dello Spirito Santo, concedi a noi di godere sempre la luce della sua verità e di essere consolati dai frutti della sua gioiosa presenza. Per Cristo nostro Signore. Amen.

FESTIVIDAD DE SAN JOSÉ.





«José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. 
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
"La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel", que traducido significa: «Dios con nosotros».
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa".
(Mt 1, 20-24)

Solemnidad- 19 de Marzo - Esposo de la Virgen María

lunedì 18 marzo 2013

SAN JOSÉ ES COMO UN SELLO QUE DEFIENDE, COMO UN ARCÁNGEL A LA PUERTA DEL PARAÍSO




JOSÉ ES COMO UN SELLO QUE DEFIENDE, 
COMO UN 
ARCÁNGEL A LA PUERTA DEL PARAÍSO

Dice Jesús: 
"¿Qué dice el libro de la Sabiduría, al cantar sus alabanzas? "En la sabiduría está el espíritu de inteligencia, que es santo, único, múltiple, sutil". Y continúa enumerando sus dotes. Termina con estas palabras: "...que todo lo puede, todo lo prevé, que abraza a todos los espíritus, inteligente, puro, sutil. La sabiduría penetra con su pureza, es vapor de la virtud de Dios... por esto en ella no hay nada de impuro... imagen de la bondad de Dios. Aun cuando es sola, todo lo puede, inmutable como es, renueva todas las cosas, se comunica a las almas santas, hace a los hombres amigos de Dios y a los Profetas".
Tú misma has visto cómo José, no por ciencia humana, sino por una sobrenatural, supo leer en el libro sellado de la Virgen Inviolable, y cómo percibió las verdades proféticas con su "ver" cual un misterio sobrehumano, donde los demás no veían sino una gran virtud. Impregnado de esta sabiduría, que es vapor de la virtud de Dios y una clase de emanación del Omnipotente, se dirige con espíritu seguro al mar de este misterio de gracia que es María, se interna con Ella en espirituales coloquios, en los que más que los labios que se hablan, lo hacen dos corazones que conversan en el sagrado silencio de las almas, cuyas voces Dios únicamente oye, y las perciben a los que Dios ama, porque le son siervos fieles y están llenos de Él.

La sabiduría del Justo que sube con la unión y cercanía de la Llena de gracia, lo prepara para que penetre en los secretos más profundos de Dios y pueda defenderlos y protegerlos de las asechanzas humanas y del demonio. Y entre tanto lo renueva. De justo lo hace un santo, de santo el custodio de la Esposa y del Hijo de Dios.

Sin levantar el sello de Dios, él, el casto, que lleva su castidad hasta el heroísmo angélico, puede leer las palabras de fuego escritas con el dedo de Dios, y lee lo que su prudencia no dice, pero que es más grande que lo que leyó Moisés en las tablas de piedra. Y para que ningún ojo profano marchite el misterio, él lo defiende cual sello, cual arcángel de fuego a la puerta del paraíso, donde el Eterno tiene sus delicias "caminando en la brisa de la tarde" y hablando con la que es su amor, que es un bosque de lirios en flor, aura perfumada, brisa de fresco amanecer, estrella rutilante, delicia de Dios. Allí está la nueva Eva, delante de él, que no es hueso de sus huesos, ni carne de su carne, sino compañera de su vida, Arca viva de Dios que recibe él en tutela, y que tendrá que devolver a Dios pura como la recibió.

"Esposa de Dios" estaba escrito en aquel libro místico de páginas purísimas... Y cuando la sospecha, en la hora de la prueba, lo atormentó, él, como hombre siervo de Dios, sufrió, como ningún otro, por el sospechoso sacrilegio. Pero esto fue una prueba posterior. Ahora en este tiempo de gracia, él ve y se pone al servicio de Dios. Después llegará la tempestad de la prueba, como para todos los santos, para que sean probados, para que sean coadjutores de Dios.

¿Qué se lee en el Levítico? "Di a tu hermano Aarón que no entre a cualquier hora al santuario que está detrás del Velo ante el Propiciatorio que cubre el arca, para que no muera, porque Yo me apareceré en una nubecilla sobre el oráculo, si antes no ha hecho las siguientes cosas: ofrecer un ternero por el pecado y un macho cabrío en holocausto, que lleve la túnica de lino y con bragas cubrirá su desnudez"

Y en verdad que José entra, cuando Dios quiere, y cuando permite, en su santuario, más allá del velo que oculta el Arca en la que está el Espíritu de Dios y se ofrece y ofrecerá al Cordero, holocausto por el pecado del mundo y expiación. Y esto lo hace, vestido de lino, y domeñando sus instintos varoniles, que una vez, allá en el principio de los tiempos, triunfaron, conculcando los derechos de Dios sobre el hombre, a los que ahora al Hijo, la Madre y el padre putativo pisotearán para devolver a los hombres la gracia y devolver a Dios su derecho sobre el hombre. Esto lo hace con su castidad perpetua.

¿Que José no estuvo en el Gólgota? ¿Os parece que no esté entre los corredentores? En verdad os digo que él fue el primero y que grande es a los ojos de Dios. Grande por su sacrificio, por su paciencia, por su constancia y por su fe. ¿Qué fe mayor que con la que creyó sin haber visto los milagros del Mesías?

Sea alabado mi padre putativo, el ejemplo de lo que os falta: pureza, fidelidad y amor perfecto. Al magnífico lector del Libro sellado, al que enseñó la Sabiduría para que pudiese comprender los misterios de la Gracia y que fue elegido para tutelar la Salvación del mundo contra las asechanzas de toda clase de enemigos."
I. 72-79
A. M. D. G. et B.V.M.

LO SCAPOLARE VERDE


LO SCAPOLARE VERDE
O
DEL CUORE IMMACOLATO DI MARIA

Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu amadísima Esposa



Dieci anni dopo il grande dono della Medaglia Miracolosa per mezzo di Santa Caterina Labouré, la SS.Vergine, il 28 gennaio 1840, portava ad un'altra umile Figlia della Carità lo scapolare del Suo Cuore immacolato.
Veramente è detto «scapolare» in modo improprio, perché non è l'abitino di una confraternita, ma semplicemente l'unione di due pie immagini, cucite sopra un sol pezzo di panno verde, con un nastrino dello stesso colore per appuntarlo.

Eccone l'origine. 

Suor Giustina Bisqueyburu (1817-1903)

Nacque in Francia a Mauléon (Bassi Pirenei) l'11 novembre 1817, in una famiglia benestante e fu educata alla pietà e alla nobiltà d'animo. A 22 anni, però, disse risolutamente addio al mondo e a quanto una vita agiata le prometteva, per seguire il Signore e servire i poveri tra le Figlie della Carità di S.Vincenzo De Paoli.
Giunse a Parigi in compagnia del p.Giovanni Aladel, il prudente direttore di Santa Caterina Labouré e, compiuto il suo noviziato alla casa-madre, fu applicata alla scuola a Blagny (Senna inferiore). Passò quindi a Versailles per il servizio degli ammalati e poi, nel 1855, la troviamo a Costantinopoli con un gruppo di consorelle, per curare i soldati feriti nella guerra di Crimea. Nel 1858 l'ubbidienza le affida la direzione del grande ospedale militare di Dey (Algeri), ufficio che tenne per nove anni.
Richiamata dall'Africa, prestò servizio ai soldati ammalati e feriti dell'Armata Pontificia a Roma e poi fu trasferita all'ospedale di Carcassona in Provenza. Dopo 35 anni di abnegazione e di carità verso i malati, andò a godere la giusta ricompensa in cielo, il 23 settembre 1903. Le sue ultime parole furono: «Amate la Santissima Vergine, amatela molto. È così bella!», senza fare il minimo cenno alle compagne circa le rivelazioni di cui la Madonna l'aveva favorita.

Le apparizioni della Santissima Vergine

Suor Giustina era giunta a Parigi il 27 novembre 1839, troppo tardi per partecipare al grande ritiro che era terminato qualche giorno prima. Dovette quindi attendere il ritiro di gennaio 1840 per «entrare in vocazione», come si diceva allora.
Fu nella sala del ritiro, dove campeggiava una bella statua della Madonna, ricca di storia, che la suora ebbe la prima manifestazione della Mamma Celeste, il 28 gennaio 1840. Indossava una lunga veste bianca - raccontò più tardi la suora -, e un manto celeste senza velo. Aveva i capelli sparsi sulle spalle e teneva nella mano destra il suo Cuore Immacolato, sormontato da fiamme simboliche. L'apparizione si ripeté più volte durante i mesi del noviziato, senza che la Madonna si esprimesse in alcun modo, tanto che la veggente interpretò questi favori celesti come un dono personale, al semplice scopo di aumentare in lei la devozione al Cuore Immacolato di Maria.

L'8 settembre, invece, la Santissima Vergine completò il suo messaggio di misericordia ed espresse il suo volere. Suor Giustina si trovava già da qualche tempo nella casa di Blagny. L'atteggiamento di Maria era quello delle altre manifestazioni con il Cuore Immacolato nella mano destra.

Nella mano sinistra, però, reggeva uno scapolare, o meglio un «medaglione» di panno verde, con un nastro dello stesso colore. Nella faccia anteriore del medaglione era raffigurata la Madonna, mentre nella faccia posteriore campeggiava il Suo Cuore, trafitto da una spada, raggiante di luce come se fosse di cristallo e circondato dalle significative parole:
«Cuore Immacolato di Maria, pregate per noi adesso e nell'ora della nostra morte!».
Era un sol pezzo di stoffa verde di forma rettangolare e di mediocre grandezza.
Una voce distinta fece capire alla veggente il desiderio della Madonna: confezionare e diffondere lo scapolare e la giaculatoria, per ottenere la guarigione degli ammalati e la conversione dei peccatori, specialmente in punto di morte. In successive manifestazioni simili a questa, le mani della SS.Vergine si riempirono di raggi splendenti, che piovevano verso terra, come nelle apparizioni della Medaglia Miracolosa, simbolo delle grazie che Maria ottiene da Dio per noi. Quando Suor Giustina si decise a parlare di queste cose e del desiderio della Madonna al p.Aladel, ovviamente lo trovò molto prudente o addirittura scettico.

Condizioni richieste

Passò del tempo, ma poi finalmente, dopo una prima approvazione forse soltanto orale, fatta dall'Arcivescovo di Parigi, Mons. Affre, si cominciò a confezionare lo scapolare e ad usarlo privatamente, ottenendo conversioni insperate. Nel 1846, il p.Alabel espose alla veggente alcune difficoltà insorte e la pregò di chiederne la soluzione alla Madonna stessa. In particolare si desiderava sapere se lo scapolare dovesse essere benedetto con facoltà e formula speciale, se dovesse essere «imposto» liturgicamente, e se le persone che lo avessero portato piamente, dovessero fare particolari pratiche e preghiere quotidiane.
La SS. Vergine, l'8 settembre 1846, rispose con una nuova apparizione a Suor Giustina, suggerendo quanto segue:
1) Non trattandosi di un vero e proprio scapolare, ma soltanto di una pia immagine, qualsiasi sacerdote può benedirlo.
2) Non deve essere imposto liturgicamente.
3) Nessuna particolare preghiera quotidiana è richiesta. Basta ripetere con fede la giaculatoria: «Cuore Immacolato di Maria, pregate per noi adesso e nell'ora della nostra morte!».
4) Nel caso che l'ammalato non possa o non voglia pregare, chi lo assiste preghi per lui con la giaculatoria, mentre lo scapolare si può mettere, anche a sua insaputa, sotto il cuscino, tra i suoi abiti, nella sua cameretta. L'essenziale è di accompagnare l'uso dello scapolare con la preghiera e con grande amore e fiducia nella intercessione della SS. Vergine. Le grazie sono commisurate al grado di confidenza.
Quindi non si tratta di una cosa «magica», ma di un oggetto materiale benedetto, che deve suscitare nel cuore e nella mente sentimenti di penitenza e di amore per Dio e la Vergine Santa e perciò di conversione. 

Approvazioni orali e scritte

Dopo il permesso di Mons.Affre, di cui però non esiste documento nella curia di Parigi, il Papa Pio IX diede la sua approvazione orale per due volte ai Procuratori della Congregazione della Missione presso la Santa Sede (Cfr. lettere del p. G. Guarini del 19/12/1863 e del p. G.B. Borgogno dello 03/04/1870). In particolare al p.Borgogno il Papa disse: «È una bella e pia immagine. Concedo ogni permesso a questo scapolare. Scrivete a quelle buone Suore che le autorizzo a confezionare e distribuire questo scapolare».
Tuttavia il Superiore Generale della Congregazione della Missione e delle Figlie della Carità, il p.Antonio Fiat, richiese un'approvazione scritta all'Arcivescovo di Cambrai, Mons.Francesco Delamaire, che porta la data del 13 luglio 1911. Dopo d'allora le approvazioni furono molte ovunque lo scapolare fu usato, ma la cosa più importante fu la conferma del Cielo, con i prodigi di conversione che si moltiplicarono.
Il più noto, come ho già detto nella prefazione, era avvenuto nel 1859, con la conversione in punto di morte e la confessione del suo misfatto, dell'assassino di Mons.Affre, Arcivescovo di Parigi. La storia di questa conversione fu raccontata da Suor Dufés, una delle due Figlie della Carità che assistettero il moribondo fino alla fine. L'assassino mori dicendo: «È a Maria, rifugio dei peccatori, che devo la mia conversione!».
Suor Dufés gli aveva nascosto lo Scapolare Verde sotto il cuscino...

AVE MARIA, VIRGO POTENS!

Una benedizione particolare alla vigna



Racconti di fra Daniele

Racconti di fra Daniele
              La grandine


Il 18 settembre 1983 fra Daniele è a Rimini, per il raduno diocesano dei «Gruppi di preghiera» di Padre Pio, assieme a padre Pietro Tartaglia, alunno di Padre Pio e, a quel tempo, Superiore Provinciale della «Monastica Provincia di Sant'Angelo - Foggia», a cui appartiene il convento di San Giovanni Rotondo. Il tema dell'incontro verte sulla preghiera; dopo che ebbero parlato Don Elio e padre Pietro, fu invitato a prendere la parola anche fra Daniele che, per aver dimorato alcuni anni nello stesso convento di Padre Pio, è stato testimone di tanti prodigi ottenuti con la preghiera. Gli fu domandato di raccontare qualche episodio particolare di Padre Pio. Dopo avere accennato qualcosa circa le caratteristiche della preghiera, diceva inoltre: «La preghiera è intima fusione con Dio; è comunione con i santi e con i fratelli che sono in mezzo a noi».

Lasciamo che sia fra Daniele stesso a parlarci di una sua esperienza:

«Quando sono invitato a parlare di Padre Pio, cerco d'essere concreto al massimo: dire ciò che sentivo raccontare da lui, e fatti avvenuti alla mia persona, e d'avvenimenti ce ne sono tanti; uno di cui sono stato testimone è questo che vi voglio raccontare. Era il 23 settembre 1955, passeggiavo assieme a Padre Pio nel corridoio del convento che porta al coro; arrivati alla finestra che si apre sul sagrato della Chiesa, il Padre saluta, col fazzoletto che gli avevo dato, i pellegrini che affollano il piazzale. Noto che il cielo, verso Monte Sant'Angelo, si era fatto cupo e stava per avvicinarsi un forte temporale; 

ero preoccupato perché, proprio verso quella direzione, vi era la campagna di mio padre e dissi: "Padre, guardi che tempo brutto, se arriva un temporale addio raccolta dell'uva!... . Tutto il lavoro di Tatà se ne va in fumo". Il Padre s'interessa del luogo ove si trova precisamente la campagna ed il vigneto e, senza chiedere altro, traccia quasi con indifferenza, un segno di croce. Accompagno Padre Pio nella sua stanza e, prima di lasciarlo dico: "Padre, scendo in paese per salutare i miei". Il Padre risponde: "Porta i miei saluti alla mamma, a Tatà, e di' che li ricordo sempre e mando a tutti la mia benedizione. Una benedizione particolare alla vigna". Un po' sorpreso dico: "Padre, avete detto alla vigna?". Ribadisce: "Certo, ho detto alla vigna. Una benedizione particolare alla vigna!". Quando Padre Pio mi disse queste parole erano circa le ore 12,45. M'incammino verso San Giovanni Rotondo e, lungo la strada recito il S. Rosario,ma non riesco a concentrarmi; nella mia mente ci sono sempre le parole del Padre: "Una benedizione particolare alla vigna!". Non riesco a trovare una ragione logica: cosa volessero significare quelle parole del Padre?

Arrivo a casa, saluto la mamma e dico: "Ma' (mamma), tanti saluti da Padre Pio: manda la sua benedizione a te, a Tatà e a tutti". Risponde: "Eh,...povero Tatà, sì e no potrò vederlo sabato; di giorno lavora e non può venire, di notte guarda la vigna dagli animali che potrebbero rovinarla perché l'uva è ormai matura e pronta per la vendemmia... . Speriamo che torni sabato". Mi ricordo quello che aveva detto Padre Pio e dico: "Ma', Padre Pio ha detto che manda pure una benedizione particolare per la vigna. Cosa voleva dire?". Mi risponde: "Figlio mio, se non lo capisci tu che sei frate, cosa posso dirti io?".

Avendo un po' di tempo a disposizione vado a salutare alcuni parenti e degli ammalati poi torno a casa per riprendere la borsa e rientrare in convento. 
Nello stesso tempo arriva mio padre dalla campagna, sembra stralunato, tanto che mamma si preoccupa e chiede: "Ma che hai?... . Che è successo?... . Come mai sei venuto oggi?". Mio padre non risponde; quando s'accorge che ero presente anch'io mi chiama in disparte e dice: "Senti un po', ti devo dire un fatto che mi ha molto impressionato: erano le quattro e mezzo, arriva un temporale da far paura, con una grandinata mai vista in vita mia. In terra vi era più di un palmo di grandine, sembrava una nevicata, come in pieno inverno. Esco di casa e mi avvio verso la vigna per vedere s'era rimasto qualcosa. Passando dinanzi ad alcuni vigneti, situati prima del nostro, guardo, con un nodo alla gola, il disastro: poveri vigneti completamente distrutti! Sono rimasti solo i sarmenti senza pampini e i grappoli senza acini d'uva". 

Mamma, che stava ascoltando il dialogo dietro la porta, a questo punto interviene dicendo: "Cosicché abbiamo già vendemmiato!". Mio padre risponde: "Giacché stai ascoltando! vieni pure tu", e continua: "Quello che mi ha impresissionato è ciò che ho visto entrando nella nostra vigna! La vigna del compare Vincenzo è tutta distrutta, così pure quella di Grisetti, che è al di sopra della nostra, come quella di Francescuzzo che è al di sotto. Solo la nostra, che si trova nel mezzo, si è salvata! La grandine non l'ha neppure sfiorata; non vi è caduto un chicco, neppure di rimbalzo".

Dopo avere ascoltato dico: "Ma', cosa ti ho detto quando sono venuto?". Lei: "Che Padre Pio mandava una benedizione particolare alla vigna, ora sappiamo cosa voleva dire!". Tatà, ne l'apprendere questo, dice: "Figlio mio, ho pensato a Padre Pio, quand'ero nel vigneto. Abbiamo un grande sacerdote e non lo sappiamo apprezzare". Saluto i miei genitori e loro mi raccomandano di salutare Padre Pio e di ringraziarlo. Arrivato in convento mi reco direttamente dal Padre e, vedendo la porta della sua stanza socchiusa, busso e chiedo: "Permesso?". Mi risponde: "Avanti".
Ed io: "Padre, Tatà e mamma la ringraziano per la benedizione alla vigna"; e racconto quello che era avvenuto. Padre Pio: "Vedi, figlio mio, come ci vuole bene il Signore".
Era il mese di novembre dello stesso anno; i miei avevano travasato il vino e mamma, prendendo il fior fiore, aveva preparato alcune bottiglie da portare ai frati, anche perché ne assaggiasse Padre Pio. Dissi: "Ma', proprio questo vino devo portare? Ci arriva tanto vino buono in convento! Non so se i frati apprezzeranno questo vinello". Mamma insiste: "Porta almeno una bottiglia". Per farla contenta le dico: "Va bene". Prendo la bottiglia del vino, vado da Padre Pio e dico: "Padre, mamma le manda questo vino perché l'assaggi". Padre Pio: "Sì, questo sì che l'assaggio perché è della vigna nostra... della vigna nostra"».
Racconti di fra Daniele

 La dolcissima Mamma celeste 
e San Giuseppe ci be­nedicano 
e ci conducano sempre più vi­cini a Gesù.