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venerdì 20 maggio 2016

Maria è la Corredentrice e la Mediatrice

AVE MARIA!


  • Maria è Maestra di Dolore come Io sono Maestro di Vita.
    Maria è la Speranza oltre che la Fede e la Carità  15.9.43
  • Maria era l'“Immacolata”, esente dall'eredità della colpa di Adamo e dei frutti di tale colpa, e in tale senso avrebbe dovuto essere preservata dal soffrire perché il Creatore aveva creato la razza umana esente dal dolore e dalla morte, che è il supremo dolore dell’uomo. Ma Maria era la Corredentrice, e la missione di Redentore è sempre missione d'infinito dolore.(...) Giusto quindi che il Dolore fosse il suo compagno  15.9.43
  • Maria che si addormì sul Cuore di Dio, vive ora in Cielo con la carne glorificata. L'anima che si addormenta sul Cuore di Maria avrà in Cielo la carne glorificata quando il tempo sarà compiuto, perchè Ella è salvezza vostra 15.9.43
  • Maria tiene il male sotto il suo calcagno verginale e, se Maria fosse vostra Regina e voi foste veramente suoi sudditi e imitatori, il Male non potrebbe più farvi male.
    Siate di Maria. Sarete automaticamente di Dio. Perché Ella è il Giardino chiuso dove Dio sta, il Giardino santo dove Dio fiorisce. Perché Ella è Fontana dalla quale sgorga l'Acqua Viva che ascende al Cielo e dà il mezzo per ascendere al Cielo: Io, il Cristo, Redentore del mondo e Salvatore del l'uomo. 15.10.43

  • Santificatevi per vedere Maria. Anche se nel Paradiso non aveste, per un supposto, a vedere che Lei, sareste già beati. Perché Paradiso vuol dire luogo dove si gode della vista di Dio, e chi vede Maria già vede Iddio. Essa è lo specchio senza macchia della Divinità  15.10.43

  • Maria, l'Unità della Trinità Santa, vi comunica la sua potenza d'amore che attrasse Dio in Lei dal profondo dei Cieli, e col suo sorriso v'insegna ad amare con la perfezione che fu sua  11.10.43
  • Maria, l'Unità della Trinità Santa, vi comunica la sua potenza d'amore che attrasse Dio in Lei dal profondo dei Cieli, e col suo sorriso v'insegna ad amare con la perfezione che fu sua  11.10.43

Ottienici perdono e pace 
o Divina Madre

sabato 14 maggio 2016

LA CORREDENCIÓN DE MARÍA


QUINTO DOGMA MARIANO: LA CORREDENCIÓN DE MARÍA

12.13- 5-2016 

        Señor mío, acabando de pasar unas horas contigo en este jueves de Getsemaní, buscando tan solo Alabarte y darte un poco de nuestro consuelo y amor por cuanto desamor recibes de tantos hombres. Quiero agradecerte el llamarnos al congregarnos en la oración que tanto bien hace a nuestras almas. 

       Bendice al sacerdote que nos enseñó a hacerte compañía en estos jueves de Getsemaní, bendice su entrega, sus desvelos y su ministerio sacerdotal. Guárdanos en Tu santa y Divina Voluntad para que busquemos a diario permanecer fieles a Ti, a la Verdad y perseverantes en esta hora que Tu Iglesia Fiel entrara en su Getsemaní, en la noche obscura, la noche de la traición, la noche en que ya vemos llegar lo que está por venir y está ya a la puerta, así como Tú en aquella noche de jueves Santo contemplaste Tu pasión dolorosa, todos los crímenes, pecados y la iniquidad de todos los hombres, EL CUMPLIMIENTO DE TU MISION y ahora nosotros Tu Iglesia Fiel, lo contemplamos en el cumplimiento de nuestra misión para cada uno de nosotros, los que seguimos Tus huellas y deseamos cumplir como Tu nuestro Divino Maestro LA SANTA VOLUNTAD DEL PADRE ETERNO. Amen. 

 ----- 

         Mis amados: cuánto agrado encuentro en vuestra compañía y oración sincera, oración que brota de vuestros corazones y da consuelo a vuestro Salvador, porque, en esta hora, el Hijo de Dios sufre terriblemente por ver la noche obscura que ya llega para Mi Iglesia, y pocos son los que parecen percatarse de esta hora. 

         Vosotros, Mis Fieles, que tanto Me amáis y Me dais consuelo por el desamor de tantos hombres, os digo: que también vosotros seréis consolados en vuestra pasión dolorosa, y el bálsamo de Mi Amor, que es Mi Sangre preciosa derramada, os fortalecerá para que también vosotros bebáis el Cáliz amargo, que ya está por derramarse en los hombres de esta generación malvada y perversa, porque los pecados de esta generación ya sobrepasan los pecados de Sodoma y Gomorra. 

         Uno hay quien es el Pastor Universal de Mi Iglesia, Mi Vicario, a quien el Padre Celestial, en una noche obscura como a Mí, le dará a beber el Cáliz amargo, y bebiéndolo, Él se entregará a la muerte, porque caerá en manos de sus enemigos, quienes le darán muerte, para qué con su sangre, derramada como Mártir y Santo, selle a la Verdadera Iglesia, al Rebaño Fiel, el cual él pastorea en Espíritu, porque la Silla de Pedro la ocupa el impostor, el traidor, Judas de este tiempo, el obispo de Roma, el falso profeta. 

        El poder del Altísimo lo cubrirá, a Mi Verdadero Vicario, haciéndole saber que la hora ha llegado para exaltar a María, la Reina del Cielo y Tierra, la Madre del Salvador, cumpliéndose, con este anuncio y proclamación, EL ÚLTIMO DOGMA DE LA IGLESIA, para que María sea exaltada como CORREDENTORA, quien por Ella y en Ella, Esposa del Espíritu Santo, el Paráclito y Consolador, se manifieste nuevamente al mundo entero en un segundo Pentecostés, para darle a Su Amada Esposa, EL TRIUNFO DE SU CORAZÓN INMACULADO, que debe triunfar en este final de los tiempos, junto a Mi Sagrado Corazón del Hijo del Hombre. 

         Así, Mi Siervo y Vicario, habrá cumplido fielmente su misión, la misión que se le confió de lo Alto, en este acto de amor, de valentía y fidelidad al Único y Verdadero Dios y a la Única y Verdadera Iglesia, que Yo, Jesucristo, el Hijo de Dios, fundé sobre Roca firme. Con esto marcará, Mi Vicario, el inicio de la noche obscura, el Getsemaní de Mi Iglesia, para que se cumpla todo cuanto les ha sido anunciado de parte del Altísimo, y anunció Mi Madre. 

         El Pastor y Vicario de Mi Santa Iglesia, la que Me es Fiel, anunciará y proclamará a María, Mi Santísima Madre, como la Corredentora, en una festividad de la Iglesia a la Mujer Santa y Bendita, a quien en la Cruz del Calvario, siendo traspasado Su Corazón, queda Ella, la Madre de Dios, como MADRE DE LA IGLESIA, Madre de los hombres, la nueva Eva, que también Ella, con Su Fiat, Su Humildad y Obediencia, redime al mundo, siendo Conmigo, el Hijo de Dios, la Corredentora, Madre de todos los Hombres, Madre de todos los Pueblos. 

        Cuando vuestro Santo Vicario rompa el silencio, será visible al mundo entero la oposición entre dos papas, quedando al descubierto y cumpliéndose a los ojos del mundo entero, el Tercer Secreto de Fátima. 

       La consecuencia de este hecho hará que se derrame la Ira de Mí Padre, porque Me habrán crucificado a Mí en Pedro, a quien di las Llaves de Mi Iglesia. 

       Oh, Madre Mía, Madre Dolorosa al pie de la Cruz, llega ya el día en que Tu Corazón traspasado sea exaltado en la Cruz de Redención. 

       Velad y orad con María, que Ella os traerá ese Fuego ardiente, al Paráclito, el que os revela todo que aún estaba oculto y velado, porque Él es el Consolador, Renovador y Dador de Vida, LA TERCER PERSONA DE LA TRINIDAD, EL ESPIRITU SANTO, ESPOSO DE MARIA. 

        Dejaos abrazar por este dulce Huésped del alma, Señor y Dador de Vida, el Fuego ardiente en los corazones de los Hijos del Altísimo. 

        Aclamad, con gozo y jubilo, la llegada del Espíritu Santo, porque este segundo Pentecostés para toda la humanidad es también EL TRIUNFO DEL PARÀCLITO, LA SANTISIMA TRINIDAD EN MARÍA, LA CORREDENTORA. Dejaos abrazar y habitar por el Espíritu Santo, y así sabréis reconocer, cada uno, cuál es la misión que se os ha sido confiada y llevarla a cabo. 

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       Mi Jesús, cuantos consuelos para nuestras almas, tan llenas de dudas y cuestionamientos humanos. Tus palabras son bálsamo de amor, de paz y esperanza para nuestros corazones. Envíanos el Espíritu Santo y seremos renovados y guiados por su luz y Fuego Divino, a fin de cumplir fielmente con la misión que se nos ha sido confiada. 

       Ven, Espíritu Santo, fuente de Luz y de amor, Ven Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, Ven Espíritu Santo, dulce esposo de LA SANTISIMA VIRGEN MARIA. 

       Padre Santo y Eterno, Tu palabra es vida, santifícanos en la Verdad, envía ya sobre los hombres Ese Fuego Divino que nos renovará y encenderá de nuevo los corazones ya apagados de todos los hombres. 

       Padre Eterno, Yo me ofrezco como penitencia, os ofrezco Padre eterno, mi alma en penitencia a vuestra justicia y Misericordia Divina, en expiación de mis propio pecados, los pecados de mi familia y de vuestros sacerdotes, y os ofrezco, Padre Eterno, EL SANTO CUERPO, EL ALMA, LA SANGRE Y LA DIVINIDAD DE NUESTRO AMADISISMO SEÑOR JESUCRISTO, EN EXPIACION DE NUESTROS PECADOS, para lavar en estos tiempos a la Iglesia, la Esposa del Cordero Inmaculado, y darles consuelo a los corazones de Jesús y de María. Amen.

sabato 23 marzo 2013

María es la dispensadora de las gracias; que acuden a Ella con Amor, con humildad y constancia, y alcanzarán llegar al ideal que pide mi Padre, en su transformación en Mí. Este es el camino más corto, ¡María! Para ir al Espíritu Santo, para alcanzar el amor, que es el que transforma, asimila, une y santifica. Este es el medio más dulce, tierno y delicado y puro, ¡María!



Mensajes de Nuestro Señor 
Jesucristo a sus Hijos Los Predilectos.




("A Mis Sacerdotes" de Concepción Cabrera de Armida


XLIX

MARIA

Y un punto muy consolador para el sacerdote y que él solo sería bastante para que buscara con ahínco su transformación en Mí es que, a medida y en escala de esta transformación, serán ellos más hijos de María y más acreedores a su ternura, a sus caricias y a su amor cándido y maternal.


Así como mi Padre dulcifica sus miradas hacia el sacerdote a medida que el sacerdote se va haciendo otro Jesús; así María ensancha más su Corazón y su ternura de Madre en cuánto ve más perfecta mi imagen en el sacerdote.


Como el Padre mira en Mí, su Verbo humanado, todas las cosas y en Mí las almas y no puede amar nada fuera de Mí; así María en Mí, su Jesús divinizado y divino, ama a todos sus hijos, especialmente a los sacerdotes, y más ama a los que más se asemejan a Mí, su Hijo divino; a los que llevan los rasgos de mi fisonomía más marcados a la medida de su transformación en Mí.


Esa Madre Inmaculada posa sus miradas con delicia en los sacerdotes puros. Busca la fragancia de su Jesús, Lirio de los valles, en los sacerdotes destinados a representarlo en la tierra; se complace en la blancura de sus almas, en la candidez de esas manos que tocan al Cordero y quisiera posar sus labios en los labios que pronuncian dignamente las palabras creadoras y operadoras de la Consagración en las Misas; porque María se goza y pone toda su alma en la transubstanciación.


Ella comienza a recrearse en los corazones que se preparan al sacerdocio, y los cubre con su manto. La fiesta más grande para ella en la tierra es el día de la ordenación del sacerdote, el día de su primera Misa, y en todas las que se celebran dignamente.
Ella goza, repito, asiste y se ofrece en unión mía –místicamente en su Corazón- por manos del sacerdote; porque el mayor placer de María en la tierra y ahora en los Altares es ofrecerse pura con el Cordero puro, en unir sus dolores de víctima con la gran Victima, que tuvo con Ella en la tierra un solo Corazón, un solo sacrificio, un mismo fin: el de glorificar a mi Padre y el de salvar a las almas.


¡Qué grande misión tiene María para con el sacerdote y el sacerdote con María! No existe filiación más grande con Ella, después de la de su Hijo Divino, que la del sacerdote. Por eso también no hay dolor tan grande para María como las Misas indignamente celebradas, ni escapadas más agudas para su Corazón maternal que los pecados de los sacerdotes que la traspasan de pena. Y es natural, por la unión tan íntima y estrecha que tiene su Corazón con mi Corazón, su alma con mi alma, sus ideales con los míos, su sed de pureza y de sacerdotes santos para honrar a la Trinidad con la sed mía.


Siempre que un sacerdote me ofende a Mí, ofende vilísimamente a María. Y siquiera por esto debiera el sacerdote indigno ruborizarse, no tan solo a mis miradas, sino también a las de mi Inmaculada Madre, que mira por mis ojos y que palpita al unísono con los mismos latidos de mi Corazón.
María continua en el cielo la misma unión de maternidad divina y humana que tuvo conmigo en la tierra; y tan identificada y transformada en Mí continúa en el cielo como lo estaba en el mundo. Por este motivo, María es y será siempre la más poderosa ayuda para la transformación del sacerdote en Mí. Ella es el ejemplo vivo que el sacerdote debe imitar para acelerar ese parecido Conmigo, para tomas la fisonomía más perfecta y los rasgos más característicos de su parecido y transformación en Mí.


María me engendró en su maternal seno por medio del Espíritu Santo con la fecundación del Padre, y el sacerdote en la Misa reproduce este misterio sublime que se perpetuará en los altares hasta el fin de los siglos. María Virgen quiere sacerdotes vírgenes; María Inmaculada quiere  sacerdotes inmaculados; María amante, María humilde, María sacrificada, María Madre quiere sacerdotes con estas cualidades, virtudes y prerrogativas; porque solo Ella, Virgen y Madre, fue digna de ofrecer y tocar al Padre al cordero sin mancha que borra los pecados del mundo.
Solo la blancura puede borrar las negruras de las culpas de las almas; y María con su pureza y por ser Corredentora en mi unión, transforma, ofrece y alcanza gracias para el mundo, pero especialmente para los sacerdotes.


Tienen los sacerdotes un sitio especial en el Corazón de María y los latidos más amorosos y maternales de Ella, después de consagrarlos a Mí, son para los sacerdotes. Ellos son la parte predilecta y consentida de su alma en el mundo; con su esperanza para la gloria de mi Iglesia y para mi gloria, y no los pierde de vista; y sus clamores y sus plegarias más ardientes, ante el trono de Dios, son para los sacerdotes por representarme a Mí en la tierra.

Y si Yo, su Jesús, , quiero y anhelo y ansío y pido en estas confidencias sacerdotes perfectos transformados en Mí y para gloria de la Trinidad, para brillo de mi Iglesia y para salvación del mundo, también María, unida a Mí, y con un solo querer y voluntad conmigo, pide lo mismo a mis sacerdotes, une a Mí su voz y sus deseos, y se ofrece a ayudarles en su transformación en Mí.


Que no desprecien este filón celestial que les ofresco hoy en el Corazon de mi Madre, que Yo pediré estrecha cuenta si desoyen mi voz – hoy misericordiosa – que los llama a mayor perfección, y por todos los motivos que he venido explicando.

María es la dispensadora de las gracias; que acuden a Ella con Amor, con humildad y constancia, y alcanzarán llegar al ideal que pide mi Padre, en su transformación en Mí. Este es el camino más corto, ¡María! Para ir al Espíritu Santo, para alcanzar el amor, que es el que transforma, asimila, une y santifica. Este es el medio más dulce, tierno y delicado y puro, ¡María!


¡María!