venerdì 28 febbraio 2014

El Apocalipsis

El Apocalipsis

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Capítulo 10: Apocalipsis 10

1 Vi también a otro Ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube, con el arcoiris sobre su cabeza, su rostro como el sol y sus piernas como columnas de fuego.

2 En su mano tenía un librito abierto. Puso el pie derecho sobre el mar y izquierdo sobre la tierra, 3 y gritó con fuerte voz,  como ruge el león.  Y cuando gritó, siete truenos hicieron oír su fragor.

4 Apenas hicieron oír su voz los siete truenos, me disponía a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: " Sella lo que han dicho los siete truenos y no lo escribas".

5 Entonces el Ángel que había visto yo de pie sobre el mar y la tierra,  levantó al cielo su mano derecha 6  y juró por el que vive por los siglos  de los siglos,  el que creó el cielo y cuanto hay en él, la tierra  y cuanto hay en ella,  el mar  y cuanto hay en él: "¡Ya no habrá dilación! 7 sino que en los días en que se oiga la voz del séptimo Ángel, cuando se ponga a tocar la trompeta, se habrá consumado el Misterio  de Dios, según lo había anunciado como buena nueva  a sus siervos los profetas." 

8 Y la voz de cielo que yo había oído me habló otra vez y me dijo: "Vete, toma el librito que está abierto en la mano del Ángel, el que está de pie sobre el mar y sobre la tierra."

9 Fui donde el Ángel y le dije que me diera el librito. Y me dice: "Toma, devóralo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel."

10 Tomé el librito de la mano del Ángel y  lo devoré; y fue mi boca dulce como la miel;  pero, cuando lo comí, se me amargaron las entrañas.

11 Entonces me dicen: "Tienes que profetizar otra vez contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes."

LaSantaBiblia.com.ar
Fuente: Catholic.net

Virgen y Dios

Dios

martedì 25 febbraio 2014

Gracias querido Papa Benedicto XVI

Una buena Confesión



Una buena Confesión

02.06.2013 21:59
La Iglesia nos propone cinco pasos a seguir para hacer una buena confesión y aprovechar así al máximo las gracias de este maravilloso sacramento.
Estos pasos expresan simplemente un camino hacia la conversión, que va desde el análisis de nuestros actos, hasta la acción que demuestra el cambio que se ha realizado en nosotros.

Oración para antes de la Confesión
Señor, ilumíname para verme tal como Vos me veis y dadme la gracia de arrepentirme, verdadera y efectivamente de mis pecados. Oh Virgen Santísima ayudadme a hacer una buena confesión.

Consideraciones preliminares:
  • ¿Alguna vez dejé de confesar un pecado grave o conscientemente disfracé o escondí el tal pecado?
Nota: Esconder deliberadamente un pecado mortal, invalida la confesión y es igualmente pecado mortal. Recuérdese que la confesión es privada y sujeta a Sigilo Sacramental, lo que quiere decir es pecado mortal que un sacerdote revele a quien quiera que sea, la materia de una confesión y si, cualquier sacerdote hiciere esto, este delito es castigado por la Iglesia, con la excomunión de este sacerdote.
  • ¿Alguna vez fui irreverente con este Sacramento, no examinando mi conciencia con el debido cuidado?
  • ¿Alguna vez dejé de cumplir la penitencia que el sacerdote me impuso?
  • ¿Tengo cualesquiera hábitos de pecado grave que deba confesar pronto en el inicio (por ejemplo impureza, alcoholismo, etc.)?

1. Examen de Conciencia
Ponernos ante Dios que nos ama y quiere ayudarnos. Analizar nuestra vida y abrir nuestro corazón sin engaños. Puedes ayudarte de una Guía para el exámen de Conciencia.

2. Arrepentimiento. Sentir un dolor verdadero de haber pecado porque hemos lastimado al que más nos quiere: Dios.

3. Propósito de no volver a pecar. Si verdaderamente amo, no puedo seguir lastimando al amado. De nada sirve confesarnos si no queremos mejorar. Podemos caer de nuevo por debilidad, pero lo importante es la lucha, no la caída.

4. Decir los pecados al confesor. El Sacerdote es un instrumento de Dios. Hagamos a un lado la “vergüenza” o el “orgullo” y abramos nuestra alma, seguros de que es Dios quien nos escucha.

5. Recibir la absolución y cumplir la penitenciaEs el momento más hermoso, pues recibimos el perdón de Dios. La penitencia es un acto sencillo que representa nuestra reparación por la falta que cometimos.



Leer más: http://www.elgranaviso-mensajes.com/news/una-buena-confesion/

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lunedì 24 febbraio 2014

Gesù, Marta, Lazzaro, e ...la Maddalena


«Io sono il conforto dei tormentati e il compagno degli abbandonati. 
Sono venuto a te anche per questo». 

«Ah! Tu allora sai?... Oh! mia vergogna!». 
«No. Perché tua? So. E che perciò? Avrò anatema per te che soffri? 
Io sono Misericordia, Pace, Perdono, Amore per tutti; e che sarò per 
gli innocenti? Tu non hai il peccato per cui soffri. Dovrei infierire su te se ho 
pietà anche di lei?...». 
«L'hai vista?». 
«L'ho vista. Non piangere». 
Ma Lazzaro, col capo abbandonato sulle braccia conserte su un tavolo, 
piange con singhiozzi penosi. Marta si affaccia e guarda. Gesù le fa cenno 
di stare zitta. E Marta se ne va con dei lacrimoni che scendono senza 
rumore. Lazzaro si calma poco a poco e si umilia per la sua debolezza. 
Gesù lo conforta e, poiché l'amico desidera ritirarsi un momento, esce nel 
giardino e passeggia fra le aiuole dove resiste ancora qualche rosa 
porpurea. Marta lo raggiunge dopo poco. 

«Maestro... Lazzaro ha parlato?». 
«Sì, Marta». 
«Lazzaro non sa darsi pace da quando sa che Tu sai e che l'hai vista...». 
«Come lo sa?». 
«Prima quell'uomo che era con Te e che si dice tuo discepolo, 
quello giovane, alto, bruno e senza barba... poi Doras. 
Ci ha frustati col suo disprezzo, questo. L'altro ha detto solo che l'avete 
vista sul lago... coi suoi amanti...». 
«Ma non piangete per questo! Credete che Io ignorassi la vostra ferita? 
La sapevo da quando ero nel Padre... Non ti accasciare, Marta. Solleva 
cuore e fronte». 
«Prega per lei, Maestro. Io prego... ma non so perdonare del tutto, 
e forse l'Eterno respinge l'orazione». 
«Bene hai detto: perdonare bisogna per essere perdonati e ascoltati. 
Io prego già per lei. Ma dàmmi il tuo perdono e quello di Lazzaro. 
Tu, sorella buona, puoi parlare e ottenere ancora più di Me. La sua 
ferita è troppo aperta e bruciante perché anche la mia mano la sfiori. 
Tu puoi farlo. Datemi il vostro perdono pieno, santo, ed Io farò...». 
«Perdonare... Non potremo. La madre nostra è morta di dolore per le 
sue maleazioni e... erano ancora lievi rispetto a quelle di ora. Io vedo 
le torture della madre... le ho sempre presenti. E vedo ciò che soffre 
Lazzaro». 
«Una malata, Marta, una folle. Perdonate». 
«Una indemoniata, Maestro». 
«E che è la possessione diabolica se non una malattia dello spirito 
contagiato da Satana al punto di snaturarsi in un essere spirituale 
diabolico? Come spiegare altrimenti certe perversioni negli umani? 
Perversioni che rendono l'uomo molto peggiore delle belve in ferocia, 
più libidinoso delle scimmie in lussuria, e così via, e 
ne fanno un ibrido in cui sono fusi l'uomo, l'animale e il demonio? 
Questa è la spiegazione di ciò che ci stupisce come una mostruosità 
inspiegabile in tante creature. Non piangere. Perdona. Io vedo. 
Perché Io ho una vista più alta di quella dell'occhio e del cuore. Ho vista di Dio. 
Vedo. Ti dico: perdona perché è malata». 
«E guariscila, allora!». 
«La guarirò. Abbi fede. Ti farò felice. Ma tu perdona e di' a Lazzaro 
che lo faccia. Perdona. Amala ancora. Avvicinala. Parlale come 
fosse una come te. Parlale di Me...». 
«Come vuoi che capisca Te, Santo?». 
«Sembrerà che non comprenda. Ma anche solo il mio Nome è salvezza. 
Fa' che mi pensi e mi nomini. Oh! Satana fugge quando il mio Nome 
viene pensato da un cuore. Sorridi, Marta, a questa speranza. Guarda 
questa rosa. La pioggia dei giorni scorsi l'aveva mortificata, ma il sole 
di oggi, guarda, l'ha schiusa, ed essa è ancor più bella perché la pioggia 
che permane fra petalo e petalo l'ingemma di diamanti. Così sarà la vostra 
casa... Pianto e dolore ora, e poi... gioia e gloria. Va'. Dillo a Lazzaro 
mentre Io, nella pace del tuo giardino, prego il Padre per Maria e per voi...». 
Tutto ha fine così. 

(cap 112, L'Evangelo come mi è stato rivelato)