lunedì 3 dicembre 2018

"Haz el bien como si Me lo hicierais a Mí mismo".


Dic 06_2000 Haz el bien como si Me lo hicierais a Mí mismo.
Mensaje.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, vosotros tenéis un dicho que dice: haz el bien, sin mirar a quién, esto suena bien, pero puede caer sólo en el altruismo, en cambio Yo os dije: "Haz el bien como si Me lo hicierais a Mí mismo". De hecho Me lo hacéis a Mí mismo, puesto que Yo habito en cada uno de vosotros y no solo recibo el bien, sino que, además, conozco la intención del que da ése bien.

En el altruismo no hay ése trato personal caritativo y la acción ofrecida puede ser de vanagloria, conveniencia ó de una bondad disfrazada.
Sí, la persona da, comparte y ayuda, pero no hay verdadera caridad. La acción no sale de un corazón sincero, amoroso y que vea realmente la necesidad de su hermano.
Muchas de vuestras acciones no se hacen con el corazón, no va acompañada la ayuda con el corazón. A veces dais, para que os dejen en paz, para que ya no os molesten, especialmente a aquellos de vosotros que sois "ricos" y todo el mundo os busca para pediros ayuda.
Estáis ciegos y sois egoístas, ¿acaso creéis que vuestros bienes los hicisteis vosotros solos u os los ganasteis, solamente, con las capacidades que tenéis? Me hacéis a un lado y no reconocéis que todo lo que tenéis y lo que sois, salió de Mis Manos Creadoras. Si tenéis mucho ó poco, es porque así lo he querido. Si tenéis las capacidades para crecer en conocimiento, es porque así lo he querido. Si tenéis salud ó enfermedad es porque así lo he querido.

Vuestra soberbia, vuestras conveniencias, vuestra separación de Mí, de la Sabiduría Eterna, es lo que hecha a perder todo lo bello y santo que Yo, vuestro Padre, os doy.
Separáis las capacidades de hacer crecer vuestros bienes materiales con las de la caridad, porque no os conviene, porque, la caridad, el amor, que Yo os pido que tengáis para con vuestros hermanos necesitados, menguaría vuestras arcas.
No compartís la sabiduría ni el conocimiento, que doy de sobra a algunas almas, porque no hay humildad ni agradecimiento para Mí, vuestro Dios y para que os sigan viendo como a sabios, para que podáis tener a muchos de vuestros semejantes debajo de vosotros, sirviéndoos, siendo que lo que Yo os di, es para servir.

Estos son tiempos para que recapacitéis del cómo habéis utilizado lo que "GRATUITAMENTE" recibisteis y que tenéis la obligación de compartir.
¿Qué acaso no habéis constatado muchas veces, personalmente ó por medio de las vivencias de vuestros semejantes, que mientras más dais, más recibís de regreso? Yo os lo prometí y lo he cumplido y así, los que Me han dado su confianza, lo han constatado una y mil veces.

Mientras más deis y os vaciéis de las cosas de éste Mundo y de vosotros mismos, más os doy y más os colmo. Yo os prometí daros el ciento por uno, cuando lo que dais, lo dais con AMOR y sin el deseo de hacer un trato convenenciero para vuestros propios intereses, basado en ésta Mi Promesa.
No, hijitos Míos, si dais, por conveniencia, para recibir el ciento por uno, estad seguros de que no lo recibiréis, pero sí, en cambio, cuando deis, aún mejor, hasta de lo que necesitáis, entonces sí recibiréis y no sólo el ciento por uno, sino muchísimo más. Pero entended, NO estéis viendo solamente lo material, aunque deis de corazón, porque lo material no es duradero, es efímero. Lo que Yo os prometo dar es para la vida eterna, ETERNA, palabra que no comprendéis, pero que cuando recibáis en Mi Reino lo que Yo os he guardado, porque os lo ganasteis durante toda una vida llena de méritos y que gozaréis eternamente, Me lo agradeceréis inmensamente.

Tened confianza en vuestro Dios, en vuestro Padre, quién conoce perfectamente a cada uno de sus hijos y que desea darle a cada uno lo mejor de Su Corazón.
Si vosotros, los que creéis en Mí y Me amáis, si reconocierais a Mi Hijo Jesucristo y a Mi Hija, Su Madre, la Siempre Virgen María, sentaditos en la acera de la calle pidiendo limosna, ¿cuál sería vuestra reacción? Sabiendo quienes son, daríais todo lo que trajerais en ése momento, ó mejor aún, los levantaríais y los llevaríais a vuestra casa para atenderlos lo mejor posible, por quienes son y por lo que se merecen, ó daríais en cosas materiales y espirituales todo lo que pudiérais, porque vuestro corazón se llenaría de amor y de compasión por ellos. Quizá al verlos y al ayudarles, ni pensaríais en Mi Promesa, la de pagaros al ciento por uno, ya con el hecho de saber que es a Ellos a los que estaríais ayudando, vuestro corazón se satisfaría plenamente y ya ésa sería una gran paga. Ahora yo os pregunto, ¿por qué no hacéis lo mismo con vuestros semejantes, si realmente sabéis que Yo, enteramente, habito en cada uno de ellos?

Porque os conozco, ahora leo en vuestro corazón que sólo estáis viendo en ellos al hombre, al pobre, sucio y molesto hombre, al que ya no es vuestro Dios, sino sólo un harapiento ser humano, envuelto de un mal olor y que os quiere "quitar" lo que es vuestro, al pediros una limosna.

¿Véis cómo os falta crecer espiritualmente? Véis lo que os interesa ver y no vais más allá. No os imagináis y, más tarde lo sabréis, cuántas veces, durante vuestra vida sobre la Tierra, Mi Hijo y Mi Hija se hicieron pasar por pordioseros ante vuestros ojos, para probar vuestra caridad y, sobre todo, para que tuvierais la oportunidad de ganar méritos y regalos inmensos para gozar en la Vida Eterna y no las aprovechasteis. Vuestro duro corazón sólo vio lo indeseable para vuestros bolsillos y no dejasteis actuar a Mi Presencia en vuestro corazón, para que os moviera, a dar de corazón, a Mi Presencia, en vuestros semejantes.

Ya os dije, Yo habito en vuestro corazón y conozco, perfectamente, las intenciones por las que obráis, dais ó actuáis, con vuestros semejantes. Podréis a ellos engañar, pero a Mí, vuestro Dios, nunca lo lograréis. Yo veo, escucho, conozco vuestras intenciones y sobre ellas obtendréis vuestro premio ó castigo eterno.
No actuéis por conveniencias Conmigo, aún sabiendo esto que Yo prometo y que os doy durante vuestra vida mortal. Actuad con sencillez, amor, donación libre y espontánea y que salga dé un corazón sincero y caritativo. Actuando así, no tendréis ningún problema en obtener Mis Grandes Bendiciones.
Este es un tiempo para recapacitar sobre vuestras acciones pasadas y la finalidad que buscasteis en ellas. Enmendad el mal pasado y buscad la perfección en vuestras obras futuras.
Yo os voy acrisolando y voy buscando a Mis verdaderos hijos, en los que pueda Yo, realmente, confiar, para darles, en posesión, Mis Bienes y los pueda acrecentar.

Este es un tiempo en el cuál os doy la oportunidad de verMe en vuestros hermanos necesitados, para que eso os ayude a abrir vuestro corazón a la caridad y para que ésa bondad no se quede sólo para tiempos como éste, sino para toda vuestra vida, para que ello prepare a vuestra alma a vivir en un medio de donde sólo se vive la virtud y el amor, que es vuestro Hogar Eterno y para que cuando regreséis a él, no os sintáis desubicados, sino que os sintáis en familia, como lo que somos todos nosotros, Yo, vuestro Padre y todos vosotros, Mis hijos.

Empezad ya a hacer "familia" desde la Tierra, para que la unáis con la del Cielo. No desperdiciéis más éstas oportunidades que os doy. Empezad ya vuestro cambio, si no lo habéis procurado y os aseguro que no os arrepentiréis.
Yo Soy vuestro Dios y Yo vivo perfectamente en los que son Míos, ellos Me gozan y Yo los bendigo grandemente.
Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo, en el del Amor de Mi Santo Espíritu y en el de vuestra Madre Celestial, María Santísima.

 
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AMDG et DVM

La novena dell'Immacolata *5

< Maria... Nostra Signora di Guadalupe
schiaccia la testa a satana e salva il tuo Popolo.
Maria... Nostra Signora di Guadalupe
raduna i tuoi figli sotto il tuo Manto di stelle >


(D)

Bonitatem fecisti cum servo tuo, Domina:
de qua gaudent angeli.

Disciplinam morum tuorum et aequitatem tuam doce me: 
quia verbis tuis prae cunctis credidi.

Bonum mihi, quia onere tuo humiliasti me:
ut sequar conversationem tuam.

Qui amant servientes tibi, venerabuntur:
qui autem abominatus fuerit eos, ruet in aeternum.

Veniant mihi semper desuper guttae clementiae
tuae, et vivam:
quia lex tua sancta meditatio mea est.
Gloria Patri, etc.


Antifona  della beata Vergine Maria 
Salve Regina, Madre di misericordia: 
Vita, dolcezza e speranza nostra, salve. 
A te ricorriamo, esuli figli di Eva, 
A te sospiriamo gementi e piangenti in questa valle di lacrime. 

Orsú, dunque, avvocata nostra, 
Rivolgi a noi quegli occhi tuoi misericordiosi. 
E mostraci, dopo questo esilio, 
il frutto benedetto del ventre tuo, Gesù. 
O clemente, o pia, o dolce Vergine Maria.


V. Prega per noi, o Santa Madre di Dio. 
R. Affinché siam fatti degni delle promesse di Cristo.

Preghiamo.
Onnipotente sempiterno Iddio, che hai preparato con la cooperazione dello Spirito Santo, il corpo e l'anima della gloriosa Vergine Madre Maria, affinché meritasse di essere degna abitazione di tuo Figlio, fa sì che, mentre ci rallegriamo al ricordo di lei; per la sua pietosa intercessione, siamo liberati dai mali che ci sovrastano, e dalla morte eterna. Per lo stesso Cristo Signor nostro. Amen.
V. Il divin aiuto  sia sempre con noi.
R. Amen.

RICORDATI

Ricordati, o piissima Vergine Maria, 
che non si è mai inteso al mondo 
che qualcuno sia ricorso alla tua protezione,
 abbia implorato il tuo aiuto, 
chiesto il tuo patrocinio
 e sia stato da te abbandonato. 
Animato da tale confidenza, 
a te ricorro, o Madre, 
Vergine delle vergini, 
a te vengo, e, peccatore come sono,
 mi prostro ai tuoi piedi a domandare pietà. 
Non volere, o Madre del divin Verbo, 
disprezzare le mie preghiere,
 ma benigna ascoltale ed esaudiscile. Amen.

(San Bernardo di Chiaravalle)

AVE MARIA PURISSIMA!

La Provvidenza di Dio - Il perfetto e vero obbediente - La custodia degli occhi -

Quando è nato Gesù

"GESU' DI NAZARET" DI JOSEPH RATZINGER-BENEDETTO XVI (TERZO VOLUME): LO SPECIALE DEL BLOG

ESTRATTO


Quando è nato Gesù


Gesù è nato in un’epoca determinabile con precisione. All’inizio dell’attività pubblica di Gesù, Luca offre ancora una volta una datazione dettagliata ed accurata di quel momento storico: è il quindicesimo anno dell’impero di Tiberio Cesare; vengono inoltre menzionati il governatore romano di quell’anno e i tetrarchi della Galilea, dell’Iturea e della Traconìtide, come anche dell’Abilene, e poi i capi dei sacerdoti (cfr. Luca, 3, 1 ss).

Gesù non è nato e comparso in pubblico nell’imprecisato “una volta” del mito. Egli appartiene ad un tempo esattamente databile e ad un ambiente geografico esattamente indicato: l’universale e il concreto si toccano a vicenda. In Lui, il Logos, la Ragione creatrice di tutte le cose, è entrato nel mondo. Il Logos eterno si è fatto uomo, e di questo fa parte il contesto di luogo e tempo. 

La fede è legata a questa realtà concreta, anche se poi, in virtù della Risurrezione, lo spazio temporale e geografico viene superato e il “precedere in Galilea” (Matteo, 28, 7) da parte del Signore introduce nella vastità aperta dell’intera umanità (cfr. Matteo, 28, 16ss).

Da pagina 36 del manoscritto

Da L’infanzia di Gesù, di Joseph Ratzinger-Benedetto XVI, Rizzoli – LEV, 2012

© Copyright 2012 - Libreria Editrice Vaticana

domenica 2 dicembre 2018

Nel mondo, l'Uomo è diventato come un lupo solitario che ha smarrito la sua tana e non ha più riferimenti per tornare in mezzo ai suoi simili. Ha perso ogni traccia del suo passato, ed ora non fa che vagabondare, incapace di stabilirsi in un luogo preciso. Non sa più dove andare e così mangia di tutto, assapora senza gustare e senza fame.

GLI UOMINI DEVONO SAPERE
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5 dicembre 2009

JNSR: Mio DIO, io so che Tu sei il DIO di tutti noi; ma ognuno crede di possederTi e  rappresentarTi a sua immagine. Come puoi, dunque, riunirci, Tu che vuoi l'unità in tutti i Tuoi figli?

GESÙ:  Io non sono una statua alla quale si deve rispetto e gloria. È facile contemplare un blocco di marmo o di terra sul quale si è scolpita una immagine a vostra somiglianza, perché l’immagine che viene fatta di DIO, è sempre diversa da un Paese all’altro.

ContemplateMi nell'Infinito, nelle forme più piccole della Mia Creazione, e allora Mi  troverete in voi stessi.

Nelle vostre questioni, nei vostri problemi, Io non posso esserci, sono troppo personali.  Nei vostri desideri e nelle vostre aspirazioni, voi non potete vederMi perché sono troppo umani. Anche nelle vostro Chiese, Mi avete rappresentato secondo le vostre idee personali. DIO è libero, e voi siete liberi come Me stesso.

Nel mondo, l'Uomo è diventato come un lupo solitario che ha smarrito la sua tana e non ha più riferimenti per tornare in mezzo ai suoi simili. Ha perso ogni  traccia del suo passato, ed ora non fa che vagabondare, incapace di stabilirsi in un luogo preciso. Non sa più dove andare e così mangia di tutto, assapora senza gustare e senza fame. Durerà a  lungo questa situazione, fino a quando egli  non si orienterà verso quell’unica Luce che però non vede brillare da nessuna parte, perché "quella Luce" si trova solo in lui, come una bussola, l’unica che può indicargli la vera via da seguire per non perdersi.

Quella bussola è proprio il suo cuore che ha sempre custodito la giusta direzione da seguire; ma se  non riprende a funzionare, deve stare bene attento, deve farsi guidare per uscire fuori da quei sentieri  sbagliati. Una Luce può indebolirsi  a causa della nebbia, della pioggia, della tempesta... e  di  altro ancora.

Ed ecco che la tempesta sta per scatenarsi, mentre la Luce che ha in sé, diventa sempre più pallida e più debole. L’uomo deve ripararsi, deve trovare un rifugio per sé e per la sua Luce, e bene custodirla. Essa non si spegne del tutto, ma tarda a riprendere il suo splendore. Allora dice: Devo riflettere su questa situazione !... E la Luce gli risponde: «Hai perso già molto tempo. Sono Io che  ti guiderò. Esci fuori, anche se gli elementi  si scatenano. In te, Io continuo a brillare. Vieni, e seguiMi. Là dove Io ti condurrò, Mi rivedrai brillare ancora più splendente.»

Attraversarono insieme, Lui, l’Uomo, e la sua Luce, tanti e tanti luoghi dove tutto era un susseguirsi di scoppi, di lampi e di tuoni: la tempesta non si calmava... L’Uomo chiese: Ma quando finirà? Quando saremo arrivati? «Non avere paura. Resta con Me, perché con Me, non dovrai temere nessuna “conseguenza” che questa tempesta trasporta con sé.

Questi lampi devono comunque svanire. Ma se la Tempesta continua, non fermarti. Bisogna che passi e si fermi da sé. Accanto a Me, non puoi avvertirne gli effetti. Lei Mi conosce, ma Io non posso fermarla, perché “qualcuno più in alto di Me” le ha già ordinato di agire per lavare e per ripulire questo Mondo dal suo ultimo peccato. Nascondiamoci alla sua violenza in questo rifugio.» (In quel momento, la Luce comandava l’Uomo, e l'Uomo la ascoltava).

A tastoni entrarono, l’Uomo e la sua Luce. Si ritrovarono in un luogo sconosciuto, dove c’erano già molte persone. Non si potevano vedere tra loro, ma si sentivano tutti vicini gli uni agli altri.
Quante ore rimasero in quella oscurità ?  Lo seppero molto tempo dopo; ma là, in quella oscurità, era accaduto qualcosa. Quando tornarono a vedere la luce, non capirono che cosa fosse successo, ma erano  tutti  cambiati, tutti  come  nuovi; e  le  Loro luci si erano tutte riunite in una sola. Non se ne resero conto, tanto esse brillavano insieme, formando un'unica luce.

Dopo si ricordarono, all'improvviso, che avevano vissuto come un sogno troppo breve, mentre per gli altri era stato come un incubo interminabile. Era stato diverso da uno all'altro, ma tutto era durato 3 lunghi giorni. Ognuno aveva, dunque, la sua verità che avevano vissuto in quella oscurità. E ognuno diceva di non ricordarsene.

In seguito, quando la Luce  del Giorno  apparve  loro, essa divenne  sempre più luminosa e pura. Sì, pura come quel Giorno Nuovo che appariva, e come  loro stessi erano diventati: puri grazie a quella Luce di DIO che era in loro e che li invadeva fino a staccarsi dai  loro corpi di  carne per divenire "figli di Luce".

Incredibilmente, erano tatti nuovi, e si  sentivano sulla via della VERA VITA. Non avevano più né la stessa identità, né lo stesso modo di pensare. Dove si trovavano così, tutti insieme? Senza troppo interrogarsi, continuavano a camminare, quando ad un tratto si resero conto di essere arrivati ognuno alla “propria Dimora”. Non era quella la dimora che avevano lasciato, quella che avevano conosciuto – dissero loro gli Angeli – ma quella che avrebbe dovuto essere da sempre la loro vera dimora.

Prima ancora di entrarvi, come quando ci si scalza davanti a un Luogo Santo, essi lasciarono fuori il loro doppio, (il loro corpo di carne) che avrebbero dovuto riprendere poi, uscendo da quella Santa Dimora. (In quell’istante, io JNSR, mi sento portata via, non sono più lì.)

Essi entrarono tutti, uno di seguito all'altro. Tutto era perfetto, tutto era  come quando  avevano lasciato quel Luogo Santo, prima di  andare sulla Terra, dove dovevano prendere  corpo. (Era il momento della loro nascita sulla Terra.)

Colui  che mi ascolta, mentre racconto questa storia, sia certo che non è una favola, ma è vera, è una storia vera. È così che  vi ritroverete, proprio  come  me, nella Casa del Signore, dove solo le anime sono entrate per vedere e riconoscere Colui che è Padre di tutti gli uomini, creati a Sua Immagine (Spirito) e che, fin dalla Creazione del Mondo, sono vissuti con Lui. Se il Padre è sempre invisibile, quelli che vi sono appena entrati, lo sono come Lui. È  il FIGLIO che vi ha portati  fin qui, perché è arrivato il  tempo dell’Incontro.

Uscendo, voi ritroverete il  vostro corpo, ma glorioso, come  avvenne a Gesù al momento della Sua Santa Resurrezione. Dopo  aver visto il Padre della Gloria Eterna, Egli ha ritrovato il Suo Corpo di carne, "glorioso" della gloria del  Padre Suo e Nostro Padre. Fu in quel momento che le anime del  Limbo, anime degli Antenati, raggiunsero, con Gesù Cristo, il Padre Benedetto dei Viventi della Terra, e dei Viventi  del Cielo.

Quei giorni  di  oscurità sono esattamente  i giorni  della tomba.  Anziché spaventarvi, sappiate che quei giorni, tre in totale, passati nell’intimità profonda della vostra anima con DIO, sostituiranno la vostra morte, e voi non passerete più attraverso la  spregevole morte, intronizzata da Satana. Perché al vostro risveglio, voi non vedrete che quel Giorno Nuovo, eterno, nella Sua Divina Luce. E non ci sarà più morte.

Parola del Signore


Voi  recupererete, allora, la vostra completa identità in Cristo Gesù. Amen.

Dopo tutto questo che ti ho descritto, devi dire loro ad ognuno:

«Onora Tuo Padre e Tua Madre.
Onora DIO, Padre, FIGLIO e Spirito Santo.
Onora MARIA, Madre di DIO e degli Uomini.»

Và, figlia Mia, và a dire loro quanto sta per accadere. Non temere. Io ti ho già purificata per ascoltarMi. Tieniti pronta. Il Padre manda lo Spirito nel Suo Figlio con i Suoi figli della Terra per risvegliare questo Popolo che non pensa ad altro che a dormire, per dimenticare da dove viene e dove deve andare.

Io dico che vengo nel Figlio Mio Diletto Gesù Cristo. La Mia Autorità è in Lui, e gli uomini devono conformarsi ad essa. Le catene della schiavitù cadranno. Voi sarete tutti liberati. Il Male muore ai Miei Piedi e non potrà mai più rialzarsi.

Io libero  tutti gli oppressi fino all’ultimo,
anche quello che si è voluto incatenare da solo.
Proclamo dovunque la Mia Libertà, “il Mio Amore  liberato”.
Dal  più  piccolo al più grande, dovrà passare attraverso Me.
Io sono tutto AMORE. L’Amore deve regnare.
Dal Cielo Io scenderò, e vi farò "Re".
Nell’attesa, custodite tutti la Mia Gioia
dell'Amore ritrovato.
Né pianti, né  stridore di  denti persisteranno,
perché  ecco, Io vengo a libe­rarvi.
Sì, Io sono Gesù Cristo, il vostro Beneamato
e vengo a regnare tra voi.
Il Padre Mi manda. Tenetevi pronti.
«Signore !  Signore !  vieni !»
Sì, Io vengo ad esaltarvi, ad elevarvi a questa unica Verità.
Io sono  DIO e vengo a regnare
in questa Nuova Terra che vi ho appena regalato.
Io Sono Gesù, il Nazareno di Gerusalemme.
Fino alle sorgenti selvagge dove Mi avete rigettato,
Io arriverò presto con la Mia Armata di Angeli radiosi,
esultanti ai poteri benedetti da DIO.
Applaudite, o umani, a questo sogno gioioso
che Io vi ho appena dato.
Siate i  beati del Padre Mio Amatissimo,
che di voi ha fatto gli eletti del Regno.

Scrivi  dunque: Tu non c’entri  affatto in tutto questo. Tu non sei  che una piccola luce che si è accesa alla fiamma benedetta del Beneamato. È DIO che parla.

Io vengo presto perché siete voi la causa di questa precipitazione. Il Mondo si agita inconsapevolmente e tutto diventa minaccia per le popolazioni che non trovano soluzione. Ritornare a DIO è l'unica e sola via: l’Uomo appartiene a DIO, ed Io sono il suo unico rifugio nella tempesta che si prepara per presto. Sì, tutto scomparirà prima di rinascere in un Mondo Nuovo, dove DIO sarà riconosciuto come Colui che è il Padrone, il Padre e il Figlio Diletto che Si confonde in voi tutti. Voi sarete  tutti  come dei piccoli bambini.

Vostro Signore Gesù. Cristo. Amen.

*

AMDG et DVM