LA HORA PARA BENEDICTO, EL PAPA DE MI CORAZON
9-12-2016
¿Quién espera la promulgación de un dogma, el quinto dogma Mariano en la Iglesia de Mi Hijo Jesús, que Me dio como Madre en aquella Hora antes de entregar el Espíritu al Padre Eterno?
Dogma como María Corredentora, pues en Mi debe concluir toda aquella Obra Divina que se dio en el Calvario. La Corredención de María para todos aquellos hombres que aceptaron ser redimidos por Cristo Crucificado.
El falso profeta conoce todo cuanto ha estado escrito, acontecimientos que marcan y señalan el camino de la Iglesia; por eso, intenta en todo momento detener Mi Obra, impedir a Mi Vicario, el papa de Mi Corazón Inmaculado, el pronunciarse en Mi Favor, como la Mujer del Apocalipsis que debe marcar esta Hora, la Señal que apareció en el Cielo, UNA MUJER VESTIDA DE SOL, CON LA LUNA BAJO SUS PIES,Y SOBRE SU CABEZA UNA CORONA DE DOCE ESTRELAS, mostrando al mundo y a la Iglesia de Mi HIJO MI PAPEL COMO CORREDENTORA EN ESTA HORA.
¡Cuánto sufre Mi Vicario, Benedicto XVI, y Yo, Su Madre, Madre de la Iglesia, sufro junto con él!
Él sabe que su hora ha llegado, el cielo mismo ha señalado el día y la hora de su muerte, que ya cuentan los minutos, sus perseguidores, para darle muerte.
Él conoce esta hora, que el cielo ya le ha revelado, momento de su martirio, hora de beber el Cáliz amargo de la Voluntad del Altísimo. Día y hora en que esta Madre del Tepeyac puso su pie virginal en esta nación, Tierra de María, Solemnidad de Santa María de Guadalupe, la Madre que le salió al encuentro, como lo hice con San Juan Diego, haciéndolo el Papa de Mi Corazón, al ver su corazón transformado por Mi Gracia Divina.
El hombre malvado, de noche y en la obscuridad, planea su crimen y le lleva a cabo, crimen que quedará oculto para el mundo, para los necios de corazón, los soberbios y los orgullosos que están en la obscuridad, pero descubierto por la Gracia en Mis pequeñitos Hijitos.
Volved, mis pequeños hijos, a leer las palabras reveladas en mayo a alma escogida, en mayo de este año, ENCUENTRO CON BENEDICTO XVI, y ahí está toda Revelación Divina, descubierta para los sencillos y los humildes, y oculta para los necios y los soberbios.
El día en que en Soy Venerada como Santa María de Guadalupe, Reina de México y de las Américas, os daré una señal para que no temáis y reconozcáis que la Hora para el Vicario de la Iglesia ha llegado, y en breve deis a conocer este acontecimiento a Mi Iglesia, la Iglesia que Yo guío en el desierto, la Verdadera Iglesia de Mi Hijo, la que deja Benedicto XVI para entregar a Pedro Romano, el Ungido por Dios y no por hombres, el Pastor que habrá de guiar y pastorear a las almas en este final de los tiempos, en esta batalla definitiva para derrocar el Mal y hacer triunfar el Bien con la Cruz que vence y salva.
Siervos del Señor, ovejas del rebaño que Benedicto deja bajo la guía y custodia de JUAN DE DIO EN PEDRO EL ROMANO, ELEGIDO POR EL CIELO, POR VOLUNTAD DEL ALTISIMO: entrad en oración el día 12 de este mes, apoyándoos, vosotros, Iglesia Militante, con la Iglesia Triunfante y la Iglesia purgante.
La fidelidad y el amor de vuestras almas, son bálsamo de amor y fortaleza para Benedicto XVI y para Juan de Dios, que bajo el fuego del crisol he sumergido su alma, a fin de que salga resplandeciente, otro Cristo en la tierra, que enfrentará el poder del anticristo, para en la Cruz del Salvador y por los méritos de sus Santas Llagas, Pasión, Muerte y Resurrección, levantará, sostendrá y guiará la Verdadera Iglesia, la Iglesia que recibe de Benedicto.
La Señal para la Iglesia es la Señal en el Cielo, la Mujer vestida de Sol, SANTA MARIA DE GUADALUPE, LA CORREDENTORA EN ESTA HORA.
Estos Misterios Divinos son revelados a los pequeños, a los humildes, a los sencillos, a todo aquel que busca permanecer en la Verdad, vosotros, Mis hijitos, a quienes ya tomé y estáis Conmigo en el desierto.
México, tierra de María, tierra de Mártires, donde hice Mío al Papa de Mi Corazón Inmaculado, donde ya Soy proclamada por Mis Hijitos en la Fe y en la Verdad, como la Corredentora. Misterios revelados a los sencillos y humildes y oculto a los orgullosos de este mundo.
Confundida quedará la Falsa Iglesia, cegada y engañada por el falso profeta, y la Luz vendrá sobre los corazones de Mis hijos quienes están en la Verdad y son el Rebaño con Benedicto XVI.
Conozco el temor de vuestra alma como lo tuvo Mi Juan Dieguito, el más pequeño de Mis hijos, cuando en aquella madrugada le salí al encuentro, más dándole Yo, Su Madre, la Madre del Cielo, una señal, QUE DARÍA Testimonio Mío, de Mi encuentro con él, y Mi Mensaje Divino.
Aguardad en Mí, Hijita Mia, aguardad en esta Madre que en esta Hora se hace Corredentora, y ésta es la Gran Señal del Apocalipsis, LA MUJER VESTIDA DE SOL.
AVE MARIA PURISSIMA!