lunedì 28 maggio 2018

L'unità delle nazioni




Il Rosario deve riacquistare la sua antica importanza e il suo valore. È per mezzo del rosario che deve realizzarsi l'unità delle nazioni nella medesima fede, e questo de­ve accadere prima del "compimento del mondo".



Tutto questo è detto per voi e per tut­ti. Tutto questo è in Me e per Me, grazie alla potenza del primo miste­ro del Rosario nel quale si trovano tutte le promesse, perché ho detto: "Io sono la serva del Signore".
Ci sono persone che non vogliono servire, non vogliono servire né Me Stessa, né Dio, né loro stessi.

Bisogna avere una fiducia senza li­miti nella potenza del Rosario. Non deve essere considerato come un fardello, ma come un grande dono d'amore.  A chi sa questo, il Rosario non peserà mai, ma gli darà delle ali".



Aspiraz. amorose a Gesù Sacramentato


Risultati immagini per volto del crocifisso di Madre Speranza


IEgredimini et videte, filiae Sion, regem Salomonem in diademate, quo coronavit illum mater sua in die desponsationis illius (Cant. III, 11). 

O figlie della grazia, anime che amate Dio, uscite su dalle tenebre della terra ed osservate il vostro re Gesù incoronato con corona di spine, corona di disprezzo e di dolore, con cui lo coronò l'empia sinagoga sua madre nel giorno del suo sponsalizio, cioè nel giorno di sua morte, per mezzo della quale si sposò colle anime sulla croce; uscite di nuovo a vederlo tutto pieno di pietà e d'amore, ora che viene ad unirsi con voi in questo Sacramento d'amore.

Amato mio Gesù, tanto vi è costato dunque il poter venire ad unirvi coll'anime in questo dolcissimo Sacramento? Avete dovuto prima soffrire una morte così amara e vituperosa? Venite, venite presto ad unirvi ancora all'anima mia. Ella era un tempo vostro nemica per lo peccato, ma ora voi la volete far vostra sposa colla vostra grazia. Venite, o sposo mio Gesù, ch'io non voglio più tradirvi, io voglio esservi sempre fedele. Quale sposa amante voglio solo pensare a cercare il vostro gusto. Vi voglio amare senza riserva; voglio essere tutto vostro, Gesù mio, tutto, tutto, tutto.1

S. Alfonso Maria de Liguori
Aspiraz. amorose a Gesù Sacramentato

IntraText CT - Lettura del testo

AMDG et DVM

domenica 27 maggio 2018

PEDRO, EL ROMANO


 26-8-2016

Padre mío, heme aquí que he cumplido Tu Santa Voluntad, en esta hora, 11.30 p.m., de este viernes, 26 de agosto; entrando en comunión espiritual con El Santo Padre Benedicto XVI, vicario de Tu Iglesia en la tierra, en este encuentro espiritual de nuestras almas bien dispuestas a Tu Voluntad para Gloria tuya.

Le he hecho llegar Tus Santa palabras que por un tiempo quedaron selladas en mi corazón dándolas a conocer solamente a Tu sacerdote ungido Juan de Dios y al padre Joseph M., sacerdote escogido de Tu corazón. Palabras tituladas Benedicto XVI, Mi Vicario, y Juan de Dios, Mi sacerdote ungido, dictadas a mi corazón el día 14 de junio del 2016. 

---------------------

Sierva dócil y humilde, pronta en cumplir Mis deseos, disponiendo vuestra alma para hacer en todo tiempo Mi Santa y Divina Voluntad.

Así lo he deseado Yo: que vuestras almas se encuentren y entréis en fusión espiritual con Mi Santo Vicario, Benedicto XVI, hoy en esta noche de este viernes, estando en Adoración y Contemplación Eucarística, habiendo terminado el rezo del Santo Rosario, en compañía de Mi Benedicto XVI.

Temerosa estaba vuestra alma de este encuentro espiritual, sintiéndoos la más indigna para hacer este anuncio a Mi Vicario en la tierra.

Conocí el deseo de vuestro corazón, de entrar en una preparación para este encuentro, y hoy en esta noche os sorprendí haciéndoos saber que era este el momento y la hora para unir vuestras almas en Mi Voluntad, porque para Dios el alma está preparada cuando se reconoce nada ante Mí, Su Dios, cuando reconoce su indignidad y su pequeñez, cuando en la nada se dispone a Mí, anhelando solamente una cosa, servirme y hacer Mi Santa y Divina Voluntad.

Encontré Yo, vuestro Dios, vuestra alma bien dispuesta, anhelando servirme y tener este encuentro con Benedicto XVI, Mi Vicario; y en presencia de la Santísima Trinidad y de María Santísima, Yo, vuestro Dios, fusiono vuestras almas según Mi Voluntad, y preparo y permito así todo encuentro espiritual entre vosotros, para el cumplimiento de Mis deseos.

En vuestra nada os encontráis reunidos en el fiel cumplimiento de Mis deseos, haciéndole llegar, en lectura, Mis Santas Palabras, para que Mi Vicario tome contacto espiritual con Mi ungido, Juan de Dios; porque el tiempo y la hora ya está muy cerca en donde Yo, Sumo y Eterno Sacerdote, recojo las llaves de la Iglesia a la muerte de Benedicto XVI, Mi Vicario, para Yo mismo, Eterno Dios, de Mi misma Mano, Poder y Autoridad, darle las llaves a Mi Sacerdote ungido Juan de Dios, quien guiará a la única y verdadera Iglesia, el resto Fiel que habrá dejado Benedicto XVI.

Pedro, primer papa de Mi Santa iglesia, fue elegido por la misma Mano de Dios Altísimo en el Hijo y no por hombres; pues ahora será de igual manera. PEDRO ROMANO ya ha sido elegido por Mi Mano, con Unción Divina y no de hombres, pues al igual que Pedro, el primer papa, supo por la acción Divina y unción del Espíritu Santo, reconocer Mi Divinidad como el Enviado de Dios Altísimo, el Hijo de Dios, el Salvador y Mesías, así es en Mi ungido y elegido Juan de Dios.

La Santísima Trinidad hemos elegido, en el Padre Altísimo y Supremo, habiendo elegido como representante de la Iglesia a Benedicto XVI, y en la donación del Hijo que se entrega por las almas, en Juan de Dios, y en la unción de los siete dones a Mi sacerdote Joseph M., para ser pilares de la Iglesia en este tiempo.

He hablado Yo, vuestro Dios, a través de vuestro corazón en este encuentro espiritual con Benedicto XVI, y ahora quedan selladas Mis Santas Palabras y Mi Voluntad en estos tres siervos Míos, Benedicto XVI, Juan de Dios, muy pronto Pedro Romano, y Mi predilecto Joseph M.

Mi Poder y Mi Autoridad actuará en ellos; la Santísima Trinidad actúa para que se lleve a cabo lo que ya ha sido determinado por el mismo Cielo para Mi Iglesia, que pronto dejará de ser terrenal, pues Mi Iglesia pasará a ser espiritual, como ya lo es para algunos que ya se encuentran en el desierto, reunidos sólo en espíritu, ahora aun gobernada por Benedicto XVI, en su remanente Fiel.

Todos vosotros que lleváis el ritual de la Santa misa, revelada y elaborada por Mi ungido Juan de Dios, quien a su tiempo y bajo Mi orden llevará el nombre de Pedro Romano, cuando la Gloria del Olivo me entregue, en el final de su carrera, las llaves de Mi Iglesia, que se le fue confiada por un tiempo determinado, sois Mi Verdadera Iglesia.

Os digo que así como el anticristo de estos tiempos ya está en el mundo, y se encuentra oculto entre vosotros, porque aún no le ha llegado su hora, Yo os digo que Pedro Romano ya está entre vosotros, desconocido aún para el mundo, pero ya le llega el día y la hora de ejercer su ministerio petrino, para Gloria y Triunfo de Mi Resto Fiel.

Al remanente Fiel de Mi Iglesia os pido de orar para que llegue pronto el día y la hora en que todo esto, que os he anunciado, llegue a su cumplimiento. Serán días de grandes tribulaciones y de grandes pruebas; para eso debéis retiraos del mundo, de sus distracciones y vanidades, que os impiden prepararos espiritualmente para estos grandes y terribles acontecimientos.

Solamente las almas que vivan ya, desde ahora, en recogimiento y oración podrán soportar, con gozo y paz, todo cuanto vendrá para esta humanidad que se apartó de Mí.

No corráis más por las cosas del mundo, huid de ellas, id tras los bienes eternos que serán la recompensa de los justos, de los que buscaron de corazón vivir cada día en Mi Santa Voluntad.

Sostener a Mi Vicario, Benedicto XVI, ofrecedle vuestro amor y donación, como él mismo se ha ofrecido por vosotros, su rebaño Fiel. Al final es sólo el amor y la caridad lo que queda entre vosotros.

Orad por Mi ungido Juan de Dios, quien pronto pastoreará a Mi Rebaño en medio de grandes tribulaciones y persecuciones, sostenido en compañía de mi predilecto Joseph M., mis dos pilares.

Orad, ayunad y haced penitencia por Mis dos testigos, quienes predican con valentía la verdad y no temen a la muerte, por ser Mis Verdaderos testigos en la tierra, pues muchos son mis amigos que han roto su alianza conmigo, Su Maestro.

La Corte Celestial os custodia de día y de noche; resguardados estáis todos vosotros, Mi resto Fiel, dentro de Mis Santas Llagas que adoráis, dándome alivio a todos Mis dolores y agonías, porque sufro en Mi Cuerpo Místico.

Abrazad con mayor ánimo y fuerza la cruz, en ella ganareis todas las batallas, en ella alcanzareis la vida eterna, en ella ganareis Conmigo muchas almas para Mi Reino.

Ay de aquellos hermanos vuestros que rechazan todo dolor y sufrimiento, toda cruz; les llegará la hora en que buscareis haber sido crucificados Conmigo, por amor, en la Cruz de Redención, pues pesada, dolorosa y temible será el peso de la Cruz que recibiréis vosotros, los que rechazasteis la Cruz, para ser purificados y alcanzar salvación. Dichosos todos vosotros los que, día a día, caminaron Conmigo llevando la Cruz de cada día, grande será vuestro gozo, aún en medio de las tribulaciones.

Aprended de vuestros hermanos, los santos que vivieron día a día en el gozo de la Cruz, que les alcanzó el gozo eterno, la corona de la victoria y la resurrección.

Grandes milagros obrará el Cielo a la llegada de Benedicto XVI a la Casa Paterna, quien por su sangre derramada, por martirio y amor a la Iglesia, seguirá intercediendo por vosotros, Mi Resto Fiel, la Verdadera Iglesia, que habrá quedado en la mayor tribulación a su partida.

Orad por él, para que pronto entregue las llaves de la Iglesia en el fin y fiel cumplimiento de su Misión como papa y Vicario de Mi Iglesia.

Os bendigo, a vosotros, Mis almas dóciles y humildes, vosotros que buscáis a diario Mi Voluntad para alcanzar la Santidad, a vosotros os aseguro la Victoria en esta batalla final. Mi paz este con vosotros.

 -----------------------

Bendito mi Dios y mi Señor, somos tuyos, para ti vivimos y por ti morimos. Abrazando Tu Santa cruz, precio de nuestra Salvación. 


AMEN, AMEN, AMEN

**************

ESTA ES MI SANTA VOLUNTAD 

 6-10-2016 

Después del gozo que ha experimentado vuestra alma en esta Santa Misa, os llamo Yo, Dios Altísimo, a servirme y ser Mi instrumento y Mi mensajera, en este mensaje que os doy para Mis dos siervos, Juan de Dios y Joseph. Yo, Dios Altísimo, dispongo para Mi Resto Fiel, que ya ha sido preparado en estos meses desde que Mi ungido, Juan de Dios, dio inicio a la Santa Misa espiritual, con oraciones propias en el ritual de consagración, que Yo mismo le inspiré, para preparar y purificar los corazones y las mentes de Mi Resto Fiel, que hasta ahora llevó el ritual de consagración, y ya no será más. 
Todo tiene un porque y un para qué. 
Todo tiene un tiempo. 

Ahora, este es ya el momento, en que todo Mi resto Fiel dé inicio a la Santa Misa que Mi siervo y predilecto Josep hace llegar cada día, de viva voz, a muchas almas, LA SANTA CELEBRACION DEL SANTO SACRIFICIO DEL ALTAR. 
Dejarán ya el ritual de inicio, revelado a Mi Ungido, Juan de Dios, que sirvió de preparación en su primera etapa para la Iglesia Remanente, y la han llevado a crecer espiritualmente, aumentando su Fe. 
Es la hora ya de que, a una sola voz universal, todo el Resto Fiel se una en el ritual de siempre, la liturgia pura y sagrada, digna para el Santo Sacrificio del Calvario. 
EL RITO ANTIGUO, LA SANTA MISA EN LATIN. 
Así, Benedicto XVI, Mi Vicario, aun por pocos días, 
Juan de Dios, próximo Pastor Universal de Mi Iglesia, 
y Joseph, Mi predilecto, 
entren en una fusión total de almas, un solo espíritu, una misma Fe, un solo Señor, un solo Sacrificio Santo y Puro, agradable a Mis ojos. 
Un mismo espíritu, guiado y sostenido por la Trinidad Santa, y a ellos se unirá todo el Resto Fiel, el Remanente obediente y dócil, que es ya la Iglesia peregrina en el desierto, en sus inicios de renovación y trasformación, porque esta Iglesia ha sido fiel a Mis mandatos Divinos y a Mi Voluntad. 
Este Domingo, día de Gloria, iniciará todo el Remanente, el Resto Fiel, a segur la Santa Misa, que os pido en comunión con Joseph y Juan de Dios unidos a Benedicto XVI. 
Esta será como una consagración de Mis tres predilectos a su rebaño, al resto Fiel, que ya congregan en un mismo Espíritu. 
Este domingo vestíos de penitencia por los que no han abandonado la Iglesia infiel, la que Me ofende y se prostituye, y también vosotros, Mis Elegidos, vestíos de fiesta para entrar en Mi presencia Santa, cada uno desde sus pequeños y humildes Altares, en donde acostumbráis a hacer vuestra oración y Santa Misa. 
El cielo sellará esta acción y marcará un fin y un principio en Mi Iglesia, el resto Fiel. Cuanto me agrado con vuestra obediencia, cuando sois dóciles y humildes a Mi Santa Voluntad, aun cuando, a veces, no la comprendéis y caéis en el error, engañados por el enemigo, pero sois prontos para levantaros de nuevo. 
Les basta Mi Gracia. 
Benedicto XVI espera ya está fusión de alma con él, el pastor con sus ovejas y así en sucesión. 
 --- 
Padre mío, en esta Santa Misa me has llenado de un gozo inmenso, has hecho una bendición de Tus Santa manos sobre las mías para poder escribir este mensaje, que es un sello para Tu Iglesia Verdadera. Me has conducido a ofrecer mi nada, mi vida, aun llena de tantas miserias, y esta y cada Santa Comunión por el resto de mis días en esta tierra, ofrecértela por Tus Tres siervos y ungidos, EL PAPA BENEDICTO XVI, JUAN DE DIOS Y JOSEPH. Y en ellos todos tus sacerdotes, que tú bien sabes llevo guardados en mi corazón. Poca cosa soy, pero aquí estoy, Padre mío, para servirte y solo buscar hacer, día a día, Tu Santa y divina Voluntad. AMEN, AMEN, AMEN, 5.20 pm. 

Ci aiuti Maria, specchio della Trinità Santissima, a crescere nella fede nel mistero trinitario.


Cari fratelli e sorelle!

Dopo il tempo pasquale, culminato nella festa di Pentecoste, la liturgia prevede queste tre solennità del Signore: oggi, la Santissima Trinità; giovedì prossimo, quella del Corpus Domini, che, in molti Paesi tra cui l’Italia, verrà celebrata domenica prossima; e infine, il venerdì successivo, la festa del Sacro Cuore di Gesù.
Ciascuna di queste ricorrenze liturgiche evidenzia una prospettiva dalla quale si abbraccia l’intero mistero della fede cristiana: e cioè rispettivamente la realtà di Dio Uno e Trino, il Sacramento dell’Eucaristia e il centro divino-umano della Persona di Cristo. Sono in verità aspetti dell’unico mistero della salvezza, che in un certo senso riassumono tutto l’itinerario della rivelazione di Gesù, dall’incarnazione alla morte e risurrezione fino all’ascensione e al dono dello Spirito Santo.
Quest’oggi contempliamo la Santissima Trinità così come ce l’ha fatta conoscere Gesù.

Egli ci ha rivelato che Dio è amore "non nell’unità di una sola persona, ma nella Trinità di una sola sostanza" (Prefazio): è Creatore e Padre misericordioso; è Figlio Unigenito, eterna Sapienza incarnata, morto e risorto per noi; è finalmente Spirito Santo che tutto muove, cosmo e storia, verso la piena ricapitolazione finale. 

Tre Persone che sono un solo Dio perché il Padre è amore, il Figlio è amore, lo Spirito è amore. Dio è tutto e solo amore, amore purissimo, infinito ed eterno. Non vive in una splendida solitudine, ma è piuttosto fonte inesauribile di vita che incessantemente si dona e si comunica. 

Lo possiamo in qualche misura intuire osservando sia il macro-universo: la nostra terra, i pianeti, le stelle, le galassie; sia il micro-universo: le cellule, gli atomi, le particelle elementari. 

In tutto ciò che esiste è in un certo senso impresso il "nome" della Santissima Trinità, perché tutto l’essere, fino alle ultime particelle, è essere in relazione, e così traspare il Dio-relazione, traspare ultimamente l’Amore creatore. Tutto proviene dall’amore, tende all’amore, e si muove spinto dall’amore, naturalmente con gradi diversi di consapevolezza e di libertà. "O Signore, Signore nostro, / quanto è mirabile il tuo nome su tutta la terra!" (Sal 8,2) – esclama il salmista. Parlando del "nome" la Bibbia indica Dio stesso, la sua identità più vera; identità che risplende su tutto il creato, dove ogni essere, per il fatto stesso di esserci e per il "tessuto" di cui è fatto, fa riferimento ad un Principio trascendente, alla Vita eterna ed infinita che si dona, in una parola: all’Amore. "In lui – disse san Paolo nell’Areòpago di Atene – viviamo, ci muoviamo ed esistiamo" (At 17,28). La prova più forte che siamo fatti ad immagine della Trinità è questa: solo l’amore ci rende felici, perché viviamo in relazione, e viviamo per amare e per essere amati. Usando un’analogia suggerita dalla biologia, diremmo che l’essere umano porta nel proprio "genoma" la traccia profonda della Trinità, di Dio-Amore.

La Vergine Maria, nella sua docile umiltà, si è fatta ancella dell’Amore divino: ha accolto la volontà del Padre e ha concepito il Figlio per opera dello Spirito Santo. In Lei l’Onnipotente si è costruito un tempio degno di Lui, e ne ha fatto il modello e l’immagine della Chiesa, mistero e casa di comunione per tutti gli uomini. Ci aiuti Maria, specchio della Trinità Santissima, a crescere nella fede nel mistero trinitario.

Benedetto XVI

DOMENICA 7 GIUGNO 2009

sabato 26 maggio 2018

Ogni pensiero santo è nato nella Mente Perfetta


  • Da "L'Evangelo come mi è stato rivelato"
  • Il Verbo conosce il Pensiero e il Pensiero conosce il Verbo, e lo ama, comunicandosi a Lui coi suoi tesori per farlo partecipe di Esso. L’Amore stringe i legami e ne fa una sola Perfezione. E’ la Triade che si ama e che divinamente si forma, si genera, procede e completa.
    Ogni pensiero santo è nato nella Mente Perfetta, ed è riflesso nella mente del giusto. 160.6
  • Io, glorioso al fianco del Padre, vi manderò il Fuoco, la Forza che procede dal mio essere per generazione dal Padre e che lega il Padre e il Figlio in un anello indissolubile, facendo di Uno, Tre: il Pensiero, il Sangue, l’Amore. 361.5 
  • Tutto l’insegnamento  e tutte le opere del Cristo  sono testimonianza del Padre e rivelazione del mistero incomprensibile della SS. Trinità . Di quella SS. Trinità per la quale fu possibile la Creazione, la Redenzione, la Santificazione dell’uomo. Di quella  SS. Trinità per la quale,  senza distruggere la prima creazione che s’era corrotta, potè aversi una ricreazione, o novella creazione di una coppia senza macchia: di una nuova Eva e di un nuovo Adamo, mezzo a ricreare alla Grazia e quindi a ristabilire l’ordine violato e il fine ultimo tra e per gli uomini venuti da Adamo. 568-50  Ap 4°
AMDG et DVM