venerdì 26 luglio 2013

Domingo 28 de Julio 2013, 17mo. Domingo Tiempo Ord. - C - San Lucas 11, 1-13: "Escuchad. Cuando oréis, decid así: "Padre nuestro que estás en los cielos. ...


JESÚS ENSEÑA
EL PATER NOSTER






Jesús sale con los suyos de una casa vecina a los muros, y que creo que está en el barrio de Bezeta porque para salir fuera de ellos, se debe pasar delante de la casa de José que está cerca de la Puerta, que oigo que llaman de Herodes. En esta noche tranquila la luna, la ciudad está semidesierta. Caigo en la cuenta de que se hizo la Pascua en una de las casas de Lázaro, pero no fue la del Cenáculo. Esta se encuentra exactamente en el lado opuesto. Como quien dice: una se encuentra al norte y la otra al sur de Jerusalén.
En los umbrales de la puerta, Jesús se despide, con ese porte gentil, propio suyo, de Juan de Endor a quien deja para que se quede con las mujeres y de antemano se lo agradece. Besa a Marziam que también está en la puerta y luego atraviesa la Puerta de Herodes.
"¿A dónde vamos, Señor?"

OS LLEVO A QUE CORONEMOS LA PASCUA
CON UNA PERLA RARA Y DESEADA.

"Venid conmigo. Os llevo a que coronemos la Pascua con una perla rara y deseada. Por esto he querido estar con vosotros solos. ¡Mis apóstoles! Gracias, amigos, de vuestro amor que me profesáis. Si pudieseis ver como me consuela, os quedaríais estupefactos. Lo estoy viendo: sigo caminando entre continuos rozamientos y desilusiones. Desilusiones para vosotros. Para Mí, convenceos, no hay ni una desilusión, pese a que no me ha negado el don de ignorar... También por esto os aconsejo que os dejéis guiar por Mí. Si permito esto o aquello, no pongáis ningún obstáculo. Si no quiero poner fin a algo, no lo hagáis tampoco vosotros. Cada cosa a su tiempo. Tened sobre todo confianza en Mí".
Están en el ángulo noreste del recinto de los muros. Los rodean y costean el Monte Moria, donde atraviesan al Cedrón por un puentecito.
"¿Vamos a Getsemaní?" pregunta Santiago de Alfeo.
"No. Más arriba. Al Monte de los Olivos".
"Oh, ¡será algo bello!" dice Juan.
"Habría estado también contento el niño" dice por su parte Pedro.
"¡Vendrá muchas veces! Estaba cansado. Es niño. Quiero daros una grande cosa porque ya es justo que la tengáis".
Suben por entre el olivar. Dejan a su derecha Getsemaní. Siguen subiendo más por el monte, hasta llegar a la cumbre donde los olivos se balancean crujiendo.

UN DÍA ME HABÉIS DICHO
ENSÉÑANOS A ORAR CÓMO TÚ ORAS

Jesús se para y dice: "Detengámonos... queridos y muy queridos discípulos míos y mis continuadores en el futuro, acercaos a Mí. Un día, y no uno solo me habéis dicho: "Enséñanos a orar como Tú oras. Enséñanos como Juan enseñó a los suyos para que nosotros podamos orar con las mismas palabras del Maestro". Y siempre os respondí: "Os enseñaré cuando vea en vosotros un mínimo de preparación suficiente para que la plegaria no se convierta en una fórmula vacía de palabras humanas, sino que sea una verdadera conversación con el Padre". Ha llegado el tiempo. Vosotros poseéis cuanto es suficiente para conocer las palabras dignas que se digan a Dios, y os las quiero enseñar esta noche en medio de la paz y el amor que existe entre nosotros, en la paz y en el amor de Dios y con Dios, porque hemos obedecido al precepto pascual, como verdaderos israelitas, y al precepto divino de la caridad para con Dios y para con el prójimo. Uno de vosotros ha sufrido mucho estos días, debido a una acción que no merecía y ha sufrido por el esfuerzo que se ha hecho a sí mismo para controlar la ira que esa acción había provocado. Sí, Simón de Jonás, ven aquí. Ni una palpitación de tu corazón honrado me ha pasado desapercibida, y no ha habido sufrimiento que no hubiese compartido contigo. Yo y... tus compañeros..."
"Pero Tú, Señor, has sido ofendido más que yo. Y esto era para mí una pena mayor... mayor, no... más sensible... ni siquiera... más... más... qué Judas se haya desdeñado a acompañarme en la fiesta, me molestó mucho, como hombre. Pero al ver que Tú estabas adolorido y ofendido, me molestó de otro modo y sufrí de otro modo, el doble... Yo... no quiero gloriarme ni hacerme el héroe, usando tus palabras... Pero debo decir... y si es soberbia dímelo, debo decir que he sufrido con mi alma... y causa mayor dolor".
"No es soberbia, Simón. Has sufrido espiritualmente porque Simón de Jonás pescador de Galilea, se está cambiando en Pedro de Jesús, Maestro del espíritu, por lo cual también sus discípulos se hacen activos y sabios en el espíritu. Porque has avanzado en la vida del espíritu, porque vosotros también habéis avanzado, quiero enseñaros esta noche la oración. ¡Cuánto habéis cambiado desde aquel día en que en un lugar desierto nos detuvimos algunos días!"
"¿Todos, Señor?" pregunta Bartolomé un poco incrédulo
"Comprendo lo que quieres decir... Yo os hablo a vosotros los once, no a otros..."
"Pero ¿que le pasa a Judas de Simón, Maestro? No lo comprendemos más... parecía muy cambiado y ahora, desde que dejamos el lago..." dice entristecido Andrés.
"Cállate hermano. La llave del misterio la tengo yo. Se ha colgado un pedacito de zebú. Fue a buscarlo a la caverna de Endor para sorprender a los demás... y ¡se lo ha merecido! El Maestro se lo dijo aquel día... en Gamala los diablos entraron en los cerdos. En Endor los diablos, salidos del entonces desgraciado Juan, entraron en él... Se entiende que... se entiende. ¡Déjame decirlo, Maestro! Lo tengo aquí en la punta de los labios, y si no lo digo me muero..."
"Simón, ¡sé bueno!"
"Sí, Maestro... y te aseguro que no le haré ningún desprecio. Pero digo y pienso que siendo Judas tan vicioso -todos lo sabemos- es un semejante al cerdo... y se entiende que los demonios gustosos cambian de domicilio... Bueno, lo he dicho".
"¿Tú dices que es así?" pregunta Santiago de Zebedeo.
"Y ¿qué otra cosa quieres que sea? No ha habido ninguna otra razón para que se haya hecho tan intratable. Peor que en Aguas Claras. Allá se podía pensar que el lugar y la estación lo pusiesen nerviosos. Pero ahora..."
"Hay otra razón, Simón..."
"Dila Maestro. Estoy contento de desengañarme del compañero".

"JUDAS ESTÁ CELOSO. ESTÁ INQUIETO POR CELOS".

"Judas está celoso. Está inquieto por celos".
"¿Celoso? ¿De quién? No tiene mujer, y aunque la tuviese con las mujeres, creo que ninguno de nosotros sería capaz de ofender a un condiscípulo..."
"Está celos de Mí. Piensa: Judas ha cambiado desde Endor, y luego desde Esdrelón. Esto es, desde que vio que me ocupaba de Juan y de Yabé. Pero ahora que Juan nos dejará e irá con Isaac, verás que se hará alegre y bueno".
"Está bien, pero no querrás decirme que no sea presa de un diablillo y sobre todo...¡No lo digo! Y sobre todo no querrás que diga que se ha compuesto en estos meses. El año pasado también yo era celoso... ¿No recuerdas que no quería que hubiese más que nosotros seis? Ahora, deja que invoque a Dios como testigo de mi pensamiento. Ahora digo que soy feliz entre más aumentan los discípulos a tu alrededor. ¡Oh! cómo querría disponer de todos los hombres y traértelos a Ti, y de contar con todos los medios para socorrer a los necesitados, a fin de que la miseria no sea obstáculo para que ninguno deje de venir a Ti. Dios está viendo si digo la verdad. Pero ¿por qué he cambiado? Porque me he dejado cambiar de Ti. El... no está cambiado... al contrario... convéncete, Maestro... un diablillo se ha apoderado de él..."
"No lo digas ni lo pienses. Ruega para que se cure. Los celos son una enfermedad..."
"De la que se puede uno curar, si uno quiere. ¡Ah! Lo soportaré por causa tuya... Pero ¡qué fatiga!..."
"Por eso te he premiado con el niño, y ahora te enseño a orar".
"Oh, sí, hermano. Hablemos de esto, y recordemos al que lleva igual nombre que yo, como a uno de los que tienen necesidad. Me parece que ya recibió su castigo, al no estar con nosotros a esta hora" dice Judas Tadeo.

ESCUCHAD.
CUANDO ORÉIS, DECID ASÍ:

"Escuchad. Cuando oréis, decid así: "Padre nuestro que estás en los cielos. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino a la tierra como lo está en el cielo, y en la tierra como en el cielo se haga tu voluntad. Danos hoy nuestro pan diario. Perdónanos nuestras deudas, como perdonamos a los que nos deben. No nos dejes entrar en la tentación, sino líbranos del maligno". "
Jesús se puso de pie para decir esta oración y todos los demás lo imitaron, atentos y conmovidos.
"No hay necesidad de más, amigos míos. En estas palabras está encerrado como en un aro de oro todo cuanto necesita el hombre para el espíritu y para las cosas materiales como el cuerpo. Con esta oración pedís lo que es útil al espíritu y al cuerpo. Y si hacéis lo que pedís conquistaréis la vida eterna. Es una oración tan perfecta que las olas de las herejías y el transcurso de los siglos no la atacarán. El mordisco de Satanás despedazará el cristianismo, y muchas partes de mi carne mística, serán separadas, distanciadas, convirtiéndose en células propias, con el empeño vano de crearse un cuerpo perfecto como lo será el Cuerpo Místico de Cristo, o sea el Cuerpo que forman todos los fieles unidos en la Iglesia Apostólica, que será, mientras exista en la tierra, la única verdadera Iglesia. Pero estas parte separadas, por este mismo hecho, privadas de los dones que dejaré a la Iglesia Madre para nutrir a mis hijos, siempre se llamarán cristianas, pues su culto será Cristo, y siempre se acordarán, en su error, de estar unidas a Cristo. Oíd: también ellas dirán esta oración universal. Recordadla bien. Meditadla continuamente. Aplicadla a vuestras acciones. No hay necesidad de otra cosa para santificarse. Si alguien estuviese, en un lugar de paganos, sin Iglesia, sin libros, tendría todo lo necesario para meditar con esta oración y una Iglesia abierta en su corazón para ella. Tendría una regla y seguramente se santificaría.

"PADRE NUESTRO"

Yo lo llamo:  "Padre". Es Padre del Verbo. Es Padre del Encarnado. Así quiero que lo llaméis porque sois uno conmigo, si permanecéis en Mí. Antes el hombre se arrojaba cara en tierra para decir, entre el estremecimiento del miedo: "¡Dios!". Quien no cree en Mí y en mi palabra, todavía tiene ese pavor que paraliza... Ved lo que sucede en el Templo. No solo Dios, sino su recuerdo está escondido detrás de un triple velo a los ojos de los fieles. Separación por la distancia, separación por los velos. Todo se ha empleado para decir a quien ruego: "Tú eres fango. El es luz. Tú eres un ser abyecto. El es Santo. Tú eres esclavo. El es Rey.
Pero ahora... Levantaos. Acercaos. Soy el Sacerdote Eterno. Puedo tomaros por las manos y deciros: "Venid". Puedo tomar con mis manos las cortinas y descorrerlas, dejando ver el lugar inaccesible que ha estado oculto hasta ahora. ¿Oculto? ¿Por qué? Oculto por la culpa. Ciertamente, pero cerrado al pensamiento envilecido de los hombres.. ¿Por qué ocultarlo si Dios es amor, si Dios es Padre? Yo puedo, debo, quiero llevaros no a través del polvo, sino por el firmamento; no lejos, sino cerca; no con vestidos de esclavos, sino con el de hijos al corazón de Dios. Decid: "¡Padre!... ¡Padre!" y no os canséis de repetir esta palabra. ¿No sabéis que cada vez que la pronunciáis el cielo se derrite de alegría divina? Si no dijereis más que esta plegaria, y con verdadero amor, habríais ya hecho una oración acepta al Señor. "¡Padre! ¡Padre mío!" dicen los niños al llamar a su progenitor. Las primeras palabras que dicen son: "Madre, Padre". Vosotros sois pequeñuelos de Dios. Os he engendrado del hombre viejo que erais, al que he destruido con mi amor, para que naciera el hombre nuevo, el cristiano. Llamad pues, con la primera palabra que el niño sabe, al Padre santísimo que está en los cielos.

"SANTIFICADO SEA TU NOMBRE"

¡Oh, Nombre más santo y dulce que cualquier otro! Nombre que el pavor del culpable ha enseñado a tener oculto bajo otro nombre.¡No! ¡No! No más Adonai. ¡No más! Es Dios. Es Dios que en un exceso de amor creó al género humano. Este, cuyos labios serán purificados con el bautismo que preparo, lo llamará por su nombre. Se reservará el derecho de comprender con plenitud de sabiduría el verdadero significado de este incomprehensible, cuando unido con él, con sus mejores hijos, será levantado al Reino que he venido a establecer.

"VENGA TU REINO A LA TIERRA 
COMO LO ESTÁ EN EL CIELO"

Desead con todas vuestras fuerzas este acontecimiento. Sería el regocijo de la tierra, si viniese. El Reino de Dios en los corazones, en las familias, entre los ciudadanos, entre las naciones. Sufrid, trabajad, sacrificaos por ese Reino. Sea la tierra un espejo que refleja en cada uno la vida del cielo. Vendrá. Llegará el día que esto sucederá. Siglos y siglos de lágrimas, y sangre, de errores, de persecuciones, de nubes que dejan pasar rayos de luz que vienen del faro místico que es mi Iglesia  -la que es barca y que jamás será sumergida; también es una roca que no se abate ante ninguna y tendrá en alto la Luz, mi Luz, la Luz de Dios-  precederán el momento en que la tierra poseerá el Reino de Dios. Y entonces será como el resplandecer intenso de un astro que, llegado a su estado máximo de existencia, se disgrega, cual flor inmensa en los jardines etéreos, para despedir en una palpitación radiante su existencia y su amor a los pies de su Creador. De que sucederá. Y luego vendrá el Reino perfecto, feliz, eterno del Cielo.

"EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO 
SE HAGA TU VOLUNTAD"

La aniquilación de la voluntad propia en la de otro se puede realizar sólo cuando se ha llegado al perfecto amor por la creatura. El aniquilamiento de la voluntad propia en la de Dios se puede sólo realizar cuando se ha llegado a la posesión de las virtudes teologales en forma heroica. En el cielo en donde no hay defectos, se hace la Voluntad de Dios. Aprended vosotros, hijos del cielo, a hacer lo que en el cielo se hace.

"DANOS EL PAN DIARIO"

Cuando estaréis en el Cielo os alimentaréis tan sólo de Dios. La bienaventuranza será vuestro alimento.Pero acá abajo tenéis necesidad del pan. Sois los hijos de Dios. Es justo decir: "Padre, danos pan". ¿Tenéis temor de no ser escuchados? Oh, ¡no! Pensad en esto: si uno de vosotros tiene un amigo y cayendo en cuenta de que no tiene pan para dar de comer a otro amigo o familiar, que llegó a su casa muy de madrugada, va a él y le dice: "Amigo mío, préstame tres panes porque ha llegado un huésped y no tengo que darle de comer", ¿puede acaso responder desde dentro de su casa: "No me molestes porque ya cerré la puerta y he asegurado las aldabas y mis hijos están durmiendo conmigo. No puedo levantarme y darte lo que quieres?" No. Si él se dirigió a un verdadero amigo, y si insiste tendrá lo que pide. Igual cosa obtendría aún cuando se hubiese dirigido a un amigo menos bueno. Lo habría obtenido por su insistencia. Porque a quien se le pide tal favor, con la condición de no ser molestado se apresurará a darle cuanto quiere.
Pero vosotros, al orar al Padre, no os dirigís a un amigo de la tierra, os dirigís al Amigo Perfecto que es el Padre de los cielos. Por esto os digo: "Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá".De hecho, se da a quien pide, quien busca termina por encontrar, y a quien llama a la puerta se le abre. ¿Que hijo hay que vea que se le pone en la mano una piedra cuando pide a su padre un pan? ¿Quién hay que vea que se le ponga una serpiente en la mano, en cambio del pescado que pidió? El padre que así obrase, sería un criminal para su prole. Os lo he dicho y os lo repito para atraeros a sentimientos de bondad y de confianza. A la manera que un hombre sano de mente, no daría un escorpión en cambio de un huevo, ¿con una bondad mucho mayor, no os dará Dios lo que pedís? El es bueno, entre tanto que vosotros, más o menos, sois malos. Pedid pues con amor humilde y filial vuestro pan al Padre.

"PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS 
COMO PERDONAMOS A LOS QUE NOS DEBEN"

Hay deudas materiales y espirituales. Hay también morales. Es una deuda material el dinero o la cosa que se restituye porque se la prestó a uno Es una deuda moral la honra ofendida y no reparada, como el amor pedido y no recibido. Es una deuda espiritual la obediencia a Dios, a quien pedir lo que se quiera, siempre es poco. Es obediencia espiritual el amarlo. El nos ama y es amado, como una madre, una esposa, un hijo, de quienes se exigen muchas cosas. El egoísta quiete tener, pero no dar. Este es el antípoda del cielo. Tenemos deudas con todos. Desde Dios al progenitor, de este al amigo, del amigo al prójimo, del prójimo al siervo y al esclavo, que son iguales a nosotros. ¡Ay de quien no perdona! No será perdonado. Dios no puede en justicia, perdonar la deuda que tiene el hombre con él, Ser Santísimo, si el hombre no perdona a su semejante.

"NO NOS DEJES ENTRAR EN LA TENTACIÓN, 
SINO LÍBRANOS DEL MALIGNO

El hombre que no tuvo la necesidad de compartir con nosotros la cena pascual me preguntó, hace más o menos un año: "¿Cómo? ¿Has pedido Tú, que no seas tentado y has pedido ser ayudado en la tentación para vencerla?" Estábamos los dos solos... y le respondí. Después éramos cuatro, en un lugar solitario, y también le respondí. Pero de nada sirvió, porque en un espíritu firme, es menester hacer brecha, demoliendo la gran fortaleza de su terquedad. Por esto lo repetiré una, diez, cien veces, hasta que todo se cumpla.
Pero vosotros no estáis blindados con enseñanzas infelices, y mucho menos con pasiones infelices, procurad orar de este modo. Orad humildemente para que Dios impida las tentaciones. ¡Oh, humildad que consiste en conocerse uno por lo que es, sin envilecerse, antes bien conociéndose! Decir: "Podría yo ceder, aunque no me parece que lo hiciera, porque soy un juez imperfecto de mí mismo. Por esto, Padre mío, de ser posible, dame libertad en las tentaciones con tenerme muy cerca de Ti de modo que no permitas que el maligno me pueda hacer daño" Porque recordadlo, no es Dios quien tienta al mal, sino el mal quien tienta. Rogad al Padre para que sostenga vuestra debilidad, de modo que no pueda ser llevada a la tentación por el maligno.

ESTA HA SIDO MI SEGUNDA PASCUA ENTRE VOSOTROS, 
QUERIDOS AMIGOS. 

EL AÑO PASADO COMIMOS TAN SOLO EL PAN Y EL CORDERO. 

ESTE AÑO OS DOY LA PLEGARIA. 

DISPONDRÉ DE OTROS DONES PARA OTRA PASCUA MÍA 
QUE CELEBRE CON VOSOTROS, 
PARA QUE CUANDO ME HUBIERE IDO AL PADRE, 
TENGÁIS UN RECUERDO MÍO

Esta ha sido mi segunda Pascua entre vosotros, queridos amigos. El año pasado comimos tan solo el pan y el cordero. Este año os doy la plegaria. Dispondré de otros dones para otra Pascua mía que celebre con vosotros, para que cuando me hubiere ido al Padre, tengáis un recuerdo mío, de Mí que soy el Cordero, en cada fiesta del cordero mosaico.
Levantaos y vámonos. Entremos en la ciudad en la aurora. Mejor dicho: Tú, Simón, y tú hermano mío (señala a Judas), iréis a traer a las mujeres y al niño. Tú, Simón de Jonás, y vosotros, os quedaréis conmigo hasta que hayan regresado. Luego iremos juntos a Betania".
Descienden hasta Getsemaní en cuya casa entran a descansar.
III. 379-387
 A. M. D. G. et B.V.M.

giovedì 25 luglio 2013

Domenica 28 Luglio 2013, XVII Domenica delle ferie delle ferie del Tempo Ordinario - Anno C


"Prendete, prendete quest’opera e ‘non sigillatela’, ma leggetela e fatela leggere"
Gesù (cap 652, volume 10), a proposito del
"Evangelo come mi è stato rivelato"
di Maria Valtorta

Domenica 28 Luglio 2013, XVII Domenica delle ferie delle ferie del Tempo Ordinario - Anno C

Dal Vangelo di Gesù Cristo secondo Luca 11,1-13.
Un giorno Gesù si trovava in un luogo a pregare e quando ebbe finito uno dei discepoli gli disse: «Signore, insegnaci a pregare, come anche Giovanni ha insegnato ai suoi discepoli».
Ed egli disse loro: «Quando pregate, dite: Padre, sia santificato il tuo nome, venga il tuo regno;
dacci ogni giorno il nostro pane quotidiano,
e perdonaci i nostri peccati, perché anche noi perdoniamo ad ogni nostro debitore, e non ci indurre in tentazione».
Poi aggiunse: «Se uno di voi ha un amico e va da lui a mezzanotte a dirgli: Amico, prestami tre pani,
perché è giunto da me un amico da un viaggio e non ho nulla da mettergli davanti;
e se quegli dall'interno gli risponde: Non m'importunare, la porta è gia chiusa e i miei bambini sono a letto con me, non posso alzarmi per darteli;
vi dico che, se anche non si alzerà a darglieli per amicizia, si alzerà a dargliene quanti gliene occorrono almeno per la sua insistenza.
Ebbene io vi dico: Chiedete e vi sarà dato, cercate e troverete, bussate e vi sarà aperto.
Perché chi chiede ottiene, chi cerca trova, e a chi bussa sarà aperto.
Quale padre tra voi, se il figlio gli chiede un pane, gli darà una pietra? O se gli chiede un pesce, gli darà al posto del pesce una serpe?
O se gli chiede un uovo, gli darà uno scorpione?
Se dunque voi, che siete cattivi, sapete dare cose buone ai vostri figli, quanto più il Padre vostro celeste darà lo Spirito Santo a coloro che glielo chiedono!».
Traduzione liturgica della Bibbia



Corrispondenza nel "Evangelo come mi è stato rivelato" di Maria Valtorta : Volume 3 Capitolo 203 pagina 309.

Gesù esce con i suoi da una casa prossima alle mura e credo sempre nel rione di Bezeta, perché per uscire dalle mura si deve ancora passare davanti alla casa di Giuseppe, che è presso la porta che ho sentito definire “di Erode”. La città è semideserta nella sera placida e lunare. Comprendo che è stata consumata la Pasqua in una delle case di Lazzaro, che però non è per nulla la casa del Cenacolo. Questa è proprio agli antipodi di quella. Una a nord, l’altra a sud di Gerusalemme.
Sulla porta di casa Gesù si accomiata, col suo garbo gentile, da Giovanni di Endor, che Egli lascia a custodia delle donne e che ringrazia per questa custodia. Bacia Marjziam, che è venuto anche lui sulla porta, e poi si avvia fuori della porta detta di Erode.

“Dove andiamo, Signore?”.
“Venite con Me. Vi porto a coronare con una perla rara e desiderata la Pasqua. Per questo ho voluto stare con voi soli. I miei apostoli! Grazie, amici, del vostro grande amore per Me. Se poteste vedere come esso mi consola, voi restereste stupiti. Vedete, Io procedo fra continui attriti e delusioni. Delusioni per voi. Per Me, persuadetevene, non ho nessuna delusione, non essendomi concesso il dono di ignorare… Anche per questo vi consiglio a lasciarvi guidare da Me. Se Io permetto questo o quello, non ostacolatelo. Se Io non intervengo a porre fine ad una cosa, non pensatevi di farlo voi. Ogni cosa a suo tempo. Abbiate fiducia in Me, su tutto”.
Sono all’angolo nord-est della cerchia delle mura; lo girano e costeggiano il monte Moria fino al punto in cui, per un ponticello, possono valicare il Cedron.
“Andiamo al Getsemani?”, chiede Giacomo d’Alfeo.
“No. Più su. Sul monte degli Ulivi”.
“Oh! sarà bello!”, dice Giovanni.
“Sarebbe piaciuto anche al bambino”, mormora Pietro.
“Oh! ci verrà molte altre volte! Era stanco. Ed è bambino. Io voglio darvi una grande cosa, perché ormai è giusto che voi l’ab-biate”.
203.2
2Salgono fra gli ulivi, lasciando alla loro destra il Getsemani e elevandosi ancora, su per il monte, sino a raggiungerne la cresta su cui gli ulivi fanno un pettine frusciante.
Gesù si ferma e dice: “Sostiamo… Miei cari, cari tanto, discepoli miei e miei continuatori in futuro, venite a Me vicino.

Un giorno, e non uno solo, voi mi avete detto: “Insegnaci a pregare come Tu preghi. Insegnaci come Giovanni lo insegnò ai suoi, acciò noi discepoli si possa pregare con le stesse parole del Maestro”. Ed Io vi ho sempre risposto: “Vi farò questo quando vedrò in voi un minimo di preparazione sufficiente, acciò la preghiera non sia formula vana di parole umane, ma vera conversazione col Padre”. A questo siamo giunti. Voi siete possessori di quanto basta per poter conoscere le parole degne di essere dette a Dio. E ve le voglio insegnare questa sera, nella pace e nell’amore che è fra noi, nella pace e nell’amore di Dio e con Dio, perché noi abbiamo ubbidito al precetto pasquale, da veri israeliti, e al comando divino sulla carità verso Dio e verso 
203.3
il prossimo. 3Uno fra voi ha molto sofferto in questi giorni. Sofferto per un atto immeritato, e sofferto per lo sforzo fatto su se stesso per contenere lo sdegno che quell’atto aveva eccitato. Sì, Simone di Giona, vieni qui. Non c’è stato un fremito del tuo cuore onesto che mi sia stato ignoto, e non c’è stata pena che Io non abbia condivisa con te. Io e i tuoi compagni…”.
“Ma Tu, Signore, sei stato ben più offeso di me! E questa era per me una sofferenza più… più grande, no, più sensibile… neppure… più… più… Ecco: che Giuda abbia avuto schifo di partecipare alla mia festa mi ha fatto male come uomo. Ma di vedere che Tu eri addolorato e offeso mi ha fatto male in un altro modo e ne ho sofferto il doppio… Io… non mi voglio vantare e fare bello usando le tue parole… Ma devo dire, e se faccio superbia dimmelo Tu, devo dire che ho sofferto con la mia anima… e fa più male”.
“Non è superbia, Simone. Hai sofferto spiritualmente perché Simone di Giona, pescatore di Galilea, si sta mutando in Pietro di Gesù, Maestro dello spirito, per cui anche i suoi discepoli divengono attivi e sapienti nello spirito. È per questo tuo progredire nella vita dello spirito, è per questo vostro progredire che Io vi voglio questa sera insegnare l’orazione. Quanto siete mutati dalla sosta solitaria in poi!”.

“Tutti, Signore?”, chiede Bartolomeo un poco incredulo.
“Comprendo ciò che vuoi dire… Ma Io parlo a voi undici. Non ad altri…”.
“Ma che ha Giuda di Simone, Maestro? Noi non lo comprendiamo più… Pareva tanto cambiato, e ora, da quando abbiamo lasciato il lago…”, dice desolato Andrea.
“Taci, fratello. La chiave del mistero ce l’ho io! Ci si è attaccato un pezzettino di Belzebù. È andato a cercarlo nella caverna di Endor per stupire e… e è stato servito! Il Maestro lo ha detto quel giorno… A Gamala i diavoli sono entrati nei porci. A Endor i diavoli, usciti da quel disgraziato di Giovanni, sono entrati in lui… Si capisce che… si capisce… Lasciamelo dire, Maestro! Tanto è qui, in gola, e se non lo dico non esce, e mi ci avveleno…”.
“Simone, sii buono!”.
“Sì, Maestro… e ti assicuro che non farò sgarbi a lui. Ma dico e penso che essendo Giuda un vizioso — tutti lo abbiamo capito — è un poco affine al porco… e si capisce che i demoni scelgono volentieri i porci per i loro… cambi di dimora. Ecco, l’ho detto”.
“Tu dici che è così?”, chiede Giacomo di Zebedeo.
“E che vuoi che altro sia? Non c’è stata nessuna ragione per diventare così intrattabile. Peggio che all’Acqua Speciosa! E là potevo pensare che era il luogo e la stagione che lo innervosivano. Ma ora…”.
203.4
4“C’è un’altra ragione, Simone…”.
“Dilla, Maestro. Sono contento di ricredermi sul compa-gno”.
“Giuda è geloso. È inquieto per gelosia”.
“Geloso? Di chi? Non ha moglie e, anche l’avesse e fosse con le donne, io credo che nessuno di noi userebbe spregio al condiscepolo…”.
“È geloso di Me. Considera: Giuda si è alterato dopo Endor e dopo Esdrelon. Ossia quando ha visto che Io mi sono occupato di Giovanni e di Jabé. Ma ora che Giovanni, soprattutto Giovanni, verrà allontanato passando da Me a Isacco, vedrai che torna allegro e buono”.
“E… bene! Non mi vorrai però dire che non è preso da un demonietto. E soprattutto… No, lo dico! E soprattutto non mi vorrai dire che si è migliorato in questi mesi. Ero geloso anche io l’anno scorso… Non avrei voluto nessuno più di noi sei, i primi sei, lo ricordi? Ora, ora… lasciami invocare Dio una volta tanto a testimonio del mio pensiero. Ora dico che sono felice più aumentano i discepoli intorno a Te. Oh! vorrei avere tutti gli uomini e portarli a Te e tutti i mezzi per poter sovvenire chi ne ha bisogno, perché la miseria non sia a nessuno di ostacolo per venire a Te. Dio vede se dico il vero. Ma perché sono così ora? Perché mi sono lasciato cambiare da Te. Lui… non è cambiato. Anzi… Va’ là, Maestro… Un demonietto lo ha preso…”.
“Non lo dire. Non lo pensare. Prega perché guarisca. La gelosia è una malattia…”.
“Che al tuo fianco guarisce se uno lo vuole. Ah! lo sopporterò, per Te… Ma che fatica!…”.
“Ti ho dato il premio per essa: il bambino. E ora ti insegno a pregare…”.
“Oh! sì, fratello. Parliamo di questo… e il mio omonimo sia ricordato solo come uno che ha bisogno di questo. Mi pare che ha già il suo castigo. Non è con noi in quest’ora!”, dice Giuda Taddeo.
203.5
5“Udite. Quando pregate dite così: “Padre nostro che sei nei Cieli, sia santificato il Nome tuo, venga il Regno tuo in Terra come lo è in Cielo, e in Terra come in Cielo sia fatta la Volontà tua. Dàcci oggi il nostro pane quotidiano, rimetti a noi i nostri debiti come noi li rimettiamo ai nostri debitori, non ci indurre in tentazione, ma liberaci dal Maligno””.
Gesù si è alzato per dire la preghiera e tutti lo hanno imitato, attenti, commossi.
“Non occorre altro, amici miei. In queste parole è chiuso come in un cerchio d’oro tutto quanto abbisogna all’uomo per lo spirito e per la carne e il sangue. Con questo chiedete ciò che è utile a quello e a questi. E se farete ciò che chiedete, acquisterete la vita eterna. È una preghiera tanto perfetta che i marosi delle eresie e il corso dei secoli non l’intaccheranno. Il cristianesimo sarà spezzettato dal morso di Satana e molte parti della mia carne mistica verranno staccate, separate, facenti cellule a sé, nel vano desiderio di crearsi a corpo perfetto come sarà il Corpo mistico del Cristo, ossia quello dato da tutti i fedeli uniti nella Chiesa apostolica che sarà, finché sarà la Terra, l’unica vera Chiesa. Ma queste particelle separate, prive perciò dei doni che Io lascerò alla Chiesa Madre per nutrire i miei figli, si chiameranno però sempre cristiane, avendo culto al Cristo, e sempre si ricorderanno, nel loro errore, di essere venute dal Cristo. Ebbene, esse pure pregheranno con questa universale preghiera. Ricordatevela bene. Meditatela continuamente. Applicatela alle vostre azioni. Non occorre altro per santificarsi. Se uno fosse solo, in un posto di pagani, senza chiese, senza libri, avrebbe già tutto lo scibile da meditare in questa preghiera e una chiesa aperta nel suo cuore per questa preghiera. Avrebbe una regola e una santificazione sicura.
203.6
6“Padre nostro”.
Io lo chiamo: “Padre”. Padre è del Verbo, Padre è dell’Incarnato. Così voglio lo chiamiate voi, perché voi siete uni con Me se voi in Me permanete. Un tempo era che l’uomo doveva gettarsi volto a terra per sospirare, fra i tremori dello spavento: “Dio!”. Chi non crede in Me e nella mia parola ancora è in questo tremore paralizzante… Osservate nel Tempio. Non Dio, ma anche il ricordo di Dio è celato dietro triplice velo agli occhi dei fedeli. Separazioni di distanze, separazioni di velami, tutto è stato preso e applicato per dire a chi prega: “Tu sei fango. Egli è Luce. Tu sei abbietto. Egli è Santo. Tu sei schiavo. Egli è Re”. Ma ora!… Alzatevi! Accostatevi! Io sono il Sacerdote eterno. Io posso prendervi per mano e dire: “Venite”. Io posso afferrare le tende del velario e aprirle, spalancando l’inaccessibile luogo chiuso fino ad ora. Chiuso? Perché? Chiuso per la Colpa, sì. Ma ancor più serrato dall’avvilito pensiero degli uomini. Perché chiuso, se Dio è Amore, se Dio è Padre? Io posso, Io devo, Io voglio portarvi non nella polvere, ma nell’azzurro; non lontani, ma vicini; non in veste di schiavi, ma di figli sul cuore di Dio.
“Padre! Padre!”, dite. E non stancatevi di dire questa parola. Non sapete che ogni volta che la dite il Cielo sfavilla per la gioia di Dio? Non diceste che questa, e con vero amore, fareste già orazione gradita al Signore. “Padre! Padre mio!”, dicono i piccoli al padre loro. È la parola che dicono per prima: “Madre, padre”. Voi siete i pargoli di Dio. Io vi ho generati dal vecchio uomo che eravate e che Io ho distrutto col mio amore per far nascere l’uomo nuovo, il cristiano. Chiamate dunque con la parola che per prima conoscono i pargoli, il Padre Ss. che è nei Cieli.
203.7
7Sia santificato il tuo Nome”.
Oh! Nome più di ogni altro santo e soave, Nome che il terrore del colpevole vi ha insegnato a velare sotto un altro. No, non più Adonai, non più. È Dio. È il Dio che in un eccesso di amore ha creato l’Umanità. L’Umanità, d’ora in poi, con le labbra mondate dal lavacro che Io preparo, lo chiami col suo Nome, riservandosi di comprendere con pienezza di sapienza il vero significato di questo Incomprensibile quando, fusa con Esso, l’Umanità, nei suoi figli migliori, sarà assurta al Regno che Io sono venuto a stabilire.
203.8
8“Venga il Regno tuo in Terra come in Cielo”.
Desideratelo con tutte le vostre forze questo avvento. Sarebbe la gioia sulla Terra se esso venisse. Il Regno di Dio nei cuori, nelle famiglie, fra i cittadini, fra le nazioni. Soffrite, faticate, sacrificatevi per questo Regno. Sia la Terra uno specchio che riflette nei singoli la vita dei Cieli. Verrà. Un giorno tutto questo verrà. Secoli e secoli di lacrime e sangue, di errori, di persecuzioni, di caligine rotta da sprazzi di luce irraggianti dal Faro mistico della mia Chiesa — che, se barca è, e non verrà sommersa, è anche scogliera incrollabile ad ogni maroso, e alta terrà la Luce, la mia Luce, la Luce di Dio — precederanno il momento in cui la Terra possederà il Regno di Dio. E sarà allora come il fiammeggiare intenso di un astro che, raggiunto il perfetto del suo esistere, si disgrega, fiore smisurato dei giardini eterei, per esalare in un rutilante palpito la sua esistenza e il suo amore ai piedi del suo Creatore. Ma venire verrà. E poi sarà il Regno perfetto, beato, eterno del Cielo.
9“E in Terra come in Cielo sia fatta la tua Volontà”.
203.9
L’annullamento della volontà propria in quella di un altro si può fare solamente quando si è raggiunto il perfetto amore verso quella creatura. L’annullamento della volontà propria in quella di Dio si può fare solo quando si è raggiunto il possesso delle teologali virtù in forma eroica. In Cielo, dove tutto è senza difetti, si fa la volontà di Dio. Sappiate, voi, figli del Cielo, fare ciò che in Cielo si fa.
203.10
10“Dacci il nostro pane quotidiano”.
Quando sarete nel Cielo vi nutrirete soltanto di Dio. La beatitudine sarà il vostro cibo. Ma qui ancora abbisognate di pane. E siete i pargoli di Dio. Giusto dunque dire: “Padre, dac-ci il -pane”.
Avete timore di non essere ascoltati? Oh, no! Considerate. Se uno di voi ha un amico e, accorgendosi di essere privo di pane per sfamare un altro amico o un parente, giunto da lui sulla fine della seconda vigilia, va ad esso dicendo: “Amico, prestami tre pani perché m’è venuto un ospite e non ho che dargli da mangiare”, può mai sentirsi rispondere dal di dentro della casa: “Non mi dare noia perché ho già chiuso l’uscio e assicurati i battenti e i miei figli dormono già al mio fianco. Non posso alzarmi e darti quanto vuoi”? No. Se egli si è rivolto ad un vero amico e se insiste, avrà ciò che chiede. L’avrebbe anche se colui a cui si è rivolto fosse un amico poco buono. Lo avrebbe per la sua insistenza, perché il richiesto di tal favore, pur di non essere più importunato, si affretterà a dargliene quanti ne vuole. Ma voi, pregando il Padre, non vi rivolgete ad un amico della Terra, ma vi rivolgete all’Amico perfetto che è il Padre del Cielo. Perciò Io vi dico: “Chiedete e vi sarà dato, cercate e troverete, picchiate e vi sarà aperto”. Infatti a chi chiede viene dato, chi cerca finisce col trovare, e a chi bussa si apre la porta.
Chi fra i figli degli uomini si vede porre in mano un sasso se chiede al proprio padre un pane? E chi si vede dare un serpente al posto di un pesce arrostito? Delinquente sarebbe quel padre se così facesse alla propria prole. Già l’ho detto e lo ripeto per persuadervi a sensi di bontà e di fiducia. Come dunque uno di sana mente non darebbe uno scorpione al posto di un uovo, con quale maggiore bontà non vi darà Dio ciò che chiedete! Poiché Egli è buono, mentre voi, più o meno, malvagi siete. Chiedete dunque con amore umile e figliale il vostro pane al Padre.
203.11
11“Rimetti a noi i nostri debiti come noi li rimettiamo ai nostri debitori”.
Vi sono i debiti materiali e quelli spirituali. Vi sono anche i debiti morali. È debito materiale la moneta o la merce che avuta in prestito va restituita. È debito morale la stima carpita e non resa e l’amore voluto e non dato. È debito spirituale l’ubbidienza a Dio dal quale molto si esigerebbe salvo dare ben poco, e l’amore verso di Lui. Egli ci ama e va amato, così come va amata una madre, una moglie, un figlio da cui si esigono tante cose. L’egoista vuole avere e non dà. Ma l’egoista è agli antipodi del Cielo. Abbiamo debiti con tutti. Da Dio al parente, da questo all’amico, dall’amico al prossimo, dal prossimo al servo e allo schiavo, essendo tutti esseri come noi. Guai a chi non perdona! Non sarà perdonato. Dio non può, per giustizia, condonare il debito dell’uomo a Lui Ss. se l’uomo non perdona al suo simile.

203.12
12“Non ci indurre in tentazione, ma liberaci dal Maligno”.
L’uomo che non ha sentito il bisogno di spartire con noi la cena di Pasqua mi ha chiesto, or è men di un anno: “Come? Tu hai chiesto di non essere tentato e di essere aiutato, nella tentazione, contro la stessa?”. Eravamo noi due soli… e ho risposto. Eravamo poi in quattro, in una solitaria plaga, ed ho risposto ancora. Ma non è ancora servito, perché in uno spirito tetragono occorre fare breccia demolendo la mala fortezza della sua caparbietà. E perciò lo dirò ancora una, dieci, cento volte, fino a che tutto sarà compiuto.
Ma voi, non corazzati di infelici dottrine e di ancora più infelici passioni, vogliate pregare così. Pregate con umiltà perché Dio impedisca le tentazioni. Oh! l’umiltà! Conoscersi per quello che si è! Senza avvilirsi, ma conoscersi. Dire: “Potrei cedere anche se non mi sembra poterlo fare, perché io sono un giudice imperfetto di me stesso. Perciò, Padre mio, dàmmi, possibilmente, libertà dalle tentazioni col tenermi tanto vicino a Te da non permettere al Maligno di nuocermi”. Perché, ricordatelo, non è Dio che tenta al Male, ma è il Male che tenta. Pregate il Padre perché sorregga la vostra debolezza al punto che essa non possa essere indotta in tentazione dal Maligno.

203.13
13Ho detto, miei diletti. Questa è la mia seconda Pasqua fra voi. Lo scorso anno spezzammo soltanto il pane e l’agnello. Quest’anno vi dono la preghiera. Altri doni avrò per le altre mie Pasque fra voi, acciò, quando Io sarò andato dove il Padre vuole, voi abbiate un ricordo di Me, Agnello, in ogni festa del-l’agnello mosaico. Alzatevi e andiamo. Rientreremo in città all’aurora. Anzi, domani tu, Simone, e tu, fratello mio (indica Giuda), andrete a prendere le donne e il bambino. Tu, Simone di Giona, e voi altri, starete con Me finché costoro tornano. Poi andremo insieme a Betania”.
E scendono fino al Getsemani nella cui casa entrano per il riposo.


Estratto di "l'Evangelo come mi è stato rivelato" di Maria Valtorta ©Centro Editoriale Valtortiano http://www.mariavaltorta.com/


Ss. GIOACCHINO e ANNA

Ss. GIOACCHINO e ANNA

26 luglio

SANTI GIOACCHINO ED ANNA 

PREGHIERA A SAN GIOACCHINO
O Grande e glorioso  San Gioacchino, quanto sono felice pensando che fosti eletto fra tutti i Santi a cooperare ai divini misteri e ad arricchire il mondo della Madre di Dio, Maria Santissima! Per questo singolare privilegio divenisti potentissimo presso la Madre ed il Figlio, per ottenerci le grazie necessarie.
Con tale fiducia ricorro alla tua protezione e ti raccomando le necessità mie e della mia famiglia, spirituali e temporali; ti raccomando inoltre la grazia particolare che desidero e che attendo dalla tua paterna intercessione... (esprimerla) E poiché fosti modello perfetto di vita interiore, ottienimi il raccoglimento e il distacco da tutti i beni passeggeri di questa terra e un amore vivo e perseverante a Gesù e Maria.
Ti prego di implorare per me all'Eterno Padre devozione e obbedienza sincera alla Santa Chiesa e al sommo Pontefice che la governa e ti prego di chiedere al Signore che io possa vivere e morire nella fede, speranza e carità perfetta, invocando i nomi santissimi di Gesù e di Maria, e salvarmi. Amen. 
Gloria al Padre..
San Gioacchino, felice padre della Madre di Dio, prega per noi.

                                 PREGHIERA A SANT'ANNA
O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per quell'invitta pazienza con cui tollerasti la tua penosa sterilità, ottieni a noi pure una costante rassegnazione in tutti i travagli di questa vita.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per la fervorosa e incessante preghiera con cui chiedevi a Dio di essere consolata con la fecondità, ottienici un vero spirito di preghiera per accrescere nel nostro cuore sante virtù.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per la rigorosa mortificazione che unisti alle tue preghiere per essere più facilmente esaudita da Dio, fa' che anche noi accompagniamo il fervore dell'orazione con lo spirito della mortificazione per renderci meritevoli delle grazie celesti.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per la dolce violenza che facesti al Cuore di Dio con le tue grandi elemosine ed opere di carità, ottienici dal Signore una carità simile alla tua affinché Egli abbia di noi misericordia.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per per la santa fiducia con cui speravi la realizzazione dei tuoi desideri, ottienici una fiducia fermissima, con cui ci assicuriamo i favori dal Cielo.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per la grande riconoscenza che dimostrasti a Dio quando ti accorgesti di divenire madre per sua grazia, fa' che siamo sempre grati e riconoscenti a Dio per i continui favori che riceviamo da Lui e ci rendiamo degni di riceverne ancora.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per quel puro e santo amore che concepisti verso Maria quando diventasti sua fortunatissima madre, ottienici di amare sempre questa tua Figlia così santa e nostra Madre così cara, per meritarci la sua protezione.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per il grande sacrificio di offrire la tua Bambina fin dai più teneri anni al divino servizio del tempio, ottienici di poter con santo coraggio sacrificare a Dio qualunque cosa Egli voglia chiederci per obbedire alla sua santa Volontà e per ottenere le sue benedizioni.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

O gloriosa madre di Maria, Sant'Anna, per quella santità fervorosa con cui servisti Dio in tutti i giorni della sua vita, degnati di pregare il Signore di farci vivere da giusti e santi sino alla fine dei nostri giorni.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

PREGHIERA A SANT'ANNA
Anna, donna veramente beata, dal frutto del tuo seno abbiamo la gioia di contemplare la Madre di Dio fatto uomo.Madre Anna, quale mente non si sente smarrita pensando all'onore ed al privilegio che Dio altissimo ti ha riservato scegliendoti quale madre di Maria.Madre Anna, ti mantenevi piccola e nascosta, raccolta in una umile casetta e nel segreto del tempio, unita al tuo sposo Gioacchino e attendevi con trepidazione le compiacenze del Padre Celeste che chinandosi su di te ti disponeva ad essere la nonna di Gesù.Madre Anna, donna veramente beata, a te affidiamo le nostre preghiere, i nostri bisogni, le nostre ansie, dividili con noi e presentale al tuo nipotino Gesù.Stingici a te, portaci in braccio come facevi con Maria e non lasciarci fino a quando non ti raggiungeremo nella Patria Beata.
Gloria al Padre..
Sant'Anna, madre della Madre di Dio, prega per noi.

PREGHIERA A SANT'ANNA

O benedetta fra le madri, gloriosa sant'Anna che aveste
per figliola a voi soggetta ed obbediente la Madre di Dio,
ammiro l'altezza di vostra elezione e le grazie di cui vi adornò l'Altissimo!

Mi unisco a Maria Santissima sempre Vergine
nell'onorarvi, nell'amarvi, nell'affidarmi alla vostra tutela.
A Gesù, a Maria ed a voi consacro tutta la mia vita come un 
umile tributo della mia deozione; voi ottenetemi che passi
per me santa e degna del Paradiso. Così sia.


Pieno il cuore della più sincera venerazione,
io mi prostro innanzi a voi, o gloriosa sant'Anna.
Voi siete quella creatura privilegiata e prediletta che per le vostre
straordinarie virtù e santità meritaste da Dio la somma grazia
di dar vita alla Tesoriera di tutte le grazie, alla Benedetta fra le donne,
alla Madre del Verbo Incarnato, la Santissima Vergine Maria.
Deh! alla considerazione di così eccelso favore, degnatevi, o pietosissima Santa,
di ricevermi nel numero dei vostri veri devoti, quale io mi protesto e
voglio essere per tutta la vita.
Cirdondatemi del vostro efficace patrocinio e impetratemi da Dio
l'imitazione di quelle virtù, delle quali voi foste così largamente adorna.
Fatemi conoscere, piangere amaramente i miei peccati!
Ottenetemi un amore vivissimo a Gesù ed a Maria,
una pratica fedele e costante dei doveri del mio stato.
Salvatemi da ogni pericolo in vita e assistetemi nel punto della morte,
affinchè salvo giunga in paradiso a lodare con Voi, Madre felicissima,
il Verbo di Dio fattosi uomo nel seno della purissima vostra Figlia,
la Vergine Maria. Così sia.
Tre Pater, Ave, Gloria
AVE MARIA!

SAN GIACOMO IL MAGGIORE, APOSTOLO


25 LUGLIO
SAN GIACOMO IL MAGGIORE, APOSTOLO

Un intimo amico del Signore.
San Giacomo è uno dei dodici Apostoli. È detto il "Maggiore" per distinguerlo da Giacomo il cugino di Gesù. Figlio di Zebedeo, era fratello di Giovanni l'evangelista. È noto che il Signore soprannominò i due fratelli "i figli del tuono", a motivo del loro temperamento ardente e senza dubbio anche perché un giorno essi gli avevano chiesto di far cadere il fuoco dal cielo su una città inospitale.
San Giacomo apparteneva a una famiglia di pescatori del lago di Tiberiade, che possedeva barche e servi. I vangeli raccontano in particolare la sua vocazione. Zebedeo, i figli e i servi stavano riparando le reti sulla riva, quando il Signore che passava in quei pressi chiamò a sé i due fratelli. All'istante essi abbandonarono tutto per seguirlo lasciando le reti, la barca e lo stesso padre. Questa grande generosità non si smentirà mai, e Gesù avrà per Giacomo e Giovanni lo stesso affetto privilegiato che aveva per Pietro. Saranno così i tre intimi confidenti dei suoi pensieri, gli unici che assisteranno alla risurrezione della figlia di Giairo, alla Trasfigurazione e all'agonia nell'orto degli Olivi.
Dopo la Pentecoste, san Giacomo il Maggiore predicò il vangelo nella Giudea e nella Samaria. Ma il suo apostolato fu di breve durata, e mentre il fratello Giovanni doveva essere l'ultimo degli Apostoli a lasciare questo mondo, egli fu il primo a versare il proprio sangue per il Signore. Erode Agrippa I lo fece decapitare. Clemente Alessandrino riferisce che la sua costanza e la sua carità convertirono lo stesso carnefice, il quale implorò il suo perdono mentre veniva trascinato al supplizio. Commosso, san Giacomo lo abbracciò dicendogli: "La pace sia con te"! E il carnefice morì decapitato anch'egli, e martire di Cristo.

La morte preziosa.
Non abbiamo a credere che questa morte, sopraggiunta prima dell'anno 44, abbia potuto sconcertare il piano dell'Altissimo sull'apostolato al quale era destinato san Giacomo. La vita dei santi non è mai incompleta; la loro morte, sempre preziosa (Sal 115,15), lo è ancor più quando per Dio sembra giungere prima del tempo. Allora appunto si può dire veramente che le loro opere li seguono (Ap 14,13), essendo Dio stesso tenuto sulla parola a far sì che nulla manchi alla loro pienezza: "Essi giudicheranno le genti, soggiogheranno i popoli, e il Signore regnerà per essi eternamente", diceva già il Libro della Sapienza (Sap 3,8). L'oracolo doveva realizzarsi per l'Apostolo che fu scelto per essere capo della crociata e protettore d'una grande nazione.

Patrono della Spugna.
Diventato infatti, per disposizione divina, il Patrono e il Protettore della Spagna [1], la sua intercessione invocata con perseveranza otterrà la liberazione dal giogo degli infedeli. È al grido di "San Giacomo! san Giacomo! Spagna, avanti!" che per parecchi secoli i cristiani faranno senza sosta la guerra santa ai musulmani, difenderanno con il loro coraggio e il loro sangue l'intera Europa e finiranno per ricacciare i Mori in Africa. E quando il lavoro della Crociata sarà terminato, è ancora sotto il suo patrocinio che gli Spagnoli, al seguito di Cristoforo Colombo, di Vasco de Gama, di Albuquerque e di altri conquistatori, partiranno verso le terre lontane allora scoperte, per portarvi il nome del Signore, e all'Apostolo faranno omaggio delle innumerevoli conversioni ottenute mediante i loro sforzi e che erano state un tempo raffigurate nelle pesche miracolose del lago di Tiberiade. E Giacomo potrebbe dire come san Paolo: " Non mi ritengo inferiore ai maggiori fra gli Apostoli, poiché, per la grazia di Dio, ho lavorato più di tutti loro" (2Cor 11,5; 12,11; 1Cor 15,10).

Preghiera per la Spagna.
Patrono della Spagna, non dimenticare il grande popolo che ti fu debitore insieme della sua nobiltà in cielo e della sua prosperità in questo mondo. Conserva in essa l'anima ardente di crociato; che abbia sempre a rallegrarsi di essere governata da uomini di Stato veramente cattolici, e rimanga uno dei più saldi bastioni della vera fede, uno dei più intrepidi difensori della Santa Sede e della Chiesa.

Attrattiva di san Giacomo.
Ma nello stesso tempo ricordati, o Apostolo, del culto speciale di cui ti onora tutta la Chiesa. Che cosa sono diventati i secoli in cui, per quanto grande si manifestasse la tua forza di espansione al di fuori, essa era sorpassata dal meraviglioso potere di attrarre tutto a te, che ti aveva comunicato il Signore (Gv 12,32)? Chi dunque, se non Colui che enumera gli astri del firmamento (Sal 146,4), potrebbe mai enumerare i santi, i penitenti, i re, i guerrieri, gli sconosciuti di ogni ceto, moltitudine infinita e rinnovantesi senza posa, che gravitò intorno al tuo santuario come sotto l'impero di quelle immutabili leggi che regolano al di sopra di noi i movimenti dei cieli; esercito senza posa in marcia verso quel campo della stella donde si irradiava il tuo potere sul mondo? E non era forse questo il senso della misteriosa visione concessa, nelle nostre antiche leggende, al grande imperatore dal quale veniva fondata l'Europa Cristiana, quando al termine d'una giornata di fatiche, dalle rive del mare di Frigia, contemplava la lunga fascia stellata che, dividendo il cielo, sembrava passare fra la Gallia, la Germania e l'Italia, per raggiungere di lì, attraverso la Guascogna, il paese Basco e la Navarra, le terre della lontana Galizia? Si narra che tu stesso sia apparso allora a Carlo e gli abbia detto: "Quella via di stelle segna la strada che si offre a te per liberare la mia tomba, e che seguiranno dopo di te tutti i popoli" [2]. E Carlo Magno, oltrepassando i monti, diede per la cristianità il segnale di quell'avanzata sulle terre saracene che si chiamò Crociata.
Le due tombe.
Ma quando consideriamo che due tombe furono, ai due punti estremi, i poli voluti da Dio di quel moto assolutamente impareggiabile nella storia dei popoli: - una, quella in cui Dio stesso si addormentò nella morte, e l'altra, o figlio di Zebedeo, quella che conserva la tua memoria a Compostella; - come non esclamare, con lo stupore del Salmista: I tuoi amici sono onorati fino al sommo, o Dio! (Sal 138,17)? Possa l'impulso dell'alto, di cui il ritorno ai grandi pellegrinaggi cattolici è uno dei segni più felici dei nostri tempi, riportare anche verso Compostella i figli dei tuoi pellegrini di un giorno! Per parte nostra almeno, insieme con san Luigi che mormorava ancora con le labbra vicine a chiudersi per sempre di fronte a Tunisi la Colletta della tua festa, ripeteremo per finire: "Sii, o Signore, per il tuo popolo, santificatore e custode; e che esso, fortificato dall'aiuto del tuo Apostolo Giacomo, possa piacerti nei suoi costumi e ti serva con cuore tranquillo".


[1] Esiste in Spagna, a proposito dell'apostolo san Giacomo, una duplice tradizione: quella del suo viaggio in questo paese, e un'altra relativa alla sua tomba venerata a Compostella dal secolo IX. Mons. Duchesne ha mostrato (Annales du Midi, vol. XII, p. 145-180; Anal. Bol. XIX, p. 353) che questa tradizione non ha alcun valore storico.
L'apostolato spagnolo di san Giacomo non appare, verso la fine del secolo VII, che in una versione latina del catalogo degli apostoli, opera di origine bizantina. La letteratura della Spagna non contiene alcuna allusione ad un fatto di così grande importanza per la storia di quel paese, e san Giuliano di Toledo che ha conosciuto il Breviarium Apostolorum rigetta risolutamente la sua affermazione per quanto riguarda il viaggio di san Giacomo in Spagna.
È all'anno 830, data della scoperta d'una tomba antica sul territorio di Amaea, che risale la credenza del Galizi riguardo alla tomba di san Giacomo, si credette di essere davanti ai resti dell'Apostolo.
Il culto popolare si impadronì di quel dato e la venerazione di cui la tomba era oggetto fin dall'860 non è mai cessata. Quanto alla traslazione nel 1139 del resti di san Giacomo in Galizia, tale tradizione non è sostenuta da documenti molto antichi. Non rimane comunque men vero che fin dal secolo X, gli stranieri cominciano a frequentare il santuario; nel secolo XII, non si possono più contare sulle strade che conducono a Compostella e la tomba di san Giacomo diventa uno dei luoghi di pellegrinaggio più celebri della cristianità. L'apostolo, un tempo rappresentato con il Vangelo in mano, sarà d'ora in poi raffigurato come un pellegrino, con la bisaccia decorata di un galletto e con un bastone in mano.
[2] Pesudo-Turpin, De Vita Car. Magni et Rolandi.

da: dom Prosper Guéranger, L'anno liturgico. - II. Tempo Pasquale e dopo la Pentecoste, trad. it. L. Roberti, P. Graziani e P. Suffia, Alba, 1959, p. 892-895