La S. MISA según los santos
El
santo cura de Ars, San Juan María Vianney:
“Si
conociéramos el valor de la Santa Misa nos moriríamos de alegría”.
"Sí supiéramos el valor
del Santo Sacrificio de la S. Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por
asistir a ella".
"Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña
al alma cuando va a Misa".
"La S. Misa es la
devoción de los Santos".
San Anselmo: “Una sola Misa ofrecida y oída en
vida con devoción, por el bien propio, puede valer más que mil misas celebradas
por la misma intención, después de la muerte.”
Santo Tomás de Aquino: "La
celebración de la Santa Misa tiene tanto valor como la muerte de Jesús en la
Cruz".
El Serafico Padre San
Francisco de Asís: "El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo
entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el
altar en las manos del sacerdote".
Santa Teresa de Jesús: "Sin
la Santa Misa, ¿que sería de nosotros? Todos aquí abajo pereceríamos ya
que únicamente eso puede detener el brazo de Dios. Sin ella, ciertamente que la
Iglesia no duraría y el mundo estaría perdido sin remedio".
En cierta ocasión, Santa
Teresa se sentía inundada de la bondad de Dios. Entonces le hizo esta pregunta
a Nuestro Señor: <<Señor mío, “¿Cómo Os podré agradecer?”>>
Nuestro Señor le contestó: “ASISTID A UNA SANTA MISA”.
San Alfonso María de Ligorio: "El mismo
Dios no puede hacer una acción más sagrada y más grande que la celebración de
una Santa Misa".San Pío de Pieltrecina: "Sería
más fácil que el mundo sobreviviera sin el sol, que sin la Santa Misa".
“La S. Misa es infinita como
Jesús... pregúntenle a un Angel lo que es la Misa, y El les contestará, en
verdad yo entiendo lo que es y por qué se ofrece, mas sin embargo, no puedo
entender cuánto valor tiene. Un Angel, mil Angeles, todo el Cielo, saben esto y
piensan así".
San Lorenzo Just.: "Nunca lengua humana
puede enumerar los favores que se correlacionan al Sacrificio de la Santa Misa.
El pecador se reconcilia con Dios; el hombre justo se hace aún más recto; los
pecados son borrados; los vicios eliminados; la virtud y el mérito crecen, y
las estratagemas del demonio son frustradas”.
San Leonardo de Port Maurice: "Oh
gente engañada, qué están haciendo? Por qué no se apresuran a las Iglesias a oír
tantas Misas como puedan? Por qué no imitan a los ángeles, quienes cuando se
celebra una Misa, bajan en escuadrones o batallόnes desde el Paraíso y se
estacionan alrededor de nuestros altares en adoración, para interceder por
nosotros?".
"Yo creo que sí no
existiera la Misa, el mundo ya se hubiera hundido en el abismo, por el peso de
su iniquidad. La Misa es el soporte poderoso que lo sostiene ".
“Una Misa antes de la muerte
puede ser más provechosa que muchas después de ella…”
San Felipe Neri: "Con oraciones pedimos
gracia a Dios; en la Santa Misa comprometemos a Dios a que nos las conceda
".
San Pedro Julián Eymard: "Sepan, oh
Cristianos, que la Santa Misa es el acto de religión más sagrado. No pueden
hacer otra cosa para glorificar más a Dios, ni para mayor provecho de su alma,
que asistir a la Santa Misa devotamente, y tan a menudo como sea posible
"
San Bernardo: "Uno obtiene más mérito asistiendo a una
Santa Misa con devoción, que repartiendo todo lo suyo a los pobres y viajando
por todo el mundo en peregrinación ".
San Francisco Javier Bianchi: "Cuando
oigan que yo no puedo ya celebrar la Santa Misa, cuéntenme como muerto".
San
Buenaventura: "La Santa Misa es una obra de Dios en la que
presenta a nuestra vista todo el amor que nos tiene; en cierto modo es la
síntesis, la suma de todos los beneficios con que nos ha favorecido".
"Hay en la Santa Misa tantos misterios como gotas
de agua en el mar, como átomos de polvo en el aire y como ángeles en el cielo;
no sé si jamás ha salido de la mano del Altísimo misterio más profundo."
San Gregorio el Grande: "El sacrificio
del altar será a nuestro favor verdaderamente aceptable como nuestro sacrificio
a Dios, cuando nos presentamos como víctimas".
Cuando Santa Margarita
María Alacoque asistía a la Santa Misa, al voltear hacia el altar, nunca
dejaba de mirar al Crucifijo y las velas encendidas. Por qué? Lo hacía para
imprimir en su mente y su corazón, dos cosas: El Crucifijo le recordaba lo que
Jesús había hecho por ella; las velas encendidas le recordaban lo que ella
debía hacer por Jesús, es decir, sacrificarse consumirse por El y por las
almas.
San Andrés Avellino: "No
podemos separar la Sagrada Eucaristía de la Pasión de Jesús".
Nos cum prole pia
benedicat Virgo Maria!
benedicat Virgo Maria!
Imprimatur
Torino12/XII/1981
Sac. Valentino Scarasso, Vicario Generale.
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AVE MARIA!