LA SANTA MISA QUE ME AGRADA,
UN EXORCISMO CONTRA SATANAS
18-6-2016
Gracias, mi buen Jesús, por Tu Presencia Eucarística; gracias por haberte quedado con nosotras y hacer de
mi casa una casita de Nazaret.
Te vas y no te vas, porque te quedas conmigo, te llevo en la custodia de mi pobre
corazón lleno de amor por Ti.
Bendito sea el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob. Bendita sea la Santí0isma Trinidad por
tantas bendiciones. Amen.
Tres Personas distintas en un solo Dios, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el
Dios de Jacob, el Dios de los justos, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Me custodiáis en vuestro corazón y Me lleváis a donde quiera que vas, y Yo os
conduzco, para que -en Mí y por Mí- sigáis llamando a las almas a la conversión y vuelvan
a Mí, su Único Dios, porque fuera de Mí no hay otros dioses ni hay salvación.
Todos aquellos que están extraviados y lejos del camino de la Salvación, Mi Luz
resplandecerá en Ti, Mi profeta, para que sigáis anunciando y denunciando, dando
Testimonio de la Verdad. Jesús de Galilea pasará, tocará, sanará, expulsando tiniebla y
obscuridad, a Mi Paso.
El ritual de la Santa Misa, dado a mi Sacerdote Ungido, Juan de Dios, es un
verdadero exorcismo contra Satanás, por ser el Santo Sacrificio del Altar, y por la misma
liturgia que lo compone; ahí está el tuétano en cada palabra, en cada oración, la esencia
que retiraron en el Concilio Vaticano II.
Este exorcismo os protegerá de todo mal, ahuyentará a los demonios y a todo
enemigo de la Cruz. En estas Misas, llevadas espiritualmente, muchas almas son
salvadas, muchas se convierten, porque vosotros os hacéis intercesores de esas almas.
Esta es una barrera que detiene la maldad de Satanás contra vosotros; y vosotros,
en estas Misas de Mi agrado, combatís la batalla espiritualmente contra Satanás, como
os lo dije antes, pues una sola de estas Misas valen siete veces más que una de las misas
sacrílegas y profanas que llevan a cabo muchos de Mis sacerdotes, pues muchos de ellos
han perdido la Fe, la pureza, todo amor verdadero por Mí, su Maestro, celebrando el
Santo Sacrificio de la Misa.
Sois Mi Verdadera Iglesia, ese pequeño Resto Fiel, esas llamas de Amor Divino
encendidas para encandilar al enemigo y dejarlo ciego. No abandonéis, mis pequeñas
almas adoradoras, almas consoladoras. Bendigo vuestro esfuerzo, vuestra obediencia y
humildad para Conmigo.
El Cielo está con vosotros, que sois el Ejército de María Santísima. Los Santos
combaten a vuestro lado y os ayudan. San Miguel, con toda la hueste de ángeles, os
asisten; y todo el cielo se regocija en cada Celebración Eucarística que cada uno de
vosotros, Mis elegidos, celebráis en soledad.
Pronto os enviaré sacerdotes y os daré el gran regalo de recibir Mi Santo Cuerpo
y Mi Sangre Redentora de manera Sacramental, en las especies consagradas
debidamente del pan y el vino, Mi Santo Cuerpo y Mi Preciosas Sangre; y en donde no
habrá sacerdotes santos que supieron permanecer fieles y firmes a la verdad, los
mismos ángeles os traerán y os darán LA SANTA COMUNIÓN, EL PAN DE VIDA
ETERNA.
Cultivad vuestra Fe; recordad cuántos fueron curados y salvados por su Fe. La Fe
es la Roca, permanezcan en Mí y Yo permaneceré en cada uno de vosotros.
Os Bendigo, Mi pequeño Resto Fiel.
JESÚS DE GALILEA.