La devastación del planeta por la geoingeniería
Estamos asistiendo al mayor desastre ecológico, moral y espiritual de todos los tiempos. A la perfección del pecado del hombre y de Lucifer consistente en la destrucción del hombre y del planeta tierra, y ¿cómo hemos llegado a esto? Por la rebeldía del hombre que no obedece a Dios y se empeña en seguir sus caminos, los cuales le conducen a su autodestrucción, inspirado -lo acepte o no- por el espíritu del mal, que es Lucifer.
La geoingeniería no es más que la máxima expresión de ese afan de dominar la tierra y sus habitantes de forma extrema al capricho humano, una locura que utiliza los avances tecnológicos como un juguete para satisfacer la mente de unos pocos, bajo la sumisión de la mayoría.
Es lo que se merece esta humanidad que ha permitido que se legalice el aborto, la homosexualidad, la eutanasia, el latrocinio gubernamental y empresarial, la injusticia social y tantas cosas inicuas que se permiten hoy en día, y todo el mundo acaba aceptando cómo algo ya normal.
Por eso, nos merecemos que nos rocíen con metales tóxicos todos los días, que nos nieguen la lluvia con la que regar las cosechas que ya están en manos de unos pocos, que nos intoxiquen de manera crónica, y que nos acostumbremos a morir con alzheimer, fibrosis pulmonar, parkinson, esclerosis múltiple y tantas enfermedades que son propias de esta civilación agonizante y enferma no sólo física sino espiritualmente.
Y para finalizar, una vez bien aderezados los cielos de metales pesados cómo el Aluminio, Estroncio, Bario y demás metales aparte de polímeros e incluso nanochips, pues ya nos frien directamente, como al pollo en el microondas, con High Frequency Active Auroral Research Program o HAARP —en español, Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia el cúal ya está disponible en prácticamente todos los paises, pues hay que decir que estás tecnologías son relativamente baratas y por eso las utilizan indiscrinadamente.
La capa de ozono está practicamente al límite, la cual hasta ahora nos protegía de la radiación cósmica y ultravioleta, eso está desencadenando un daño irreparable en todo el planeta y el ecosistema, y ese daño de esta capa de ozono ha sido llevado a cabo, sobre todo, por la geoingeniería con el uso del haarp y las estelas químicas, aparte de la contaminación generada por la industria.
Los responsables de todo esto ya sabemos quienes son: los que dominan los gobiernos y los ejercitos en colaboración con ellos, o sea familia Rotchild y compañía, movidos directamente por la mente de Lucifer el cual busca destruir al hombre y su habitat la tierra.
Y ¿qué hace el hombre?. Unos directamente no hacen nada y se dejan llevar por el oficialismo aborregante, otros más “espabilados” se dan cuenta de lo que está pasando, pero no aceptan a Jesús y se van detrás de todo tipo de espiritualidades de la que está plagado el internet con lo que demuestran su soberbia y necedad, y unos pocos, muy pocos vuelven su mirada al Dios viviente que vino a reinar en los corazones de los hombres que lo buscan y lo esperan, y que por encima de todo, y pase lo que pase, confían en él, y saben por la fe, que al final todo será restablecido en la divina justicia.