8-9-2018
AVE MARIA GRATIA PLENA, bendita Tú entre todas las mujeres, Reina de cielos y tierra,
Divina en el Padre Creador El Hijo Redentor y El espíritu Santo Santificador.
Ave María purísima sin pecado concebida, ave María purísima sin pecado concebida, ave María purísima sin pecado concebida.
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Divino es el Padre en Mí, como lo es el Hijo y el Espíritu Santo, tres Personas Divinas en una sola, así mismo Yo soy Divina en la Trinidad.
Mis pequeñitos hijos: os digo pequeñitos porque lo sois como niños en docilidad ante esta vuestra Madre, pequeñitos para poder entrar al Reino de los Cielos y pequeñitos entre los grandes y poderosos de este mundo, mas grande es vuestro
espíritu ante los ojos de Dios y en Mi Corazón Inmaculado.
A vosotros, Mis pequeños niños, dirijo estas palabras para que sean guía en vuestro caminar en estos tiempos tan peligrosos y difíciles para la salvación de las almas.
Sois como esa primicia en esta tierra ante el Trono Divino, primicia que será
recompensada en dones y bendiciones ya desde el aviso de Mi Hijo, que está por
darse para todo hombre sin distinción de raza o nación.
Si estáis puros en vuestros corazones, como os lo ha pedido el Cielo, grandes
regalos recibiréis en la iluminación de conciencia, a fin de que seáis lumbreras en este
tiempo de desgracias para vuestros hermanos, que aún estarán ese día en la
obscuridad y sin arrepentimiento ni conversión verdadera.
No os inquietéis de a donde debéis ir o en qué refugio debéis estar, de eso Mi
Padre del Cielo y la Misericordia de Mi Hijo, y luz y guía del Espíritu Santo, se
encargarán en daros instrucciones en su debido tiempo.
El primer refugio seguro, y el más importante, es el de Mi Sagrado e Inmaculado
Corazón y la Cruz gloriosa y victoriosa de Mi Hijo muy amado. Ahí es el primer refugio
para vuestras almas y para el inicio de la gran tribulación. Ahí, dentro de este tierno y
puro corazón de Madre Inmaculada, recibiréis un sello; el sello de ser primicia, de ser el
rebaño y Resto fiel y auténtico que huyó conmigo al desierto.
Así, seguido y llegado el tiempo del aviso del cielo, seréis tomados en el
Espíritu para sellar definitivamente, por vuestra fidelidad y valentía, el sello de cada
una de las distintas misiones que os encomienda el cielo para esta guerra espiritual, y
combatir y derrotar al Falso Profeta y al Anticristo, que pronto estarán unidos en contra
del Resto fiel de Mi Hijo, que es la Iglesia remanente, la Única y Verdadera Iglesia, que
contiene en vuestras almas el depósito de la Fe y la verdad absoluta para poder llevar
a cabo esta cruel batalla final.
Después de un tiempo vendrá el momento de huir a los refugios de seguridad y
escondidos, ya que están cubiertos con mi Bendito Manto y sellados con la Preciosa
Sangre de Mi Hijo, a fin de quedar ocultos y protegidos estos refugios y pequeñas
comunidades.
Sólo quedarán en pie aquellos lugares y refugios que cumplieron la Voluntad del
Altísimo y se construyeron sin mancha de pecado, de avaricia, de robo, de faltas de
amor y caridad al prójimo, porque muchos lugares no son ya de la Voluntad Divina de
Mi Hijo, sino que pasaron ya a ser guaridas de demonios y refugios para Satanás y sus
obras.
Esta Madre, amorosa y compasiva con las primicias y Resto fiel de Mi Hijo, os
protégete en todo momento y no sé os hará ningún mal que no sea Voluntad de Mi Hijo
y para salvación del alma.
Os digo, Mis pequeñitos, que sois tan sólo un pequeñito número de almas, las
que por su amor, fidelidad y valentía recibirán este sello que contiene en si toda la
Gracia Divina y la asistencia de San Miguel San Gabriel y San Rafael, también
custodiados por San José y los Santos; Iglesia Triunfante, Iglesia purgante que también
estarán al servicio de Dios en esta purificación.
Seréis primicias y luz para el Resto fiel que se formará con la gracia del aviso,
para añadirse a un Resto fiel ya activo como almas consagradas, orantes y guerreros
de Mi Armada.
Confíen en las revelaciones de Mis verdaderos profetas y sacerdotes que ya
claman el cisma y la apostasía abiertamente, porque bien os había, por esta alma,
dicho Mi Hijo en Revelación Divina que en este tiempo sería como en aquel tiempo con
los Apóstoles y Mi Hijo: de doce, uno solo al pie de la Cruz, todos alejados y temerosos
entre la multitud, otros fieles y conocedores de la verdad, pero, como Pedro, lo negaron
tres veces antes de abrazar la Cruz y mostrar valentía, y muchos Judas, ya que lo han
traicionado como perros mudos callados ante los Pilatos de estos tiempos.
Cuánto llora el Cielo por estas almas sacerdotales que eran la esperanza de Mi
Hijo y de esta Madre de la Iglesia.
Son responsables de tantas almas que quedarán confundidas y nunca se
levantarán, pues al igual que ellos permanecerán con esos pastores en el error y la
obscuridad.
Mucho os amo, mis pequeñitos niños, y os cuido como a los niños de Mis Ojos.
Os consagro, en este día, a la Trinidad Sacrosanta.
Os Doy Mi Bendición: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo os bendiga
hoy y siempre en esta Madre Elegida del Cielo desde la eternidad.
María Inmaculada.
----Madre santísima gracias por Tu Bendición, gracias por tu amor y conservarnos dentro de Tu
Inmaculado corazón ahí nos purificaras para ser las primicias de Dios Altísimo y perseverar
hasta el fin. Bendita sea Tu pureza y eternamente lo sea. Amén. Amén. Amén.