venerdì 3 maggio 2013

MARIA VALTORTA - Jesùs dice: "Pongo mi confianza en Dios, y a El os confío, amados amigos". Domingo VI de Pascua: 5 de mayo 2013 - C: San Juan 14, 23 - 29.






"¿Por qué, Señor, te manifiestas a nosotros y no al mundo?" pregunta Judas Tadeo.
"Porque me amáis y observáis mis palabras. Quien hiciere así, mi Padre lo amará. Vendremos a donde él, haremos en él nuestra mansión. El que no me ama, no guarda mis palabras, y obra según la carne y el mundo. Ahora bien, tened en cuenta que lo que os he dicho no son palabras de Jesús de Nazaret, sino palabras del Padre, porque Yo soy su Verbo, que me ha enviado. Os he dicho estas cosas, conversando de este modo con vosotros, porque quiero prepararos para la posesión completa de la Verdad y de la Sabiduría. Pero todavía no podéis ni comprender, ni recordar. Cuando venga a vosotros el Consolador, el Espíritu Santo que el Padre mandará en mi nombre, entonces comprenderéis y El os enseñará todo y os traerá a la memoria, cuanto os he dicho.
Os dejo mi paz. Os doy mi paz. Os la doy no como la da el mundo, ni siquiera como hasta ahora la he dado: que es un bendito saludo del Bendito a los benditos. La paz que os doy es más profunda. Os comunico Mí mismo en este adiós a vosotros, os comunico mi Espíritu de paz, como os he entregado mi Cuerpo y mi Sangre, para que en vosotros exista una gran fuerza en la batalla que se acerca. Satanás y el mundo declaran la guerra contra vuestro Jesús. Es su hora. Conservad en vosotros la Paz, mi Espíritu que es espíritu de paz, porque Yo soy el Rey de la Paz. Tenedla para que no os encontréis muy abandonados. Quien sufre teniendo la paz de Dios en sí, sufre, pero no blasfema, ni se desespera.
No lloréis. También habéis oído que os he dicho: "Me voy donde el Padre y luego regresaré". Si me amaseis más allá de lo que veis en Mí, os alegraríais inmensamente, porque voy donde el Padre después de un largo destierro... Voy a donde está el que es mayor que Yo, y que me ama. Os lo digo ahora, antes de que se realice, así como os he contado los sufrimientos del Redentor antes de que salga a su encuentro, para que cuando todo se cumpla creáis más en Mí. ¡No os conturbéis de este modo! No perdáis los ánimos. Vuestro corazón tiene necesidad de control... Poco me queda para que pueda hablaros...¡y tantas cosas quisiera deciros! Llegado al término de mi evangelización me parece que no he dicho nada, y que queda mucho, mucho por hacerse.Vuestra actitud aumenta en Mí esta sensación. ¿Qué podré decir, pues? ¿Que no he cumplido con mi oficio? O ¿que sois tan duros de corazón que no logré nada con vosotros? ¿Dudaré? No. Pongo mi confianza en Dios, y a El os confío, amados amigos. El completará la obra de su Verbo. No soy como un padre que está por morir y a quien no le queda otra luz más que la humana. Yo tengo mi esperanza en Dios. Y, aunque veo que tendría que daros tantos consejos de los que tenéis necesidad, y aunque observo que pasa el tiempo, sin embargo, tranquilo me dirijo a mi destino. Sé que está por bajar una lluvia sobre las semillas arrojadas en vosotros, que hará que germinen todas; luego vendrá el sol del Paráclito y se convertirán en un poderoso árbol. El príncipe de este mundo está por venir,aquel con quien no tengo nada que ver. No podría nada sobre Mí, si no fuese por la razón de querer redimiros.Esto sucede porque quiero que el mundo conozca que amo al Padre, y lo amo hasta obedecerlo en la muerte, y de este modo cumplo con lo que me ha mandado.

OÍD LAS ÚLTIMAS PALABRAS. 
PARÁBOLA: YO SOY LA VID VERDADERA. 
EL PADRE ES EL AGRICULTOR. 

Es la hora de irnos. Levantaos. Oíd las últimas palabras. Yo soy la Vid verdadera. El Padre es el agricultor. A todo sarmiento, que no produce fruto, le corta El, y poda al que lo produce para que produzca más. Os habéis ya purificado con mi palabra. Permaneced en Mí, y Yo estaré en vosotros para que lo sigáis estando. El sarmiento que ha sido separado de la vid no puede producir fruto. De igual modo vosotros, si no permaneciereis en Mí. Y soy la Vid y vosotros los sarmientos. El que permanece unido a Mí, produce muchos frutos; pero, si uno se separa, se convierte en rama seca que se arroja al fuego para que se queme. Porque de no estar unidos a Mí, no podéis producir fruto alguno. Permaneced, pues, en Mí y que mis palabras queden en vosotros; y, luego, pedid cuanto queráis que se os dará. Mi Padre será cada vez más glorificado cuanto más produzcáis frutos y seáis mis discípulos.
Como el Padre me ha amado, así también Yo a vosotros. Permaneced en mi amor que salva. Si me amáis seréis obedientes, y la obediencia aumenta el amor recíproco. No digáis que estoy repitiendo lo mismo. Conozco vuestra debilidad. Quiero que os salvéis. Os digo esto para que la alegría que os quise comunicar exista en vosotros, y sea perfecta. ¡Amaos, amaos! Este es mi nuevo mandamiento. Amaos mutuamente más de lo que cada uno se ama a sí mismo. El amor del que da su vida por sus amigos es mayor que cualquier otro. Vosotros sois mis amigos y doy mi vida por vosotros. Haced lo que os he enseñado y mandado. No digo que sois mis siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su dueño, entre tanto que vosotros sabéis lo que hago. Todo lo sabéis respecto a Mí. No sólo me he manifestado a vosotros, sino también al Padre, al Paráclito; y manifesté todo lo que oí de Dios. No sois vosotros los que os elegisteis; Yo fui quien os eligió y lo hizo para que vayáis entre los pueblos y produzcáis frutos en vosotros y en los corazones de los evangelizados, vuestro fruto permanezca, y el Padre os conceda lo que pidiereis en mi Nombre.
No digáis: "Si Tú nos has escogido, ¿por qué escogiste a un traidor? Si todo lo sabes, ¿por qué lo hiciste?" No preguntéis ni siquiera quién sea este tal. No es un hombre. Es Satanás. Lo dije a mi fiel amigo y permití que lo dijese. Es Satanás. Si Satanás, el eterno comediante, no se hubiere encarnado en un cuerpo mortal, este hombre poseído no habría podido escapar a mi poder. He dicho "poseído". No. Es algo mucho más: es un entregado a Satanás."
"¿Por qué Tú, que has arrojado los demonios, no lo libraste de él?" pregunta Santiago de Alfeo.
"¿Me lo preguntas, porque amándome, tienes miedo de ser tú? No temas."
"Entonces ¿yo?"
"¿Yo?"
"¿Yo?"
"Callaos. No diré su nombre. Tengo misericordia; tenedla también vosotros."
"Pero, ¿por qué no lo venciste? ¿No pudiste?"
"Podía, pero si hubiera impedido a Satanás que se encarnara para matarme, habría debido exterminar la raza humana antes de su redención. ¿Qué habría entonces redimido?"

PEDRO DICE: ¿SOY YO? 
"NO SIMÓN DE JONÁS. NO ERES TÚ."

"Dímelo, Señor, dímelo." Pedro se ha echado de rodillas y sacude frenéticamente a Jesús como si estuviese bajo el influjo de un delirio. "¿Soy yo? ¿Soy yo? ¿Me examino? No me parece. Pero Tú... Tú me dijiste que te negaré... Yo tiemblo de miedo...¡Oh, que horror que sea yo!..."
"No Simón de Jonás. No eres tú."
"¿Por qué me llamas por mi nombre y no me dices "Piedra"? ¿He vuelto acaso a ser Simón? ¿Lo ves? Lo estáis diciendo... ¡Soy yo! Pero ¿cómo ha sido posible? Decidlo... decidlo vosotros... ¿Cuándo fue el momento en que pude haberme convertido en traidor?... ¡Simón!...¡Juan!...¡Hablad!..."
"¡Pedro, Pedro, Pedro! Te he llamado Simón porque me he acordado de la primera vez que te vi, cuando eras Simón. Y pienso que has sido siempre leal desde aquel primer momento. No eres tú. Te lo aseguro Yo que soy la Verdad."
"Entonces, ¿quién?"
"¡Quién otro sino Judas de Keriot! ¿No lo has comprendido?" grita Tadeo que no logra contenerse más.
"¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué? " grita a su vez Pedro.
"Silencio. Es Satanás. No tiene otro nombre. ¿A dónde vas, Pedro?"
"A buscarlo."
"Deja inmediatamente tu manto y esa espada. ¿O quieres que te arroje de Mí y te maldiga?"
"¡No, no! ¡Oh, Señor mío! Pero yo... pero yo... ¿Deliro acaso? ¡Oh, oh!" Pedro echado por tierra llora a los pies de Jesús.
"Os ordeno que os améis, que perdonéis. ¿Habéis comprendido? Si en el mundo existe el odio, en vosotros debe existir solo el amor. Un amor para todos. ¡Cuántos traidores encontraréis por vuestro camino! Pero no deberéis odiarlos, y devolverles mal por mal. De otro modo el Padre os odiará. Antes que vosotros he sido objeto de odio y se me ha traicionado. Y sin embargo, lo estáis viendo, no odio. El mundo no puede amar lo que no es como él. Por esto no os amará. Si fueseis suyos os amaría, pero no lo sois, porque os tomé de en medio de él, y éste es el motivo por el cual os odia.
Os he dicho: el siervo no es más que el patrón. Si me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si me hubieran escuchado, os escucharían también a vosotros. Pero todo lo harán por causa de mi Nombre, porque no conocen, porque no quieren conocer a quien me ha enviado. Si no hubiera Yo venido y no les hubiese hablado, no serían culpables; pero ahora su pecado no tiene excusa. Han visto mis obras, oído mis palabras; con todo, me han odiado, y además a mi Padre, porque Yo y el Padre somos una sola Unidad con el Amor. Está escrito: "Me odiaron sin motivo alguno". Pero cuando vendrá el Consolador, el Espíritu de verdad que procede del Padre, dará testimonio de Mí, y también vosotros, porque desde le principio habéis estado conmigo.
Esto os lo he dicho para que, cuando llegue la hora, no quedéis acobardados ni escandalizados. Pronto va a llegar el tiempo en que os arrojarán de las sinagogas; y cuando, el que os matare, pensará dar culto a Dios con lo que hace. No han conocido ni al Padre, ni a Mí. Esa es la única razón que puede excusarlos. Antes no os lo había dicho tan claro, porque erais como niños recién nacidos. Ahora vuestra madre os deja. Me voy. Debéis acostumbraros a otra clase de alimento. Quiero que lo conozcáis.
Ninguno me pregunta de nuevo: "¿A dónde vas?" La tristeza os ha vuelto mudos. Y con todo es bueno que me vaya, de otro modo el Consolador no vendrá. Os lo mandaré. Y cuando vendrá, por medio de la sabiduría y de la palabra, de las obras y del heroísmo que os infundirá, convencerá al mundo de su pecado deicida, y de mi verdadera santidad. El mundo se dividirá claramente en dos partes: la de los réprobos, enemigos de Dios, y en la de los creyentes. Estos serán más o menos santos, según su voluntad, pero se juzgará al príncipe del mundo y a sus secuaces. No puedo deciros más, porque por ahora no lo podéis comprender. Pero El, el Paráclito divino, os entregará enteramente la Verdad porque no hablará por Sí mismo, sino que dirá lo que habrá oído de la mente de Dios y os anunciará lo porvenir. Tomará lo que de Mí sale, esto es, lo que todavía es del Padre, y os lo dirá.
Todavía nos podremos ver un poco, después no me veréis más. Y tras un poco, de nuevo me veréis.

PARÁBOLA DE LA MUJER QUE ESTÁ EN CINTA

Dentro de vosotros mismos estáis dialogando. Oíd una parábola. La última que os dice vuestro Maestro.
Cuando una mujer está en cinta y llega la hora del parto, se encuentra en medio de grande aflicción, sufre y llora. Pero, cuando ha nacido el pequeño y lo estrecha contra su corazón, todo dolor desaparece, su tristeza se cambia en alegría porque ha venido al mundo un nuevo ser.
Así también vosotros. Lloraréis, y el mundo se reirá de vosotros. Pero después vuestra tristeza se cambiará en alegría, una alegría que el mundo jamás conocerá. Ahora estáis tristes; pero, cuando me volváis a ver, vuestro corazón se llenará de una alegría tal que nadie podrá arrebatárosla. Una alegría tan completa que no tendréis necesidad de pedir para la mente, el corazón y el cuerpo. Os alimentaréis sólo con verme, olvidándoos de cualquier otra cosa. Pero, por esto mismo, podréis pedir todo en mi Nombre, y el Padre os lo dará para que vuestra alegría sea siempre mayor. Pedid, pedid y recibiréis.
Ya llega la hora en que os podré hablar abiertamente del Padre. Porque permaneceréis fieles en la prueba y todo será superado. Vuestro amor será perfecto porque os habrá ayudado en la prueba. Y lo que os faltare, lo daré al tomarlo de mi inmenso tesoro diciendo: "Padre, mira. Estos me han amado creyendo que he venido de Ti". Bajé al mundo; ahora lo dejo, voy al Padre, y rogaré por vosotros."
"¡Oh, ahora te explicas! Ahora comprendemos lo que quieres decir y entendemos que sabes todo y que respondes sin que nadie te hubiera preguntado. ¡Verdaderamente que has venido de Dios!"
"¿Creéis ahora? ¿En los últimos momentos? ¡Hace tres años que os he venido hablando! Pero ya ha empezado a obrar en vosotros el Pan que es Dios y el Vino que es Sangre, que no ha brotado de algún hombre, y os causa el primer estremecimiento de ser divinos. Llegaréis a ser dioses si perseveráis en mi amor y en ser míos. No como lo dijo Satanás a Adán y a Eva, sino como Yo os lo digo. Es el verdadero fruto del árbol del Bien y de la Vida. Quien se alimenta de él, vence al Mal, y la muerte no tiene poder. Quien coma de él vivirá para siempre y se convertirá en "dios" en el Reino divino. Vosotros seréis dioses si permanecéis en Mí. Y sin embargo... aun cuando tenéis en vosotros este Pan y esta Sangre, pues está llegando la hora en que seréis dispersos. Os iréis por vuestra cuenta y me dejaréis solo... No. No lo estoy. Tengo al Padre conmigo. ¡Padre, Padre, no me abandones! Os he dicho todo... para que tengáis paz... mi paz. Una vez más os veréis atribulados, pero tened confianza, que Yo he vencido al mundo."
Jesús se pone de pie, abre los brazos en forma de cruz y recita al Padre, con un rostro radiante, la sublime plegaria que Juan nos trasmitió íntegra.

Se oyen más o menos los sollozos de todos los apóstoles. Cantan un himno. Jesús los bendice. Luego dice: "Tomemos los mantos, y vámonos. Andrés, di al dueño de la casa que deje todo así, porque es mi voluntad. Mañana... os dará júbilo volver a ver este lugar." Jesús lo mira. Parece como si bendijese las paredes, los muebles, todo. Luego se echa encima el manto y sale, seguido de sus discípulos. A su lado va Juan sobre el que se apoya.
"¿No te despides de tu Madre?" le pregunta el hijo del Zebedeo.
"No. Ya lo hice. Ahora no hagáis ruido."
Simón, con la antorcha que ha encendido, ilumina el ancho corredor que lleva a la puerta. Pedro abre con cuidado el portón, salen todos a la calle. Y, con una especie de llave, cierra por afuera. Se ponen en camino.
XI. 463-491
A.M.D.G. et B.V.M.

Domenica 5 Maggio 2013, VI Domenica di Pasqua - Anno C: Giovanni 14,23-29. Io e il Padre siamo una sola Unità con l’Amore.



"Prendete, prendete quest’opera e ‘non sigillatela’, ma leggetela e fatela leggere"
Gesù (cap 652, volume 10), a proposito del
"Evangelo come mi è stato rivelato"
di Maria Valtorta




Domenica 5 Maggio 2013, 

VI Domenica di Pasqua 

- Anno C

Dal Vangelo di Gesù Cristo secondo Giovanni 14,23-29.

Gli rispose Gesù: «Se uno mi ama, osserverà la mia parola e il Padre mio lo amerà e noi verremo a lui e prenderemo dimora presso di lui.
Chi non mi ama non osserva le mie parole; la parola che voi ascoltate non è mia, ma del Padre che mi ha mandato.
Queste cose vi ho detto quando ero ancora tra voi.
Ma il Consolatore, lo Spirito Santo che il Padre manderà nel mio nome, egli v'insegnerà ogni cosa e vi ricorderà tutto ciò che io vi ho detto.
Vi lascio la pace, vi do la mia pace. Non come la dà il mondo, io la do a voi. Non sia turbato il vostro cuore e non abbia timore.
Avete udito che vi ho detto: Vado e tornerò a voi; se mi amaste, vi rallegrereste che io vado dal Padre, perché il Padre è più grande di me.
Ve l'ho detto adesso, prima che avvenga, perché quando avverrà, voi crediate.

Traduzione liturgica della Bibbia


Corrispondenza nel "Evangelo come mi è stato rivelato" di Maria Valtorta : Volume 9 Capitolo 600 pagina 466.

(...) «Io sono la Via, la Verità, la Vita. Me lo avete sentito dire e spiegare più volte, ed in verità alcuni, che neppure sapevano esservi un Dio, si sono incamminati avanti, per la mia via, e sono già avanti di voi. Oh! dove sei tu, pecora spersa di Dio che Io ho ricondotta all’ovile? E dove tu, risorta d’anima?».
«Chi? Di chi parli? Di Maria di Lazzaro? È di là, con tua Madre. La vuoi? O vuoi Giovanna? Certo è nel suo palazzo. Ma, se vuoi, te l’andiamo a chiamare...».
«No. Non loro... Penso a quella che sarà disvelata solo in Cielo... e a Fotinai... Esse mi hanno trovato. E non hanno più lasciato la mia via. Ad una ho indicato il Padre come Dio vero e lo spirito come levita in questa individuale adorazione. All’altra, che neppur sapeva di avere uno spirito, ho detto: “Il mio nome è Salvatore, salvo chi ha buona volontà di salvarsi. Io sono Colui che cerca i perduti, che dà la Vita, la Verità e la Purezza. Chi mi cerca mi trova”. E ambedue hanno trovato Iddio... Vi benedico, deboli Eve divenute più forti di Giuditta... Vengo, dove voi siete vengo... Voi mi consolate... Siate benedette!...».



26«Mostraci il Padre, Signore, e saremo pari a queste», dice Filippo.
«Da tanto tempo Io sono con voi, e tu, Filippo, non mi hai ancora conosciuto? Chi vede Me vede il Padre mio. Come puoi dunque dire: “Mostraci il Padre”? Non riesci a credere che Io sono nel Padre e il Padre è in Me? Le parole che Io vi dico non le dico da Me. Ma il Padre che dimora in Me compie ogni mia opera. E voi non credete che Io sono nel Padre e Lui è in Me? Che devo dire per farvi credere? Ma se non credete alle parole, credete almeno alle opere.
Io vi dico, e ve lo dico con verità: chi crede in Me farà le opere che Io faccio, e ancor di maggiori ne farà, perché Io vado al Padre. E tutto quanto domanderete al Padre in mio nome Io lo farò, perché il Padre sia glorificato nel suo Figlio. E farò quanto mi domanderete in nome del mio Nome. Il mio Nome è noto, per quello che realmente è, a Me solo, al Padre che mi ha generato e allo Spirito che dal nostro amore procede. E per quel Nome tutto è possibile. Chi pensa al mio Nome con amore mi ama e ottieneMa non basta amare Me, occorre osservare i miei comandamenti per avere il vero amore. Sono le opere quelle che testificano dei sentimenti. E per questo amore Io pregherò il Padre, ed Egli vi darà un altro Consolatore che resti per sempre con voi, Uno su cui Satana e il mondo non può infierire, lo Spirito di Verità che il mondo non può ricevere e non può colpire, perché non lo vede e non lo conosce.
Lo deriderà. Ma Egli è tanto eccelso che lo scherno non lo potrà ferire, mentre, pietosissimo sopra ogni misura, sarà sempre con chi lo ama, anche se povero e debole. Voi lo conoscerete, perché già dimora con voi e presto sarà in voi.



27Io non vi lascerò orfani. Già ve l’ho detto: “Ritornerò a voi”. Ma, prima che sia l’ora di venirvi a prendere per andare nel mio Regno, Io verrò. A voi verrò. Fra poco il mondo non mi vedrà più. Ma voi mi vedete e mi vedrete. Perché Io vivo e voi vivete. Perché Io vivrò e voi pure vivrete. In quel giorno voi conoscerete che Io sono nel Padre mio, e voi in Me ed Io in voi. Perché chi accoglie i miei precetti e li osserva, quello è colui che mi ama, e colui che mi ama sarà amato dal Padre mio e possederà Iddio, perché Dio è carità e chi ama ha in sé Dio. Ed Io lo amerò, perché in lui vedrò Iddio, e mi manifesterò a lui facendomi conoscere nei segreti del mio amore, della mia sapienza, della mia Divinità incarnata. Saranno i miei ritorni fra i figli dell’uomo, che Io amo nonostante siano deboli e anche nemici. Ma costoro saranno solo deboli. Ed Io li fortificherò; dirò loro: “Sorgi!”, dirò: “Vieni fuori!”, dirò: “Seguimi”, dirò: “Odi”, dirò: “Scrivi”... e voi siete fra questi».

«Perché, Signore, Tu ti manifesti a noi e non al mondo?», chiede Giuda Taddeo.


«Perché mi amate e osservate le mie parole. Chi così farà, sarà amato dal Padre e Noi verremo a lui e faremo dimora presso di lui, in lui. Mentre chi non mi ama non osserva le mie parole e fa secondo la carne e il mondo. Ora sappiate che ciò che Io vi ho detto non è parola di Gesù Nazareno ma parola del Padre, perché Io sono il Verbo del Padre che mi ha mandato. Io vi ho detto queste cose parlando così, con voi, perché voglio Io stesso prepararvi al possesso completo della Verità e Sapienza. Ma ancora non potete capire né ricordare. Però, quando verrà a voi il Consolatore, lo Spirito Santo che il Padre manderà in mio Nome, allora voi potrete capire, ed Egli tutto vi insegnerà, e vi ricorderà quanto Io vi ho detto.


28Io vi lascio la mia pace. Io vi do la mia pace. Ve la do non come la dà il mondo. E neppure come fino ad ora ve l’ho data: saluto benedetto del Benedetto ai benedetti. Più profonda è la pace che ora vi do. In questo addio. Io vi comunico Me stesso, il mio Spirito di pace, così come vi ho comunicato il mio Corpo e il mio Sangue, perché in voi resti una forza nella imminente battaglia. Satana e il mondo sferrano guerra al vostro Gesù. È la loro ora. Abbiate in voi la Pace, il mio Spirito che è spirito di pace, perché Io sono il Re della pace. Abbiatela per non essere troppo derelitti. Chi soffre con la pace di Dio in sé soffre, ma non bestemmia e dispera.



Non piangete. Avete pure sentito che ho detto: “Vado al Padre e poi tornerò”. Se mi amaste sopra la carne, vi rallegrereste, perché Io vado dal Padre dopo tanto esilio... Vado da Colui che è maggiore di Me e che mi ama. Io ve l’ho detto ora, prima che ciò si compia, così come vi ho detto tutte le sofferenze del Redentore prima di andare ad esse, affinché, quando tutto si compia, voi crediate sempre più in Me. Non turbatevi così! Non sgomentatevi. Il vostro cuore ha bisogno di equilibrio...


29Poco più ho da parlarvi... e ancora tanto ho da dire! Giunto al termine di questa mia evangelizzazione, mi pare di non avere ancora nulla detto e che tanto, tanto, tanto ancora resti da fare. Il vostro stato aumenta questa mia sensazione. E che dirò allora? Che Io ho mancato al mio ufficio? O che voi siete così duri di cuore che a nulla esso è valso? Dubiterò? No. Mi affido a Dio, e a Lui affido voi, miei diletti. Egli compirà l’opera del suo Verbo. Non sono come un padre che muore e non ha altra luce che l’umana. Io spero in Dio. E pure sentendo in Me urgere tutti i consigli di cui vi vedo bisognosi e sentendo fuggire il tempo, vado tranquillo alla mia sorte. So che sui semi caduti in voi sta per scendere una rugiada che li farà tutti germogliare, e poi verrà il sole del Paraclito, ed essi diverranno albero potente. Sta per venire il principe di questo mondo, colui col quale Io non ho nulla a che fare. E, se non fosse per fine di redenzione, non avrebbe potuto nulla su Me. Ma ciò avviene affinché il mondo conosca che Io amo il Padre e lo amo fino alla ubbidienza di morte, e perciò faccio ciò che mi ha ordinato.


30È l’ora di andare. Alzatevi. E udite le ultime parole.


Io sono la vera Vite. Il Padre ne è il Coltivatore. Ogni tralcio che non porta frutto Egli lo recide e quello che porta frutto lo pota perché ne porti più ancora. Voi siete già purificati per la mia parola. Rimanete in Me ed Io in voi per continuare ad essere tali. Il tralcio staccato dalla vite non può fare frutto. Così voi se non rimanete in Me. Io sono la Vite e voi i tralci. Colui che resta unito a Me porta abbondanti frutti. Ma se uno si stacca diviene ramo secco e viene buttato nel fuoco e là brucia. Perché,
senza l’unione con Me, voi nulla potete fare. Rimanete dunque in Me e le mie parole restino in voi, poi domandate quanto volete e vi sarà fatto. Il Padre mio sarà sempre più glorificato quanto più voi porterete frutto e sarete miei discepoli.

31Come il Padre mi ha amato, così Io con voi. Rimanete nel mio amore che salva. Amandomi sarete ubbidienti, e l’ubbidienza aumenta il reciproco amore. Non dite che Io mi ripeto. So la vostra debolezza. E voglio che vi salviate. Io vi dico queste cose perché la gioia che vi ho voluto dare sia in voi e sia completa.
Amatevi, amatevi! Questo è il mio comandamento nuovo. Amatevi scambievolmente più di quanto ognuno ami se stesso. Non vi è maggior amore di quello di colui che dà la sua vita per i suoi amici. Voi siete i miei amici ed Io do la vita per voi. Fate ciò che Io vi insegno e comando.

Non vi chiamo più servi. Perché il servo non sa ciò che fa il suo padrone, mentre voi sapete ciò che Io faccio. Tutto di Me sapete. Vi ho manifestato non solo Me stesso, ma anche il Padre ed il Paraclito e tutto quanto ho sentito da Dio.


Non siete stati voi che vi siete scelti. Ma Io vi ho scelti e vi ho eletti, perché andiate fra i popoli, e facciate frutto in voi e nei cuori degli evangelizzati, e il vostro frutto rimanga e il Padre vi dia tutto ciò che gli chiederete in mio Nome.


32Non dite: “E allora, se Tu ci hai scelti, perché hai scelto un traditore? Se tutto Tu sai, perché hai fatto questo?”. Non chiedetevi neppure chi è costui. Non è un uomo. È Satana. L’ho detto all’amico fedele e l’ho lasciato dire dal figlio diletto. È Satana. Se Satana non si fosse incarnato, l’eterno scimmiottatore di Dio, in una carne mortale, questo posseduto non avrebbe potuto sfuggire al mio potere di Gesù. Ho detto: “posseduto”. No. È molto di più: è un annullato in Satana».


«Perché, Tu che hai cacciato i demoni, non lo hai liberato?», chiede Giacomo d’Alfeo.

«Lo chiedi per amore di te, temendo essere tu quello? Non lo temere».
«Io, allora?».
«Io?».
«Io?».
«Tacete. Non dico quel nome. Uso misericordia e voi fate ugualmente».
«Ma perché non lo hai vinto? Non potevi?».
«Potevo. Ma, per impedire a Satana di incarnarsi per uccidermi, avrei dovuto sterminare la razza dell’uomo avanti la Redenzione. Che avrei allora redento?».
«Dimmelo, Signore, dimmelo!». Pietro è scivolato in ginocchio e scuote freneticamente Gesù come fosse in preda a delirio. «Sono io? Sono io? Mi esamino? Non mi pare. Ma Tu... Tu hai detto che ti rinnegherò... Ed io tremo... Oh! che orrore essere io!…».
«No, Simone di Giona. Non tu».
«Perché mi hai levato il mio nome di “Pietra”? Sono dunque tornato Simone? Lo vedi? Tu lo dici!... Sono io! Ma come ho potuto? Ditelo... ditelo voi... Quando è che ho potuto divenire traditore?… Simone?… Giovanni?… Ma parlate!…».

«Pietro, Pietro, Pietro! Ti chiamo Simone perché penso al primo incontro, quando eri Simone. E penso come sei sempre stato leale dal primo momento. Non sei tu. Lo dico Io: Verità».


«Chi, allora?».

«Ma è Giuda di Keriot! Non lo hai ancora capito?», urla il Taddeo che non riesce più a contenersi.
«Perché non me lo hai detto prima? Perché?», urla anche Pietro.

«Silenzio. È Satana. Non ha altro nome. Dove vai, Pietro?».

«A cercarlo» .
«Posa subito quel mantello e quell’arma. O ti devo scacciare e maledire?».
«No, no! Oh! Signor mio! Ma io... ma io... Sono forse malato di delirio, io? Oh! Oh!». Pietro piange, gettato per terra ai piedi di Gesù.


33«Io vi do comando di amarvi. E di perdonare. Avete capito? Se anche nel mondo è l’odio, in voi sia solo l’amore. Per tutti. Quanti traditori troverete sulla vostra via! Ma non li dovete odiare e rendere loro male per male. Altrimenti il Padre odierà voi. Prima di voi fui odiato e tradito Io. Eppure, voi lo vedete, Io non odio. Il mondo non può amare ciò che non è come esso. Perciò non vi amerà. Se foste suoi, vi amerebbe; ma non siete del mondo, avendovi Io presi da mezzo al mondo. E per questo siete odiati.

Vi ho detto: il servo non è da più del padrone. Se hanno perseguitato Me, perseguiteranno voi pure. Se avranno ascoltato Me, ascolteranno pure voi. Ma tutto faranno per causa del mio Nome, perché non conoscono, non vogliono conoscere Colui che mi ha mandato. Se non fossi venuto e non avessi parlato, non sarebbero colpevoli. Ma ora il loro peccato è senza scusa. Hanno visto le mie opere, udito le mie parole, eppure mi hanno odiato, e con Me il Padre. Perché Io e il Padre siamo una sola Unità con l’Amore. Ma era scritto: “Mi odiasti senza ragione”. Però, quando sarà venuto il Consolatore, lo Spirito di verità che dal Padre procede, sarà da Lui resa testimonianza di Me, e voi pure mi testimonierete, perché dal principio foste con Me.


Questo vi dico perché, quando sarà l’ora, non rimaniate accasciati e scandalizzati. Sta per venire il tempo in cui vi cacceranno dalle sinagoghe e in cui chi vi ucciderà penserà di fare culto a Dio con ciò. Non hanno conosciuto né il Padre né Me. In ciò è la loro scusante. Non ve le ho dette così ampie prima di ora, queste cose, perché eravate come bambini pur mo’ nati. Ma ora la madre vi lascia. Io vado. Dovete assuefarvi ad altro cibo. Voglio lo conosciate.


34Nessuno più mi chiede: “Dove vai?”. La tristezza vi fa muti. Eppure è bene anche per voi che Io me ne vada. Altrimenti non verrà il Consolatore. Io ve lo manderò. E quando sarà venuto, attraverso la sapienza e la parola, le opere e l’eroismo che infonderà in voi, convincerà il mondo del suo peccato deicida e di giustizia sulla mia santità. E il mondo sarà nettamente diviso nei reprobi, nemici di Dio, e nei credenti. Questi saranno più o meno santi, a seconda del loro volere. Ma il giudizio del principe del mondo e dei suoi servi sarà fatto. Di più non posso dirvi, perché ancora non potete intendere. Ma Egli, il divino Paraclito, vi darà la Verità intera, perché non parlerà di Se stesso. Ma dirà tutto quello che avrà udito dalla Mente di Dio e vi annunzierà il futuro. Prenderà ciò che da Me viene, ossia ciò che ancora è del Padre, e ve lo dirà.

Ancora un poco da vedersi. Poi non mi vedrete più. E poi ancora un poco, e poi mi vedrete.

35Voi mormorate fra voi ed in cuor vostro. Udite una parabola. L’ultima del vostro Maestro.
Quando una donna ha concepito e giunge all’ora del parto, è in grande afflizione perché soffre e geme. Ma quando il piccolo figlio è dato alla luce ed ella lo stringe sul cuore, ogni pena cessa e la tristezza si muta in gioia, perché un uomo è venuto al mondo.
Così voi. Voi piangerete e il mondo riderà di voi. Ma poi la vostra tristezza si muterà in gioia. Una gioia che il mondo mai conoscerà. Voi ora siete tristi. Ma, quando mi rivedrete, il vostro cuore diverrà pieno di un gaudio che nessuno avrà più potere di rapirvi. Una gioia così piena che vi offuscherà ogni bisogno di chiedere e per la mente e per il cuore e per la carne. Solo vi pascerete di rivedermi, dimenticando ogni altra cosa. Ma proprio da allora potrete tutto chiedere in mio Nome, e vi sarà dato dal Padre perché abbiate sempre più gioia. Domandate, domandate. E riceverete.


Viene l’ora in cui potrò parlarvi apertamente del Padre. Sarà perché sarete stati fedeli nella prova e tutto sarà superato. Perfetto quindi il vostro amore, perché vi avrà dato forza nella prova. E quanto a voi mancherà Io ve lo aggiungerò prendendolo dal mio immenso tesoro e dicendo: “Padre, lo vedi. Essi mi hanno amato credendo che Io venni da Te”. Sceso nel mondo, ora lo lascio e vado al Padre, e pregherò per voi».

36«Oh! ora Tu ti spieghi. Ora sappiamo ciò che vuoi dire e che Tu sai tutto e rispondi senza che nessuno ti interroghi. Veramente Tu vieni da Dio!».


«Adesso credete? All’ultima ora? È tre anni che vi parlo! Ma già in voi opera il Pane che è Dio e il Vino che è Sangue non venuto da uomo, e vi dà il primo brivido di deificazione. Voi diverrete dèi se sarete perseveranti nel mio amore e nel mio possesso. Non come lo disse Satana ad Adamo ed Eva, ma come Io ve lo dico. È il vero frutto dell’albero del Bene e della Vita. Il Male è vinto in chi se ne pasce, ed è morta la Morte. Chi ne mangia vivrà in eterno e diverrà “dio” nel Regno di Dio. Voi sarete dèi se permarrete in Me. Eppure ecco... pur avendo in voi questo Pane e questo Sangue, poiché sta venendo l’ora in cui sarete dispersi, voi ve ne andrete per vostro conto e mi lascerete solo... Ma non sono solo. Ho il Padre con Me. Padre, Padre! Non mi abbandonare! Tutto vi ho detto... Per darvi pace. La mia pace. Ancora sarete oppressi. Ma abbiate fede. Io ho vinto il mondo».


37Gesù si alza, apre le braccia in croce e dice con volto luminoso la sublime preghiera al Padre. Giovanni la riporta integralmente.

Gli apostoli lacrimano più o meno palesemente e rumorosamente. Per ultimo cantano un inno.
38Gesù li benedice. Poi ordina: «Mettiamoci i mantelli, ora. E andiamo. Andrea, di’ al capo di casa di lasciare tutto così, per mio volere. Domani... vi farà piacere rivedere questo luogo». Gesù lo guarda. Pare benedire le pareti, i mobili, tutto. Poi si ammantella e si avvia, seguito dai discepoli.
Al suo fianco è Giovanni, al quale si appoggia. «Non saluti la Madre?», gli chiede il figlio di Zebedeo.
«No. È tutto già fatto. Fate, anzi, piano».
Simone, che ha acceso una torcia alla lumiera, illumina l’ampio corridoio che va alla porta. Pietro apre cauto il portone ed escono tutti nella via e poi, facendo giocare un ordigno, chiudono dal di fuori. E si pongono in cammino.
Estratto di "l'Evangelo come mi è stato rivelato" di Maria Valtorta ©Centro Editoriale Valtortiano http://www.mariavaltorta.com/

giovedì 2 maggio 2013

Sant’Atanasio Vesc. Conf. e Dott.





2 Maggio


Sant’Atanasio Vesc. Conf. e Dott.

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthaéum Matth. 10, 23-28

IN ILLO témpore : Dixit Jesus discípulis suis : Cum persequéntur vos in civitáte ista, fúgite in áliam. Amen, dico vobis, non consummábitis civitátes Israël, donec véniat Fílius hóminis. Non est discípulus super magístrum nec servus super dóminum suum. Súfficit discípulo, ut sit sicut magíster ejus : et servo, sicut dóminus ejus. Si patremfamílias Beélzebub vocavérunt; quanto magis domésticos ejus? Ne ergo timuéritis eos. Nihil enim est opértum, quod non revelábitur : et occúltum, quod non sciétur. Quod dico vobis in ténebris, dícite in lúmine : et quod in aure audítis, prædicáte super tecta. Et nolíte timére eos, qui occídunt corpus, ánimam autem non possunt occídere : sed pótius timéte eum, qui potest et ánimam et corpus pérdere in gehénnam.


Dal Vangelo secondo Matteo Matt. 10, 23-28

IN QUEL tempo, disse Gesù ai suoi discepoli: Quando vi perseguiteranno in questa città, fuggite in un’altra. In verità vi dico: non finirete (di evangelizzare) le città d’Israele, prima che venga il Figlio dell’uomo. Il discepolo non è da più del maestro, né il servo da più del padrone. Basti al discepolo essere come il maestro, e al servo come il padrone. Se hanno chiamato Beelzebub il padrone di casa, tanto più i suoi servi. Non li temete dunque. Non c’è nulla di nascosto che non debba essere scoperto; e nulla di segreto che non debba essere conosciuto. Ciò che vi dico all’oscuro, ditelo in pieno giorno, e predicate sui tetti quello che vi è stato detto in un orecchio. E non temete quelli che uccidono il corpo e non possono uccidere l’anima; ma piuttosto non temete chi può mandare nella geenna e l’anima e il corpo.


In Alessandria il natale di sant'Atanasio, Vescovo della stessa città, Confessore e Dottore della Chiesa, chiarissimo per santità e per dottrina; nella persecuzione del quale quasi tutto il mondo avea congiurato. Egli tuttavia, dal tempo di Costantino fino a Valente, difese valorosamente la fede cattolica contro gl'Imperatori, i Presidi ed innumerevoli Vescovi Ariani; dai quali ebbe a soffrire moltissime insidie, e fu costretto ad andar ramingo per tutto il mondo, senza avere alcun luogo sicuro per nascondersi. Finalmente, ritornato alla sua chiesa, ivi, dopo molti combattimenti e molte corone di pazienza, nell'anno quarantesimosesto del suo sacerdozio passò al Signore, al tempo degli Imperatori Valentiniano e Valente.


A.M.D.G. et B.V.M.







Maria, paradiso vivo della Trinità




  • In Maria, paradiso vivo dove la Trinità prende le sue compiacenze, l’amore di Dio prese carne, il Verbo amato dal Padre s’incarnò per essere offerto vittima per la salute del mondo. E Sacerdotessa regale e purissima fu la Vergine ardente della carità più pura e forte che creatura nata d’uomo mai ebbe. Essa lo accettò e l’offerse per tutti gli uomini. Rm. 12.2.48
  • Da Te, o Maria, o Vergine per un capovolgimento dei fattori fu tratto l'Uomo, il Cristo, senza che fecondazione di seme umano fosse necessaria a far fertile il tuo grembo. Tu sola Generante. Da Te sola concepisti e donasti la Luce alla Luce. La Grazia, in Te già piena, in un tripudio d'ardori incontenibili, penetrò il tuo seno, e il Verbo prese Carne per abitare tra gli uomini e dare loro la Vita. Rm.13-2-48
  • Vergine bella, umile, casta, paziente, amorosa, Eva nuova, per volere di Dio Immacolata, per volere suo fedele alla Grazia, Dio decretò:  “Tu non morrai, non può morire Colei che ha dato alla terra la Vita”, ma anzi per aver dato il Frutto del tuo seno, per averlo dato onde fosse colto, preso, mangiato e spremuto, Pane, Vino, Sangue, Redentore, si apriranno i tuoi occhi e sarai come Dio avendo la conoscenza del Bene e del Male, per amare e insegnare ad amare, mirabile Maestra, il primo, e per combattere con le tue armi il secondo. Rm. 13.2.48


Salve plena gratiae, clara luce divina,
mundi in auxilium Domina festina.

mercoledì 1 maggio 2013

Ella era agnóstica




Entrevista con María de la Divina Misericordia, la vidente del AVISO 

( 11 de octubre del 2011 )

20.08.2012 15:46
La vidente era agnóstica, le costaba tener una vida de fe, pues no estaba acostumbrada a ir a Misa o a confesarse. Era una ambiciosa mujer de negocios que no se había preocupado por la religión.
Al parecer, fue preparada para su gran tarea profética. Visitaba a alguien en el hospital y a continuación fue a la iglesia y se puso a rezar, es verdad que la primera vez después de mucho tiempo. De repente, vio que la Virgen venía desde el altar. Se asustó mucho y no pudo moverse. La Virgen tenía una apariencia de grandeza y majestad. La figura comenzó a llorar. María de la Divina Misericordia no se encontraba sola en la iglesia –otra persona rezaba allí igualmente y tuvo la misma experiencia con la Madre de Dios que la vidente. Súbitamente, salieron distintos personajes de las estatuas allí presentes. Se movían. Esto sucedió durante largo rato. María no podía entender absolutamente nada, estos sucesos eran completamente nuevos para ella, y para nada sabía quiénes eran estas figuras. Estos acontecimientos ocurrieron un año antes de que tuviera lugar el primer mensaje y fueron una preparación para su gran misión por la humanidad.
A principios de noviembre de 2010, fue con un grupo del Rosario a una gruta mariana, en donde se encontraban estatuas de la Virgen y de San José, del fallecido Papa Juan Pablo II, de Santa Faustina, de Bernardette, así como dos estatuas de santos que hasta el momento eran desconocidos para ella y que más adelante resultaron ser San Benito y San Agustín.
Tras estos increíbles sucesos, a María le costó mucho regresar a su trabajo y continuar trabajando en la sencilla realidad.
Ocurrían cosas peculiares: estaba pensando en Jesús en la Cruz y de repente vio la Crucifixión. Temblaba de miedo. La vidente es originaria de Irlanda y es madre de familia y una profesional exitosa, es decir, que su entorno social y familiar le proporciona estabilidad y arraigo.
Cuando el 8 de noviembre de 2010 estaba rezando el rosario, se movieron súbitamente los labios de la Virgen María. Sacó papel y, aunque no oía nada, ni sonaba ninguna voz, su mano fue guiada por el Espíritu Santo, de modo que la Virgen pudo transmitirle el primer mensaje con amor y ternura. Le advirtió que ella sería designada por Dios para asumir una tarea de gran responsabilidad, para toda la humanidad y que, desde ya, recibiría mensajes de Su Divino Hijo Jesucristo así como, de vez en cuando, también de Ella. La animó a permanecer fuerte. Volvió a ver a los mismos santos, que parecían hablar. Se le comunicó que estos santos la ayudarían en la importantísima y gran tarea dada por Dios. La vidente leyó en voz alta el primer mensaje de la Virgen del 8-11-2010 (mensaje número 1). Se le dijo que este mensaje sería transmitido a una sociedad muy enferma, para que pudiera convertirse a Dios.
El 9-11-2010 se despertó repentinamente a las 3 de la madrugada. Le temblaba todo el cuerpo. Vio que la imagen de Jesús que había puesto junto a la cama, cobró vida de repente. Él la miraba, Su cara tomó vida, aunque no podía oír nada. Puso por escrito el primer mensaje de Jesús; nuevamente el Espíritu Santo guiaba su mano. No podía entender absolutamente nada de lo ocurrido. El primer mensaje de Jesús le fue entregado el 9-11-10, y en él Jesús se dirige a todos los hombres, a todas las religiones (mensaje número 2). Temblaba completamente, apenas podía comprender que hubiera sido llamada para una tarea de tal magnitud. Llamó a su mejor amiga, pues pensó que se habría vuelto loca. No entendía nada de lo que le pasaba. Contactó con su sacerdote. De repente, se dio cuenta de que Dios la había llamado para esta grandiosa tarea, aunque había sido casi una agnóstica. Sufrió una completa conversión y, por tanto, puede comprender lo que significa cambiar de vida y emprender un nuevo camino de fe, con todas las consecuencias, lo que también es, en realidad, la petición principal de los mensajes, a saber, mediante el AVISO.
Estos mensajes divinos de la Misericordia están dirigidos a toda la humanidad.
La vidente fue fortalecida espiritualmente e instruida poco a poco a través de su cometido. Llevó a cabo una gran transformación, todo cambió. Antes no tenía ni idea de religión, tampoco había leído nunca una Biblia.
Jesús subrayó que Su Venida es un acto de la misericordia para la humanidad y que Él no viene para juzgar al mundo ahora. Los mensajes se dirigen a todas las religiones del mundo, para que todo hombre tenga la posibilidad de reconocer la verdad y convertirse. Él habló del AVISO, esta venida espiritual de Jesucristo en la misericordia. A la vidente, el AVISO no le decía absolutamente nada. Jesús le dijo que todo esto sucedería por la misericordia y el amor que siente por cada hombre y que Él quiere tocar a toda persona en el mundo. También habló de Garabandal, lugar donde este mensaje sobre el AVISO fue comunicado a las videntes, pero esta era una zona desconocida para ella, pues nunca había oído nada de eso.
Jesús también le mencionó que, al despertarnos la mañana del AVISO, veríamos en el cielo dos estrellas (cometas) que chocarían y, de esta manera, se produciría una explosión que, sin embargo, no dañaría físicamente a la humanidad. Antes del AVISO, aparecería una cruz en todo el firmamento. Para los pecadores endurecidos, el AVISO sería sin embargo muy agobiante, pues experimentarían y soportarían las penas o bien del infierno o bien del purgatorio
A todo hombre se le mostrará durante el AVISO toda su vida –cada uno experimentará y comprenderá lo que ha hecho bien o mal a lo largo de la vida. También se nos mostrará adónde iríamos en caso de que nos muriésemos en ese momento. Esta es, sin embargo, la gran oportunidad de que cada persona pueda reconocer y experimentar la verdad y, con ello, de que tenga la posibilidad de convertirse. Sin AVISO, que es el mayor acto de misericordia desde la Muerte y Resurrección de Jesucristo, la humanidad estaría perdida, pues no se podría encontrar apenas fe.
Estos son mensajes muy importantes que muy pronto se verán cumplidos. La vidente no ha recibido nunca una fecha concreta, sin embargo, Jesús le dijo que el año 2011 sería el año de la purificación (por ejemplo, colapso financiero, alteraciones climáticas, terremotos, tsunamis, etc.)
Toda persona de más de 7 años de edad experimentará el AVISO.
Jesús también mencionó los dos pecados más graves (ella habló del mensaje que acaba de recibir para el pueblo americano):
1. Aborto
2. Abusos deshonestos e inmoralidad
Jesús le mostró visiones en las cuales Él estaba muy triste y en las que también lloraba por los pecados mencionados, que se cometen sobre todo en los Estados Unidos.
La vidente mencionó que ella misma también vivió en muchos campos el sufrimiento de Jesús. Su director espiritual le explicó que ella era, evidentemente, un alma expiatoria. Fue con el sacerdote a la iglesia y consagró su vida a Jesucristo. De aquí en adelante sufre con Él por la conversión de la humanidad. Jesús nos pide fervientemente que recemos mucho por el perdón y la misericordia, para que los hombres se conviertan durante el AVISO o tras él y, por consiguiente, acepten también la verdad para alcanzar el nuevo reino de la paz, el paraíso terrenal.
La vidente también menciona lo intensamente que ha recibido la gracia de la compasión y de la misericordia, para amar a Jesús en la misma medida y también a los hombres. Destaca lo tremendo que es este amor sufriente.
Inmediatamente después del AVISO, sigue el tiempo de la aflicción y del castigo. También subraya que Jesús está muy feliz con las oraciones de los hombres en el mundo, pues millones de personas se están convirtiendo. Por estas oraciones también se atenuará algo la severidad del castigo.
Dios Padre es mencionado frecuentemente en los mensajes. ÉL fue anunciado a la vidente a través del Espíritu Santo; la fuerza fue enorme, temblaba por completo. Pudo ver a Dios Padre como una persona, a pesar de la Trinidad de Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo como Tres Personas en Una.
La pregunta por el aspecto de Jesús y de Dios Padre la responde del siguiente modo: Jesús es delgado, sensible y cariñoso. Tiene pelo ondulado y de color castaño rojizo.
El Padre no tiene pelo blanco –como a menudo se le representa- sino pelo rizado oscuro. Es ligeramente más robusto de talla que Jesús. Tiene aspecto muy bondadoso y a la vez majestuoso.
En el primer mensaje de Dios Padre, María percibió el gran enojo hacia la humanidad y sus pecados. Esta cólera era palpable y ella temblaba a la vez. Su cólera santa hay que atribuirla, sobre todo, a que nosotros ignoramos constantemente Sus exigencias y mandamientos, a pesar de los continuos requerimientos por parte de la divinidad. María sentía más fuerza con los mensajes de Dios Padre y estaba impresionada por Su personalidad.
Jesús ama a cada pecador, incluso al más obstinado. Él lo escucha, no lo juzga, es misericordioso y cariñoso con él.
Nosotros debemos rezar siempre a Dios Padre en nombre de Jesucristo, quien de esta manera responde a todas las oraciones.
Hasta ahora, María ha recibido 250 mensajes desde hace un año, en parte también mensajes personales para ella, así como mensajes para sacerdotes. Siempre se le pide en ellos que llevemos la paz a nuestras familias y a las personas de nuestro entorno.
Jesús la instruye en la forma de realizar sus oraciones diarias, que llegan a durar algunas horas. Debe ir también diariamente a la Santa Misa y acudir a adoración de tres a cuatro veces por semana.
Aunque María trabaja mucho como madre de familia y mujer de negocios, tiene la fuerza para cuidar su apostolado espiritual diario y para atender el contacto con las personas. Es bueno que pueda cultivar la relación con otras personas, para así mantener el equilibrio. Puede demostrar su amor por el prójimo, puede tratar a las personas con dulzura como Jesús, y dar así testimonio de Su Amor.
De nuevo menciona que el año 2011 es el año de la purificación y por eso el AVISO es inminente. Todavía tendrán lugar muchas catástrofes y cambios radicales que se desarrollarán cada vez con más rapidez. Estamos en los dolores de parto –la tribulación dura ya tres años y medio.
A través de la oración serán mitigados un poco los sufrimientos, aunque a la humanidad le esperan todavía tiempos muy difíciles. Todos sufriremos durante el AVISO, pero no debemos tener miedo. Por primera vez estaremos cara a cara ante Jesucristo, el Hijo de Dios Vivo y Salvador. ¡Qué maravilla! Como creyentes debemos alegrarnos mucho por este momento. Este momento emocionante cambiará muchas cosas en nuestra vida. La Misericordia Divina es un regalo increíble para cada uno de nosotros.
Al final de la entrevista, el padre Neil aborda por teléfono distintos temas con María.
Le pregunta si había sido fácil encontrar al sacerdote apropiado para ser su director espiritual. Dijo que no y añadió que solo el quinto sacerdote al que se había dirigido, fue finalmente su director espiritual y el que la acompaña diariamente.
A la pregunta de si recibe mensajes especiales para sacerdotes, dice que sí. También menciona que la fe de los sacerdotes está siendo seriamente desafiada y probada, y de forma tan intensa como nunca anteriormente.
María pone también de relieve los duros momentos en los que nos encontramos, especialmente en Europa. La religión apenas es tolerada en la Unión Europea. En las escuelas ya no se enseña religión. En Irlanda, que siempre ha sido considerada muy católica, se ha suprimido por completo la clase de religión de las escuelas públicas, incluso estatuas de santos están siendo desmontadas de las iglesias. Es políticamente incorrecto, en general en Europa y en los Estados Unidos, tocar el tema de la religión. Hay una fuerte oscuridad espiritual, sobre todo en Europa. La vidente está constantemente expuesta a ataques espirituales; existe una lucha espiritual entre el Bien y el Mal. Por la protección divina, bajo la que ella debe ponerse conscientemente, se ha fortalecido y ahora puede distinguir con exactitud cuándo está en el punto de mira. Ahora se complace en las tentaciones, antes se sentía aterrorizada. Jesús la ayuda, Él incluso se ríe.
Al final de la entrevista, el padre Neil reza especialmente por la vidente y le da una bendición especial, para que tenga la fuerza de llevar la pesada cruz con la que ha sido cargada.
Sí, es una misión y una vocación difícil, que exige el compromiso de toda la persona –cuerpo, alma y espíritu-, dice la vidente al final de la entrevista.

Fuente:
                        http://www.diewarnung.net/start_g.htm