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giovedì 13 settembre 2012

"¿Me puedes decir cómo oras, y por qué oras?" JESÚS EXPLICA LAS HORAS DEL DÍA POR QUÉ Y POR QUIÉN SE HA DE ORAR



MARZIAM OBSERVA A JESÚS

Jesús viene atrás solo, como cuando quiere estar a solas. Marziam se vuelve frecuentemente a verlo. Al fin no resiste, deja a Pedro y a Juan de Zebedeo, se sienta al borde del camino, sobre un cipo, que es probablemente una señal militar de los romanos, y espera. Cuando Jesús llega, el niño se levanta y sin hablar se pone a su lado, un tantito atrás para no molestarlo ni con los ojos y observa, observa...
Lo sigue haciendo hasta que Jesús sale de su meditación, se vuelve al sentir el caminar ligero a sus espaldas y sonriente da la mano al niño, diciéndole: "Marziam, ¿qué haces aquí solo?"
"Te venía mirando. Hace días que te observo. Todos  tienen ojos pero no todos ven lo mismo. He notado que de cuando en cuando te retiras de todos, solo, solo... Al principio pensaba que estarías enojadopor algo, pero después me convencí que siempre lo haces a las mismas horas, y que tu Mamá, quesiempre te consuela cuando estás triste, no te dice nada, cuando tomas este aspecto. También ella se calla y se recoge toda en sí. Yo lo noto ¿sabes? Porque siempre te miro a Ti y a Ella, para hacer lo que hacéis. Pregunté a los apóstoles que qué haces, porque ciertamente debes hacer algo. Me respondieron: "Ora". Pregunté: "¿Qué dice?" Ninguno me supo responder porque no lo saben. Hace años que están contigo y no lo saben. Hoy me vine detrás de Ti, todas las veces que vi que tomabas igual aspecto. Pero no es la misma expresión. En la mañana parecías un ángel de luz. Mirabas las cosas, las personas con ciertos ojos, que más bien que el sol, les quitaban la oscuridad. Luego mirabas al cielo y tenías el aspecto de cuando ofreces el pan a la hora de comer. Más tarde, cuando atravesamos aquel ranchillo, te pusiste detrás, y te quedaste solo, y tomaste aire de un padre que tuviese ansias de hablar, de haber dicho algunas palabras a los pobres. A uno le dijiste: "Ten paciencia que pronto te ayudaré y ayudaré a tus otros compañeros". Era el esclavo de ese mal hombre que nos echó encima sus perros. Luego, cuando se preparaba la comida, nos mirabas con ojos de bondad llenos de amor.Parecías una mamá... Pero ahora tu aspecto es de dolor... ¿Qué piensas, Jesús, en esta hora, que siempre tienes ese aire?... También algunas veces en la noche, cuando no duermo, te veo como afligido. ¿Me puedes decir cómo oras, y por qué oras?"

JESÚS EXPLICA LAS HORAS DEL DÍA
POR QUÉ Y POR QUIÉN SE HA DE ORAR

"Claro que te lo diré. Así orarás conmigo. Dios nos da el día. El día lleno de luz, como lleno de sombras: el día y la noche. Es un regalo suyo vivir y tener luz. Es un modo de santidad la manera cómo se vive. ¿No es verdad? Entonces hay que santificar los momentos de todo el día, para conservarse santos y tener presente en el corazón al Altísimo y sus beneficios, y al mismo tiempo, tener alejado al demonio. Mira los pajaritos. Cuando despunta el sol, se echan a cantar. Bendicen la luz. También nosotros debemos bendecir la luz que es un regalo de Dios y bendecirlo que nos la concede, a El que es Luz. Anhelar por El desde los primeros albores de la mañana como para poner un sello de luz en todo el día que va abriéndose, para que sea luminoso y santo. Y unirse a todo lo creado para alabar al Creador. Luego, conforme las horas pasan, vemos cuánto dolor e ignorancia hay en el mundo, y entonces hay que orar nuevamente para que el dolor se aligere y desaparezca la ignorancia, a fin de que todos los hombres conozcan y amen a Dios porque si lo conociesen, sentirían consuelo en medio de su dolor. A la hora de siesta rogar por el amor de la familia. Gustar del don de estar unidos con quien nos ama, es también un regalo de Dios. Rogar para que la comida que nos es útil, no se convierta en pecado. Cuando llega el atardecer, orar pensando que la muerte es el crepúsculo que a todos nos aguarda. Orar porque nuestro crepúsculo esté bañado de la luz y de la vida, realizado siempre con el alma en gracia. Cuando se prenden las luces, orar para dar gracias por el día que termina y pedir protección y perdón, para poder entregarnos al sueño sin miedo de un juicio imprevisto, de asaltos del demonio. Orar, en fin, en la noche -pero esto es para los que no son niños- para reparar los pecados nocturnos, para alejar a Satanás de los débiles, para que en los culpables surja la reflexión y el arrepentimiento así como los buenos propósitos que se convertirán en realidad a la primera salida del nuevo sol. Así es como ora y por qué ora un justo durante el día."

AVE MARIA!